Estamos en la encrucijada

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

TUS CAMINATAS. Durante tu Vida has caminado mucho. No nos han contado si caminabas, ni cómo caminabas durante tus años mozos. De todos modos, el chispazo de los doce años, cuando Te quedaste en Jerusalén sólo, sin decir nada a tus padres, me demuestra que no eras un muchacho tranquilo, sedentario, estudioso, retirado. Yo Te imagino muy activo.  

Pero no tengo ninguna duda de tus constantes actividades durante tus años de Vida Pública o Apostólica. Es que no estabas en ningun sitio fijo. Fuiste a Nazaret varias veces. Has vivido en Cafarnaún, pero sobre todo "Caminabas", y "Caminaban" contigo tus Apóstoles, tus Discípulos más constantes y unas pocas mujeres. 

En Palestina más que caminos, habría senderos. Tú conocías perfectamente los caminos que surcaban el territorio de Palestina. Sabías qué camino debías seguir para ir hacia el Jordán y el Desierto, cómo debías hacer para subir a Jerusalén y atravesar el territorio enemigo de los Samaritanos, tan duros y nacionalistas ellos, y tan aferrados a sus tradiciones religiosas diferentes de las del Pueblo de Israel. Hasta alguna vez Te encontraste con la incomprensión y agresividad de los Samaritanos que no Te quisieros recibir porque estabas de viaje hacia Judea. Y por poco hay un "incendio" terrorista.  

Todos esos caminos, más bien sendas, eran tortuosas, polvorientas cuando no llovía, fangosas cuando había caído la necesaria lluvia desde el cielo. Y esos caminitos fueron tu inspiración. Y pensando en ellos Te has definido a Tí mismo como Camino. Dijiste: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". Pero me parece interesante recordar en qué ocasión Te definiste así, para que Te comprenda mejor.

 

TE DEFINES COMO CAMINO. Fue en la larga Tarde y Noche de la Ultima Cena.  Tú les fuiste explicando a tus Apóstoles lo que Te iba a suceder pronto, y lo que harían ellos. Eran palabras y frases de Despedida. Tú Te despedías de ellos. Y ellos se sentían tristes porque Tú Te marchabas. Todo está en los capítulo 13 y 14 de Juan, el Evangelista, en texto exclusivo de él.  

Les decías: "Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y lo mismo que les dije a los Judíos, os digo también ahora a vosotros: a donde Yo voy, vosotros no podéis venir". Pedro no podía soportar, aguantar esta idea de tu marcha y quería seguirte a donde fueras. Te dijo: "Señor ¿A dónde vas?". Y Tú le respondiste: "A donde Yo voy no puedes seguirme ahora. Me seguirás más tarde". Entonces llegó el anuncio de su triple negación. Y Tú has proseguido: "No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios. Creed también en Mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones. Si no, os lo habría dicho. Porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté Yo, estéis también vosotros. Y a donde Yo voy sabéis el Camino". 

Todo este diálogo está lleno de sugerencias de "movimiento" de las personas: "Poco tiempo con vosotros", "Me buscaréis", "Yo voy", "No podéis venir", "No puedes seguirme", "Me seguirás más tarde", "Voy a prepararos un lugar", "Volveré", y finalmente esta afirmación que es la que despierta el interés especial del desorientado Tomás: "Sabéis el Camino de a donde Yo voy". Todo ese Movimiento de ir y venir por un Camino especial, impulsa a Tomás a preguntar: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el Camino?". Y entonces Tú les ofreces el gran regalo de tu Revelación: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA. Nadie va al Padre, sino por Mí". 

Esta Revelación es el Eje Maestro de tu Mensaje de Enviado, de tu Carta de Embajador de Dios y de tu Lección de Maestro de la Verdad, y de tu Entrega como Creador y Alimento de la Nueva Vida.

Tú eres el Camino para llegar al Padre. A través de tu Personalidad, a través de lo que nos has enseñado, nosotros podemos estar seguros de que hemos encontrado y alcanzado a Dios, tu Padre y nuestro Padre. Y por esto, casi enseguida después, vas desarrollando tu pensamiento: "El que Me ha visto a Mí, ha visto al Padre". "Yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí". "El Padre que permanece en Mí es el que realiza las Obras".

 

UN CAMINO CON DIFICULTADES. En el fondo Tú Te presentabas como un Camino Estrecho y Difícil. En el largo Discurso Evangélico, también llamado Sermón de la Montaña, pronunciado en una de las colinas que rodean tu Ciudad residencial de Cafarnaún, también hablaste de los Caminos y de las Sendas, de las Entradas a los Palacios, y Te referías a Tí mismo, sin decirlo literalmente: "Entrad por la entrada estrecgha. Porque ancha es la entrada y espacioso el Camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella. Mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosta la Senda que lleva a la Vida. Y son pocos los que la encuentran". Así lo expone Mateo en su Capítulo 7. Lucas pone otras palabras en tu boca, pero en otra ocasión, cuando alguien Te preguntó si eran pocos lo que se salvan. Tú le contestaste: "Esforzaos por entrar por la Puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán". 

