El terremoto femenino

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

No debemos olvidar que ha habido mujeres excepcionales en la historia de todos los pueblos y de la misma Iglesia, desde muchos siglos atrás. Recordemos el "Tanto monta, monta tanto" de Isabel y Fernando, ambos Reyes con todas las prerrogativas y capacidades de decisión. 

En la Iglesia de Jesucristo, desde su principio, hace dos mil años, ha habido una mujer en un puesto insuperable, que ha sido reconocida, venerada y estudiada como una pieza decisiva dentro de la fe. Esta mujer se llama María madre de Jesús de Nazaret. En el grupo que seguía a Jesucristo había varias mujeres, y varias mujeres con María estaban orando con los Apóstoles, el día de Pentecostés, en el que ellos y ellas recibieron clamorosamente el Espíritu de Dios. 

De María, la Madre de Jesús, se ha hablado y escrito como una verdadera sacerdotisa, corredentora, y medianera con Jesucristo ante Dios. No podrán quejarse las feministas. 

Pero, sin duda, la presión social de la mujer en este último siglo ha sido muy fuerte. Movimientos nacionales e internacionales en favor de los derechos de la mujer han conseguido prácticamente todo en teoría, aunque en la práctica todavía quedan varias metas por alcanzar. La mujer ha llegado y llega a los más altos puestos de la sociedad, de la cultura, del arte, de la economía, de la política. Hay mujeres empresarias, políticas, Reinas, Presidentes de Gobierno, Juezas, Fiscales, Ministras. Y lo hacen bien. Con el aplauso de muchos. Y, si otras no llegan, es o porque no se sienten llamadas a esos cargos y trabajos, o porque no logran alcanzar los niveles de personalidad y preparación que se les exige. 

Y aun en el ámbito estrictamente religioso y cristiano, la mujer se halla en casi todas las posibilidades, menos unas pocas que son las estrictamente sacerdotales en algunos sacramentos, no en todos. Se encuentran mujeres en todas las oficinas de la Iglesia, Diocesanas, Parroquiales, obras nacionales, internacionales, en el mismo Vaticano. Se volvió sumamente famosa la religiosa, Sor Pascualina, en tiempo del Papa Pio XII. Hay mujeres estudiantes y profesoras, catedráticas y Decanas, en prácticamente todas las Facultades y Escuelas de la Iglesia. Dan conferencias, publican libros y articulos, como sus colegas los hombres. Dan la Comunión y el Bautismo.  

Esta fuerte presión social, dentro y fuera de las Iglesias, hará que la marcha adelante no se detenga, ni se pueda detener. Y que, si ahora se ha llegado ya al nivel que podríamos llamar "nueve", dentro de unas decenas de años, se llegue al nivel "Diez". Todavía no podemos prever claramente  cuáles serán las características de este alto nivel de participación, por lo menos en lo que toca a la Iglesia Católica. Pero para mi es evidente que no se podrá frenar ni evitar definitivamente. 

El Sínodo anglicano ha dado su visto bueno a la ordenación sacerdotal de mujeres. Y esto se puede considerar un verdadero Terremoto nacional e internacional, porque la Iglesia Anglicana ocupa un puesto central en la Gran Bretaña y en otros países. Esto es un terremoto femenino.  

Creo que hemos de evitar dar un juicio sobre la resolución sinodal en un asunto que pertenece exclusivamente a los cristianos anglicanos. Pero quiero decir que me parece evidente que esa posición sinodal traerá consecuencias inevitables en otras confesiones, a pesar de los rechazos ya manifestados. 

La Teología deberá investigar por qué Jesús no eligió a ninguna mujer dentro del Colegio Apostólico de los Doce, por qué una Tradición de dos mil años ha dejado fuera del sacerdocio a las mujeres, por qué misteriosa razón de fondo se ha pensado que el sacerdocio cristiano era una cuestión de hombres. Contestar a estas tres preguntas es muy importante. Porque una sensata respuesta nos daría el conocimiento de la verdadera voluntad de Jesús, que es lo que en defintiva más nos interesa. 

Para un católico no basta leer la Biblia. Además hay que saber leer la historia, la tradición divina, los textos antiguos, los Padres apostólicos, los Santos Padres. ¿Podía Jesús llamar al Apostolado a mujeres, en una sociedad donde las mujeres no tenían prácticamente derechos ni eran sujetos de consideración humana? ¿Pasará ese Terremoto Femenino y volverá la calma social en las Iglesias? Yo creo que, en Historia, como en las Matemáticas y en la Filosofía, puestas unas premisas, se producen necesariamente unas consecuencias. Pero no se puede prever el "Cuándo". A no ser que se produzca una nueva definición dogmática, lo cual parece difícil, pero no es estrictamente imposible.