¿ Espionaje estatal ?

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

Varias Comisiones Parlamentarias suelen investigar los diferentes casos de corrupción, que, al mismo tiempo, se hallan en manos de los Jueces Instructores o de otras Instancias Judiciales. Este cruce de poderes y de acciones provenientes de diferentes estructuras constitucionales sobre unas mismas personas, puede crear conflictos. Y es muy posible que ya los haya creado. La Justicia tiene su propio campo y debe poder actuar líbremente, según sus propias normas. La política sigue otros caminos, más apasionados, de constante campaña electoral.

El problema aparece más acuciante cuando el delincuente es un político. Entonces se habla de "Responsabilidad Política". Me parece un término oscuro que puede ser peligroso para la tranquilidad de la Democracia. 

La "Responsabilidad Política" sería la responsabilidad de aquellas personas que han intervenido en la selección de un hombre o una mujer para un cargo o un trabajo de la Administración o dependiente de ella, que, después, en el ejercicio de su responsabilidad pública, han cometido acciones que se pueden calificar de faltas o delitos graves. En estos casos que se pueden producir en todos los países, se suele hablar violentamente, apasionadamente, de este tipo de Responsabilidades. Y como consecuencia de ellos, hombres valiosos que han demostrado sus buenas y positivas capacidades en puestos importantes de Gobierno, se han sentido obligados a dimitir, y probablemente, a renunciar a futuras posibilidades políticas. Todos tenemos sus nombres en la memoria todavía, porque han desaparecido del escenario político. ¿Es ésto justo? 

Esta pregunta no es sólo un ejercicio literario, ni una posición partidista, porque se puede plantear a propósito de personas de diferentes partidos y a propósito de diferentes causas. Nadie puede negar que se han obtenido importantes avances en la lucha contra el terrorismo, gracias a la acción, nacional e internacional, de unos ahora "quemados" ministros del Interior. Nadie puede negar que se consiguieron importantes metas económicas y monetarias, gracias a las capacidades de algunos típicos y conocidos ministros en el difícil campo de la Industria, la Economía, la Hacienda y la Agricultura. 

Hay mucho que decir. Un responsable político no puede trabajar solo, aislado, en una torre de marfil, inviolable, transparente, desde donde lo ve todo y puede tomar decisiones sobre todo. Al contrario, el Político que ocupa un puesto importante, debe rodearse de una vasta y suficientemente amplia estructura de colaboradores y colaboradoras que le ayuden a conocer los problemas, estudiarlos, enfocarlos debidamente, solucionarlos en los diferentes niveles nacionales e internacionales y realizarlos. En la selección de estos colaboradores, no sólo debe fiarse de las capacidades y cualidades humanas de los elegidos, sino de todos aquellos que los han presentado y han hecho posibles sus nombramientos. Esta es la realidad. El líder depende de otros. Y debe ser así. Y debe confiar en otros. 

El famoso orador francés Lacordaire decía que "en todo hombre hay un santo y un criminal". Y no recuerdo el nombre del poeta español medieval que decía lo propio de otra manera: "El Hombre de metales dos es confeccionado: uno vil y otro honrado". ¿Cuál de los dos triunfará? No se puede dar una respuesta definitiva en ningún caso, hasta después de la muerte. 

Hay siempre una parte de misterio en todas las psicologías humanas, en todas las personalidades, en todas las conductas públicas y privadas. Y el misterio queda ahí siempre, a no ser que se quiera convertir el mundo en un complejo entramado de espionaje casi personal. 

Quiero decir, con esto, que una persona normal durante un tiempo, puede convertirse en un "chorizo" inesperadamente, cuando se le presente una oportunidad diversa. Puede también acontecer lo contrario. Y todos hemos conocido casos famosos de delincuentes que se han rehabilitado para ocupar puestos notorios y brillantes en el campo de la cultura o en otros campos. Sin llegar a estos extremos, nadie puede poner la mano al fuego por otra persona, afirmando que nunca caerá en algo prohibido. Mientras estamos en esta "porca miseria" del mundo, como dicen los italianos,  estamos expuestos a las sacudidas y a los derrumbes morales. La historia está llena de casos así. Hitler fue elegido democráticamente por su pueblo. Y ya sabemos cómo terminó. 

Yo tengo en mi poder un libro, muy interesante por cierto, que se llama "Jesuítas y Masones". Está escrito por un hombre que fue sucesivamente "Jesuíta" y ocupó algún cargo en la Compañía de Jesús, la estudió, y posteriormente la abandonó. Buscó modos para entrar en una secta masónica para estudiarla. También en ella fue subiendo de categoría. Después la abandonó. Y así pudo publicar un libro, en el que compara a Jesuítas y Masones, que resulta interesante. ¿Quién podía descifrar las extrañas vertientes de la personalidad de este hombre? ¿Quienes fueron engañados tienen alguna responsabilidad en todo ello? 

Se acumulan los informes y los papeles sobre las mesas de los altos funcionarios del Estado. ¿Hay tiempo para leerlos?. Se necesitan cada día centenares de firmas en documentos que deben salir. ¿Se pueden controlar todos?. Se comentan entre los compañeros, disparates, barbaridades, cometidos por personas cercanas. ¿Serán verdad? ¿Serán habladurías de compañeros? ¿Serán fruto de las envidias y de las naturales simpatías o antipatías de unos y otros?. Habría que poner un espía sobre cada hombre en activo, y además un espía que espíe a todos los espías, para controlarlos a todos. Y así evitarse la "Responsabilidad Política" del Jefe que no ha cumplido con su deber. Esto es absurdo. Monstruoso. Así llegamos a un estado "policial" donde no queda lugar para la propia y personal responsabilidad. Así llegamos al caso de tener que poner una "Pata Negra", en cada esquina y en cada despacho. Un Estado así sería parecido a los Estados Comunistas y Fascistas, que han desaparecido, gracias a Dios, después de unas largas guerras con millones de muertos, y después de la caída del Muro de Berlín.