En nuestras vidas encontramos tantos caminitos, físicos y morales, tan desvaídos, tan poco cosa, que prácticamente no sirven más que para desorientarnos. Yo muchas veces me he encontrado así en mis excursiones juveniles con un pequeño grupo de amigos. No sabes si el sendero va por la derecha o por la izquierda, si va subiendo o bajando. Y entonces se cumple literalmente lo que escribió aquel magnífico poeta que nació en Sevilla, en 1875, y que se llama Antonio Machado: 

               "Caminante, son tus huellas

               el camino, y nada más.

               Caminante, no hay camino.

               Se hace camino al andar.

               Al andar se hace camino,

               y al volver la vista atrás

               se ve la senda que nunca

               se ha de volver a pisar.

               Caminante, no hay camino,

               sino estelas en la mar".

Cuando el Camino o la Senda no son más que una leve estela en el Mar es que no son camino, ni senda, sino estela. Contigo el Hombre puede caminar por un Camino bien trazado, visible, aunque sea duro y estrecho. No somos nosotros los que con nuestro propio ir y venir vamos pisando y matando las hierbas para que quede la señal de algo que se parece a un camino. No es así. El Camino del que Tú nos hablas no lo fabricamos o cavamos nosotros. Lo ha trazado Dios. Y nosotros sencillamente lo seguimos o nos extraviamos, si nos empeñamos en seguir otros derroteros.

ERES UN CAMINO SEÑALADO. Las gentes que Te escuchaban reconocían en Tí un lenguaje claro y sabio, sincero e iluminado. Por esto les gustaba escucharTE. Y hasta los que querían molestarTe y ponerTE en dificultad, lo reconocían así, tal vez con un poco de ironía y de mala fe, como una "adulación", pensando que así Te atraparían más fácilmente. 

Los Fariseos y los Herodianos te dijeron para tentarTe: "Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el Camino de Dios con franqueza, y que no Te importa de nadie, porque no miras la condición de las personas". Habían así preparado el ambiente como suelen hacer los opositores, con buenas palabras, que, en su boca, suenan a halagos no sentidos. Querían "cazarte en alguna palabra", tal como lo expone Mateo en su Capítulo 22. Marcos en su Capítulo 12 y Lucas en su Capítulo 20 repiten las mismas palabras.  

Realmente Tú enseñabas, mostrabas el Camino de Dios. Y lo hacías con franqueza, con verdad. Y por ello Te hería profundamente que tus enemigos lo dijeran en plan de ironía y de cachondeo. Bastaba que dijeras el "Camino de Dios soy Yo". Pero ellos no estaban preparados para esta Revelación. Nosotros sabemos que es así y nos agrada proclamarlo ante todos los quieran escucharnos.

 

EL PRECURSOR Y LOS PROFETAS. En realidad los que conocían los Libros del Antiguo Testamento no podrían maravillarse de que Tú, El Mesías, Te proclamaras el Camino de Dios. Porque en repetidas ocasiones los Profetas habían podido contemplar al Mesías futuro como un Camino, una Senda.  

Para nosotros, el más notable de estos Profetas es el que Tú has definido como "el mayor entre los nacidos de mujer, Juan el Bautista. Sobre todo el Evangelista Lucas, en los capítulos 1 y 3 de su Evangelio, describe la figura y la misión de Juan. Se le señala como un señalador del Camino de Dios. Juan sería como una de estas flechas con algun nombre que se ven en nuestras anchas carreteras modernas. 

Zacarías, su papá, cuando el niño todavía era un pequeño de pocos días, profetizó y cantó lo que iba a ser en el Cántico llamado "Benedictus" que los Sacerdotes Católicos repiten todas las mañanas en las Laudes del Oficio Divino. Está en el Capítulo 1 de Lucas, y es una exclusiva del Evangelista. Dentro del "Benedictus" dice Zacarías: "Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor, para preparar sus Caminos y dar a su pueblo conocimiento de Salvación por el perdón de sus pecados, por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de la Altura, a finde iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte, y guiar nuestros pasos por el Camino de la Paz". En este cántico hay reminiscencias de varios escritos antiguos, especialmente de los Salmos, el Levítico y el Profeta Isaías. 

Cuando Juan ya está en activo, predicando la penitencia y bautizando a los que se sentían pecadores, para preparartus Caminos, dice de él el mismo Lucas: "Y se fue por toda la Región del Jordán proclamando un Bautismo de Conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el Libro de los Oráculos del Profeta Isaías: 'Voz que clama en el Desierto: Preparad el Camino del Señor, rectificad sus sendas, todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la Salvación de Dios'".(Capítulo 3) 

Durante tu Vida Activa y Pública, hablaste alguna vez de Juan el Bautista, y de una forma muy sonada, lo hiciste cuando él Te había enviado a algunos de sus discípulos para preguntarTe si eras Tú realmente el que debías venir. Entonces Tú aprovechaste la ocasión para demostrar tu mesianidad y para alabar a Juan, de una forma muy sincera y elocuente: "¿Qué salisteis a ver en el Desierto?...¿Un caña?...¿Un hombre vestido con ropas elegantes?. ¿Un Profeta?...". Y entonces en pocas palabras pinta la imagen que tenías de Juan y su Misión: "Sí. Os lo aseguro.Y más que Profeta. Este es de quien está escrito: 'He aquí que envío mi mensajero delante de tí, el cual te preparará por delante el Camino'. Os digo: Entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él". (Capítulo 7). También lo cuenta Mateo en su Capítulo 11.  

Juan fue el Precursor. Fue el que arreglaba el Camino para que Tú pudieras caminar más fácilmente por él. Era como esos de la motos que van delante de los coches de los Reyes y de los Gobernantes, para que el paso esté "Libre". Era como ese Padre Jesuíta que se ha hecho famoso por preparar siempre el Camino de los Viajes Internacionales del Papa. Este desconocido Jesuíta ha ido, algunas veces, a los Países que el Papa visitará, para que todo esté preparado y organizado. Cuando el Papa llega, él está a su lado, muy cerca, para que todo se desarrolle según el plan previsto. Luego desaparece. El Papa será aclamado y recibido por las autoridades y el pueblo, mientras aparece en todas las pantallas de la Televisión de varios países y cadenas. Pero aquel Jesuíta permanece en la oscuridad. Su misión había sido sencillamente: Preparar el Camino del Papa. Esto fue Juan para Jesús. Y él lo sabía, porque había dicho: "Es preciso que El crezca y que yo disminuya". 

Lo había dicho Malaquías, en el capítulo 3: "Hé aquí que Yo envío a mi Mensajero a allanar el Camino delante de Mí, y enseguida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis. El Angel de la Alianza, que vosotros deseáis, hé aquí que viene, dice Yahvé Sebaot". 

Algo parecido está también en Isaías, capítulo 40: "Una Voz clama 'En el Desierto abrid camino a Yahvé. Trazad en la estepa una calzada recta a nuestro Dios. Que todo valle sea elevado, y todo monte y cerro rebajado. Vuélvase lo escabroso llano, y las breñas plaicie. Se revelará la Gloria de Yahvé. Y toda creatura a una la verá. Pues la boca de Yahvé ha hablado'". Todos estos textos se pueden referir más bien a Juan, pero siempre en relación con el Mesías. 

Otros textos tienen como tema el propio Mesías. Así Isaías en el capítulo 35 había presentado un verdadero poema a la alegría del pueblo que regresa del destierro, que se puede titular "El Juicio de Dios" y que en algunos versículos dice así: "Habrá una Senda pura, se la llamará Via Sacra. No pasará el impuro por ella, ni los necios por ella vagarán. No habrá león en ella. Ni por ella subirá bestia salvaje. Los rescatados la recorrerán. Los redimidos de Yahvé volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones. Y habrá alegría eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegría les acompañarán!. ¡Adiós, penar y suspiros!". 

El Poeta de los Salmos había escrito en el Salmo 15: "Me enseñarán el Camnino de la Vida". Y Pedro en su primer discurso ante los Judíos, después del Nacimiento Oficial por el Espíritu Santo, en el Día de Pentecostés, había citado este Salmo como una Previsión de lo que iba a suceder con el Mesías. 

Y en el Salmo 66: "Dios nos tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostrto sobre nosotros. Para que se conozcan en la tierra tus Caminos, tu Salvación entre todas las Naciones". Hay que notar que tu Nombre de Jesús, significa precisamente Salvador, Salvación. 

Tú, por tanto, habías sido previsto y profetizado como un "Camino o Senda completamente especial". Y esto fue lo que se realizó en tu Vida. Esto fue lo que Tú tenías en tu mente, cuando Te proclamaste "Camino", diciendo: "Yo soy el Camino". Y quiero notar que Tú no dijiste: "Yo soy un Camino" o algo así, indeterminado, sino: "Yo soy EL CAMINO", es decir, el único Camino que se debe seguir para llegar a la meta. Porque, como lo define Fray Luis de León, en el capítulo correspondiente de su obra "Los Nombres de Cristo", Camino, con toda propiedad, significa "aquello por donde se va a algún lugar sin error".

 

QUé SIGNIFICA "CAMINO". Y ahora que he escrito el Nombre de Luís de León, quisiera recordar cómo define él la palabra "Camino", y por qué esta Palabra, este concepto, se puede aplicar a Tí con toda verdad. 

Según Luís de León la Palabra Camino puede tener, además del principal, otros 4 significados: 1. INCLINACION, ESTILO, HUMOR PERSONAL, IDIOSISCRACIA, CONDICION TEMPERAMENTAL, CARACTER, etc. Es decir, todo aquello que se refiere a las Características Fundamentales de una Persona, de la PERSONALIDAD de alguien, o su MODO de SER. Cada uno de nosotros tiene su propio CAMINO de ser. El Propio Dios y Jesucristo, su Enviado, tienen sus Propios CAMINOS, Su Propio Estilo, su propia Personalidad. 

2. PROFESION, MODO DE EXISTIR SU PROPIA EXISTENCIA. MODO DE VIVIR SU PROPIA VIDA. Camino significa, según Luís de León: "La Profesión de vivir que escoge cada uno para sí mismo, y su intento y aquello que pretende o en la Vida o en algún negocio particular, y lo que se pone como por blanco". 

3. OBRAS. "La Obra que cada uno hace, también es llamada Camino suyo", dice Luís de León. 

4. LEY Y PRECEPTOS. "Dícese además Camino, el PRECEPTO y la LEY" que el que tiene poder para ello, establece. 

RESUMEN: Por tanto, son cinco las acepciones de la Palabra "Camino". La primera contiene la Definición de Camino o sea su acepción principal, más inmediata y las otras cuatro se basan en una semejanza o comparación. Estas son las cinco : 1. LO QUE NOS LLEVA SIN ERROR A ALGUNA META O FIN. 2. LA PERSONALIDAD DE CADA UNO. 3. LO QUE SE PROPONE REALIZAR. 4. LO QUE DE HECHO REALIZA. 5. LOS PRECEPTOS Y LAS LEYES QUE ESTABLECEN UN MODO DE SER O DE COMPORTARSE. 

Todos estos sentidos de la palabra "Camino" se encuentran en los Libros de la Biblia. Luís de León ha recogido los textos que lo demuestran. Y Tú, Cristo, puedes ser llamado Camino, en los cinco diferentes significados. Esto es lo que me interesa ahora.

 

POR QUé Y CóMO ERES CAMINO.

1. En un sentido inmediato. Con propiedad. Tú eres el Camino para llegar a Dios. No hay otro. Dicho en unos términos más populares, Tú eres el Camino del Cielo. Este es el gran sentido que Tú diste a tu autodefinición. Basta leer el contexto en el que la diste, respondiendo a la inquietud de Tomás. Y además Tú añadiste: "Nadie va al Padre sino por Mí". 

Yo quisiera extenderme más en este sentido tan alentador y tan constructivo para todos nosotros. Pero no encuentro palabras más hermosas y adecuadas como las que usa Luís de León. El dice en su Obra "Los Nombres de Cristo": "Cristo es el Camino del Cielo porque, si no es poniendo las pisadas en El y siguiendo sus huellas, ninguna va al Cielo. Hemos de poner los pies donde El puso los suyos. Y nuestras obras que son nuestros pasos han de seguir a las obras que El hizo [...] y nuestras obras han de ir andando sobre El, porque, si salen de El, van perdidas". Lo que dice Luís de León es que Tú nos diste un Ejemplo de Vida, nos diste un Mensaje. Y nosotros, para llegar al Padre, hemos de imitarTe y hemos de practicar lo que nos enseñaste. Así estamos en el Camino seguro. 

Es posible vivir la pobreza, la castidad, la justicia, modestia y templanza, sin atender ni escuchar a Cristo. Pero todo ello no sirve "per se" para llegar al Cielo, para llegar al Padre. En este caso serían meras virtudes naturales que contribuirían a lo más a hacernos hombres y mujeres más perfectos humanamente. Los ha habido así en la Historia. 

Luís de León pone el Ejemplo de la Oveja Perdida y del Buen Pastor, otra de las autodefiniciones que Tú has dado. La oveja perdida era la Humanidad entera. Y Tú, Cristo, la hallaste. Y no fué al Rebaño por su propios pies. Ni guiándola para que Te seguiera, sino "Sobre Tí y sobre tus hombros". Porque si no es así, no podemos andar. 

Luís de León pone otra comparación, que es la de la madre que hace caminar al niño, teniéndole abrazado, y sus pies del pequeño están sobre los pies de la madre. Así el niño puede caminar y avanzar. 

Para este escritor tan fecundo, existen diferentes caminos: "Unos llanos y abiertos, y otros estrechos y de cuesta, y unos más largos, y otros que son como sendas de atajo". Cada uno tiene su propio modo de seguir a  Cristo-Camino. 

Pero, en general, Tu Camino se nos presenta como "Estrecho" y con dificultades, como Tú mismo nos dijiste. Cité tus serias palabras anteriormente. 

Comentando el Texto de Isaías (Capítulo 35), Luís de León dice. "Todos los que caminan por Cristo van altos y van sin tropiezos". "La Virtud Cristiana siempre es mejoramiento y adelantamiento del Alma". " Al revés de los que siguen la vereda del vicio, que siempre descienden, porque el ser vicioso es deshacerse y venir a menos de lo que es [...] y viene por sus pasos contados, primero a ser bruto, y después a menos que bruto, y finalmente a ser casi nada". "Cristo es Camino Real en que todos los que quieren caben, sin estorbarse mutuamente". 

Luis de León hace un largo comentario y subraya el aspecto de que los caminos señalados en los Libros Sagrados siempre van "Subiendo", como le sucedió al Pueblo en el Desierto, y como se podía ver también en el Templo de Jerusalén, en el que siempre los que iban a orar debían "subir" y cada vez más. Y además estos Caminos ofrecían las ventajas de llaneza y limpieza de tropiezos. De ahí el autor deduce que Tú eres Camino que asciende y nos lleva siempre más arriba en la Perfección. Y cada vez con más seguridad y sin caídas. Así Tú serías Camino, Grada, Calzada y Sendero, siempre seguros, siempre subiendo, siempre limpios.  Tú serías GRADA para la entrada del Templo del Cielo. SENDERO que guía sin error a lo alto del monte. CALZADA enjuta y firme, en la que no hay engaño, ni posibles deslizamientos, ni caídas. 

Los otros caminos, en cambio, más que caminos son verdaderos despeñaderos, a veces están cortados y muchas veces llenos de trampas que llevan a tropezar. Dice del Justo, el Salmo 36: "La Ley de su Dios está en su corazón. Sus pasos no vacilan". Y el Libro de los Proverbios: "El Camino del Perezoso está flanqueado de espinas. La Senda de los diligentes es llana". (Capítulo 15). 

"¡Qué dichosa suerte y qué gozoso y bienaventurado viaje, a donde el CAMINO ES CRISTO, y LA GUíA de él es El mismo, y LA GUARDA Y LA SEGURIDAD ni más ni menos es El, y a donde los que van por El son sus HECHURAS y RESCATADOS suyos!. Y así todos ellos son nobles y libres" (Luís de León). 

El Escritor desarrolla después muy brevemente los otros cuatro puntos: 

2. Lo que uno es. Su Personalidad. Tú eres Camino de Dios porque Tú eres la Imagen Viva del Padre, como Te definía Pablo. Tu Personalidad era y es la ejecución de todo aquello que a Dios complace y más Le agrada. Tu Personalidad, tu modo de ser, tu Humanidad mostraba la Impronta de Dios. Eras el Rostro del Padre, la manifestación de su Ser infinito. 

3. Lo que uno se propone realizar. Tú eres el Camino de Dios porque Tú has sido siempre el Objetivo de Dios, ya desde antes de la Creación, como Sabiduría suya, y como expresión de la Palabra a través de tu Encarnación. En su Creación, Dios Te tenía presente. Porque por Tí "todo sería hecho". 

4. Lo que uno de hecho realiza: sus Obras. Tú eres la gran Obra Artística de Dios, la Gran Creación de su Omnipotencia, la Gran Realización de su Acción Creadora y Restauradora. 

5. Los Preceptos y la Ley que establecen un modo de ser o comportarse. Cualquier Ley, cualquier Precepto, cualquier Mandamiento quiere establecer un modo de ser, de vida, de comportamiento. Los ha habido y los hay de todas las tendencias e ideologías, también Religiosas. Todos estos casos establecen un "Camino". Tú, con tu Vida y con tu Acción en el Mundo has determinado las características de un Modo de Ser, de Existir, de Actuar, típicamente tuyo, Cristiano, que es el único posible acceso a Dios, nuestro Padre. Por ello Tú eres "el Camino". Y tus Enseñanzas se puedemn englobar bajo la definición de "Camino" o "Nuevo Camino", o "El Camino de Cristo", o "El Camino Cristiano". Todo lo que este Camino establece se encuentra en tu Personalidad y en tu Mensaje, en tu Obra y en tus Promesas. Son tu Ley. 

Cristo "no sólamente dice lo que hemnos de obrar, mas obra lo que nos dice que obremos y nos da fuerzas para que obremos lo que nos dice. Y así no manda sólamente a la razón, sino hace en la voluntad Ley de lo que manda, y se lanza en ella. Y lanzado allí, es su Bien y su Ley". (Luís de León).

 

TUS APóSTOLES Y EL CAMINO. Después del gran Día de Pentecostés, las Palabras "Camino", "Seguidores del Camino", "Nuevo Camino", "Este Camino", "Camino de Salvación", "Camino del Señor", "Camino de la Verdad" y otros van apareciendo frecuentemente para indicar tu Vida y tu Buena Nueva del Evangelio, que iban cristalizando en las comunidades Cristianas, y las volvía diferentes de las demás comunidades de paganos, judíos o filósofos. Las utiliza âblo en sus discursos y en sus cartas, lo mismo que Pedro y Judas, el Apóstol, en sus breves escritos. 

Yo quisiera seleccionar algunos de estos momentos históricos de tanto significado cristiano y que tan hermosamente dibujan los rasgos característicos de tu Primera Iglesia. 

Saúl, llamado también Saulo, quería llevar atados a Jerusalén a los "Seguidores del Camino", para que fueran condenados. Y pudo decir después, con verdad, en su Discurso ante los Judíos de Jerusalén: "Yo perseguí a muerte este Camino". Pablo se puso en contra de Elimas "porque tuerce los rectos Caminos del Señor". Y lo mismo le sucedió contra algunos de Efeso y contra los Orfebres de la misma Ciudad, "con motivo del Camino".  

En su Discurso ante el Procurador Romano, Pablo afirmaba su fe: "Te confieso que según el Camino, que ellos [los judíos] llaman secta, doy culto al Dios de mis padres, creo en todo lo que se encuentra en la Ley y está escrito en los Profetas, y tengo en Dios la misma esperanza que éstos tienen, de que habrá una resurrección, tanto de los justos como de los pecadores. Por eso yo también me esfuerzo por tener constantemente una conciencia limpia ante Dios y ante los Hombres" (Hechos, capítulo 24). En este Párrafo de su Discurso, Pablo, sin nombrarTe, expone sintéticamente tu Camino, lo que era su vida de Cristiano y de Apóstol tuyo. Una vida que, exteriormente, podría parecerse a la de cualquier judío de buena fe, y que, sin embargo, en la conciencia profunda, era totalmente original y nueva, como que seguía los pasos del "Nuevo Camino". Los Cristianos somos originales, por fuera parecidos a los demás, pero por dentro distantes, diferentes como la Luz y las Tinieblas, el que sabe a dónde va y el que se encuentra perdido en la selva. 

La Carta a los Hebreos, capítulo 10, también tiene una definición hermosa: "Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el Santuario en virtud de la Sangre de Jesús, por este Camino Nuevo y Vivo, inaugurado por El para nosotros, a través del velo, es decir, de su propia carne, y un gran Sacerdote al frente de la Casa de Dios, acerquémonos con sincero corazón, en plenitud de fe, purificados los corazones de conciencia mala y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme la confesión de la Esperanza, pues fiel es el Autor de la Promesa. Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la Caridad y las Buenas Obras, sin abandonar vuestra propia Asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animándoos. Tanto más cuanto que veis que se acerca ya el Día". 

El mal comportamiento de los Cristianos redunda en desprestigio de nuestra Fe y de nuestro Señor, al que queremos y decimos seguir. Pedro, por ello, nos previene: "Hubo también en el Pueblo falsos profetas, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán herejías perniciosas y que, negando al Dueño que los adquirió, atraerán sobre sí una rápida destrucción. Muchos seguirán su libertinaje y, por causa de ellos, El Camino de la Verdad será difamado" (Capítulo 2). 

Y prosigue Pedro en el mismo Capítulo 2: "Abandonando el Camino Recto, se desviaron y siguieron el Camino de Balaam, hijo de Bosor, que amó un salario de iniquidad, pero fue reprendido por su mala acción. Un mudo jumento, hablando con voz humana, impidió la insensatez del profeta. Estos son fuentes secas y nubes llevadas por el huracán, a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas [...]. Pues más les hubiera valido no haber conocido el Camino de la Justicia que, una vez conocido, volferse atrás del Santo Precepto que les fue transmitido". El Apóstol Judas insiste en los mismos argumentos con mucho vigor: "¡Hay de ellos!. Porque se han ido por el camino de Caín, y por un salario se han abandonado al descarrío de Balaam, y han perecido en la Rebelióm de Coré. Estos son una mancha cuando banquetean desvergonzadamente en vuestros ágapes y se apacientan a sí mismos. Son nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raíz. Son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre [...]. Estos son unos murmuradores, descontentos de su suerte, que viven según sus pasiones, cuya boca dice palabras altisonantes, que adulan por interés". 

Sería muy interesante recordar las tristes historias de la envidia asesina de Caín que llegó a asesinar a su hermano, de las evasiones de Balaam ante la manifiesta voluntad de Dios, y de la Rebeldía de Coré y algunos centenares de Israelitas que se levantaron contra la autoridad de Moisés. Todas estas faltas y delitos consistían en separarse del Camino señalado por Dios. 

El Apocalipsis de Juan describe una de las brillantes Visiones del Místico Apóstol. Está en el Capítulo 15: "Ví también como un Mar de Cristal mezclado de Fuego, y a los que habían triunfado de la Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombres, de pie junto al Mar de Cristal, llevando las cítaras de Dios. Cantan el Cántico de Moisés, siervo de Dios, y el Cántico del Cordero, diciendo: 

               "Grandes y maravillosas son tus Obras,

               Señor, Dios, Todopoderoso.

               Justos y Verdaderos tus Camimos.

               ¡Oh Rey de las Naciones!.

               ¿Quién no temerá, Señor,

               y no glorificará tu Nombre?.

               Porque sólo Tú eres Santo,

               y todas las Naciones vendrán

               y se postrarán ante Tí.

               Porque han quedado de manifiesto

               tus Justos Designios". 

Según los Libros de la Biblia hay un enorme trasiego de buenos y malos, a través de los Caminos y de tu Camino. Los que están voluntariamente lejos de Tí son arrastrados por otros, por fuertes deseos desordenados, por los caprichos voluptuosos de su temporalidad. Los que quieren estar cerca y lo están prosiguen siempre su caminar en la misma dirección, por un caminito estrecho, agradable, limpio, que eres Tú y que nos lleva a la inflexible Verdad del Encuentro con el Padre y con la Vida.

Tú ERES NUESTRO CAMINO. Como decía un escritor Ruso de Novelas acerca de los caminos de este mundo: "La Carretera es una cosa larga, muy larga, en la que no se vé el fin, al igual que la vida humana, igual que los sueños de los hombres". Lo que quiere decirnos este escritor es que los caminos de los campos y de las ciudades son el prototipo del misterio, de la ambigüedad. Si no están señalados, nos encontramos ante la duda. No sé si caminar hacia el Norte o hacia el Sur, hacia el Este o el Oeste, para ir, de noche, a donde quisiera ir. 

Esta es la impresión que yo recibía al ver las hermosas secuencias de un Film famoso de Luis Buñuel titulado "El Discreto encanto de la Burguesía". En este Film polémico, salen de cuando en cuando los y las protagonistas, en grupo, caminando, erguidos, marcialmente casi, por el mismo camino, un camino desconocido, sin llegar a ninguna parte, nunca. Distraídos en sus asuntos, en sus formalidades sociales y en sus miedos atávicos, van caminando, y no se sabe si se acercan al lugar o si se van separando de él. Me parece que ni siquiera hablan. 

Tú, en cambio, quieres definirTe como el Camino que va únicamente en una dirección, la dirección Segura, clara, de la Patria de Dios. 

Yo creo que, cuando Te definías como Camino, Verdad y Vida, querías indicar un orden, que podríamos llamar el Orden de la Sublimación Espiritual: Hay que llegar a la Verdad de todas las cosas. Hay que llegar a la Vida Sobrenatural, divinizada y eterna, vivida ya inicialmente, místicamente, en este mundo, y manifestada en la otra, cuando nos veremos "Cara a Cara", y "Tal como Tú eres". Tú eres la Verdad. Tu eres la Vida. El Camino seguro que nos lleva hasta estas dos altas cumbres, eres Tú. Por esto, Tu Te definiste como El Camino. 

Luís de León comenzaba su conversación, su diálogo (Los Nombres están escritos en forma de diálogo), sobre Cristo-Camino, dirigiendo la atención de sus oyentes hacia el camino que se divisaba desde el Huerto de la Flecha donde se desarrollaba la interesante conversación a tres bandas. Era una antigua ruta que llevaba de Salamanca a Madrid, y allí, muy cerca de la Flecha, bordeaba la falda de la colina. Este camino "es el de la Corte, porque lleva a la Corte y a la morada del Rey, a todos los que enderezan sus pasos por él" - decía el Maestro Luís. 

Todos los caminos pueden inspirarnos un pensamiento cristiano, y ponernos ante tu Figura Humana y Mayestática al mismo tiempo, y llevarnos a pensar que nuestra vida es un "Caminar", y que nosotros, los que creemos en Tí y Te amamos, estamos caminando por el único Sendero de la Salvación. 

No es necesario que el Camino sea el Camino de la Corte. Puede ser también una Calle. O puede ser una Autopista. O una Carretera Secundaria y Local. O un Caminito tortuoso de montaña. Todo esto nos ayuda a pensar en esta Verdad que Tú nos has sintetizado en tan pocas palabras: "Yo Soy el Camino". Y esta Verdad, tan sencilla y compleja, ilumina tu Personalidad, tu Misión y tu Obra en un mundo que parece haber perdido la dirección, un mundo que tambalea, como un avión que fuera volando a la deriva, o un barco en alta mar sin timón, o un coche con el volante roto. No sabe a dónde va, ni puede tirar de la riendas de su caballo desbocado. Irá a parar a la cuneta, o a estrellarse en una hondonada, o contra un muro, como vemos que sucede todas las semanas con tantos coches y camiones. Han perdido el Camino recto.

 

UNA IMPRESIóN PERSONAL. Una vez me sentía muy triste. Y como desorientado en mi propia vida. No había perdido el rumbo, ni la estabilidad o el equilibrio. Podía estar de pie. Y tenía fuerzas suficientes para andar. Pero no sabía a dónde. 

Algunas veces nos suceden estos oscurecimientos, estos crepúsculos interiores a los hombres que intentamos pensar y nos analizamos, como analizamos todo lo que nos rodea. Y nos preguntamos: ¿Qué hago? ¿Qué voy a hacer?. Y procuramos escuchar la voz de las cosas, de los signos, de los mensajes cifrados que vamos percibiendo en nuestras grabaciones interiores. Y nos quedamos detenidos. Pero inesperadamente podemos escuchar una respuesta. Es como una Visión. La Visión de un dardo que se mueve, volando, rápido. La de un Supersónico que va hacia el Centro geométrico de un Círculo Luminoso. Silbando vuela sin titubeos para llegar a donde se esperaba que llegase. 

               YO TE BUSCO 

               Se me hace largo el buscar

               con mis ojos bien abiertos.

               Que quisieran sollozar

               mientras Te buscan, inquietos.

 

               Me pareció verTe ahí

               con aquellos rizos negros,

               o detrás de aquella puerta

               de maderas y de hierros.

 

               Yo no sabía por qué

               Tú no estabas en el Viento.

               Yo no sabía por qué

               no mirabas desde el Fuego.

 

               Una vez quise volar

               más allá de los senderos

               de este mundo, para ver

               si Te encontraba allá lejos.

 

               Y Tú siempre Te escondías

               bajo la paz del Desierto.

               Y Tú siempre me dejabas

               con la tensión del deseo.

 

               Caminaba y no paraba

               por las sendas del misterio.

               Y yo quería encontrarTe

               tras tus huellas en el suelo.

 

               Yo Te escuchaba en los cantos.

               Yo Te miraba en los vuelos

               de las Aves que flotaban

               en el aire, por el cielo.

 

               Pero Tú no respondías.

               Me devolvías silencio.

               Yo sentía la tortura

               romperme todos los huesos.

 

               Y así mis años pasaban

               bajo un cielo todo negro.

               Y así mis versos caían

               deshojados, fríos, muertos.

 

               Hasta que un día miré

               por las ventanas de adentro.

               Tú me mirabas a mí

               Y me dijiste: Te quiero".            

 

               R. A.              1990. 

 

Y este "Te quiero" significa que conseguí llegar al blanco, a la meta que eres Tú. Gracias.

 

EL CAMINO MáS EXCELENTE. Pero hay más. Jesucristo, yo quisiera terminar esta carta con una amplicación de tu Pensamiento, propuesta por tu Apóstol Pablo. El escribió una vez, una frase que ahora me ha venido a la memoria, y me ha sacudido. Seguramente Te la he repetido alguna vez ya. Pero es que ella es inagotable. Y además me parece una proyección de todo lo que he ido pensando en estas páginas, sobre nuestra vida normal de cristianos coherentes. 

Pablo me dijo "Yo os voy a mostrar un Camino más Excelente". En esta Maanifestación de este Camino más Excelente, Pablo nos habla de lo que El llama Caridad, pero igualmente se podría llamar Amor. Que es la Ley fundamental de tu Mensaje Evangélico. Siguiendo este Camino Excelente todo se vuelve sencillo. Y además el Camino Austero, Estrecho, se rodea de Rosales y de Lirios, de Cánticos y de Sinfonías. Todo lo que tenía de estrecho y de dificultoso se transforma en Luminoso, Grandioso y Hermoso. 

Tu Iglesia de los primeros tiempos, después de Pentecostés, era una Iglesia del Espíritu Santo. Era como una Bebida Efevercente, Activa, Clamorosa, Abierta, Dispuesta Siempre a la Oración y a la Acción Conquistadora. Por éso además de los Apóstoles, se dejaban escuchar otros, hombres y mujeres con diferentes "Dones" o "Carismas". Formaban todos un mismo Cuerpo de Cristo, pero cada uno a su Modo, según su propia vocación y gracia de Dios. Había profetas, maestros, realizadores de milagros, de curaciones, con el don de lenguas y de interpretación. 

Pero Pablo, ante aquella exigente y fervorosa variedad de Dones del Espíritu, grita un llamamiento hacia lo que él define como "Un Camino más excelente", que es el Camino de la Caridad. 

Estas son las Palabras de Pablo, en su Primera Carta a los Corintios, Capítulo 13: "Aspirad a los dones superiores.  Y aun os voy a mostrar un Camino más excelente.  

"Aunque hablara las lenguas de los Hombres y de los Angeles, si no tengo AMOR, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe". Por eso nos sucede todo lo que nos sucede a los Cristianos. En un mundo de odios y de venganzas, de nacionalismos radicales, terroristas, guerreros armados, sembradores de muertes y de destrucciones, de multitudes fugitivas, tránsfugas,y de niños  macilentos y enfermizos, moribundos de pocos días, casi recién nacidos, nosotros los Cristianos predicamos todo lo que es imaginable predicar, pero no practicamos el Amor. Pasamos del Amor. Lo creemos imposible. Sabemos que no vamos a recibir por él ninguna compensación. Al contrario, malos entendidos y frialdades.

 

CUANDO EL CAMINO ES PELIGROSO. Y entonces nuestras palabras no son más que un trozo de bronce estropeado y viejo, que suena, como un tambor desafinado, o como unos platillos rotos que ni siquiera tienen el pequeño mensaje de un golpe sonoro. Somos tambores con la piel resquebrajada. Somos cornetas sin lengüeta, sucias que suenan con voz cascada. Somos curas que "dan un rodeo y pasan de largo". Somos Cristianos, Levitas y Colaboradores del Templo y de la Comunidades que, ante los hombres y mujeres malheridos, "dan un rodeo y pasan de largo". 

Y todo esto no lo digo yo. Lo dijiste Tú en aquella Parábola del Buen Samaritano, que ahora podríamos llamar del "Extranjero Ejemplar". Toda la Historia de esta Parábola sucedió en un "Camino", un Camino que no eras Tú, un camino vecinal que se hallaba "entre Jerusalén y Jericó", y que además estaba infestado de bandidos y salteadores. Es una Exclusiva de Lucas, en su Capítulo 10. Lucas tienes varias Parábolas que no están en los demás Evangelistas. Esta es una de ellas. Había precedido una discusión tranquila, un diálogo entre Tú y un Legista, que Te preguntó sobre el Camino para la Salvación. Y la contestación fue aquel "Amarás" que suena con tanta fuerza y que lo abarca todo. Pero el Legista quiso parecer mejor, y planteó la cuestión sobre la Definición de la palabra "Prójimo". Tú le contestaste con esta Parábola, la Parábola del Camino de los Bandidos. 

"Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto.  

Casualmente bajaba por aquel Camino un Sacerdote y, al verle, dió un rodeo. De igual modo, un Levita que pasaba por aquel sitio le vio y dió un rodeo. Pero un Samaritano que iba de camino llegó junto a él, y, al verle, tuvo compasión. Y acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino. Y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. 

Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dió al posadero y dijo: 'Cuida de él y si gasta algo más, te lo pagaré cuando vuelva'. ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?. El [Legista] dijo: 'El que tuvo misericordia de él'. Díjole Jesús: 'Vete y haz tú lo mismo'". Un Extranjero había dado una Lección de Humanismo a los Nacionalistas de Israel. Les dolería. Pero como dicen los Pedagogos: "Un bofetón de vez en cuando ayuda a la buena educación de los hijos". 

Esta es la Historia del Camino, el Camino más excelente que nos mostraste Tú, y que tu querido Pablo nos recordaba. Pero Te aseguro que son muy pocos los que lo siguen, por muy excelente que sea. Y la gran mayoría ante las desgracias ajenas, damos un rodeo y pasamos de largo. No queremos complicaciones. "No tenemos dinero suficiente para solucionarlo todo". Así que nos contentamos con no intentar solucionar nada. 

Tú eres el Amor. Tú eres el Lazo que une a la Divinidad con la Humanidad en una sóla Persona. Tú eres el Beso de Dios a la Humanidad reconciliada con El. Tú eres el Camino que va de lo terreno y temporal a lo Divino y Eterno. Tu Persona es el Cruce en el que se encuentra todo lo grande de arriba y todo lo peqwueño y raquítico de aquí abajo. La encrucijada desaparece contigo. Contigo ya no hay encrucijada. No hay más que ir adelante. Vamos así por el Camino Seguro, el Directo, el más Corto, por tanto.