(A causa del petróleo y de la invasión de los Irakíes, se encendieron centenares de antorchas en el desierto de Arabia. Sucedía por el mes de Marzo de 1991. Impresionado por aquellas muertes del petróleo y por aquellas gigantescas antorchas, escribí estos versos)
Yo ví una luz misteriosa
Sobre el cielo de mi vida.
Yo ví la luna cortada.
Yo ví la tierra amarilla.
Yo ví una mancha de sangre
Que se extendía y hervía
Sobre el desierto de arenas,
Sobre los pozos mi minas.
Yo escuchaba los quejidos
De una coral de niñas.
Y me quemaba la fiebre
De los hombres que morían.
Se levantaban los vientos
Sobre dunas movedizas.
Y se escuchaba el aullido
De la muerte peregrina.
Y todos en el desierto
Temblaban y se escondían.
Y envueltos en blancos mantos
Huían del homicida.
Los odios y las venganzas
Excitaban las orgías
De centenares de antorchas
Danzando en la noche fría.
Y mi hermano quedó muerto
Bajo la luna partida.
Y con su turbante blanco
Le cubrió la arena limpia.
Y le velaban mil hachas.
Y sus humos le envolvían
Y nadie vertió una lágrima.
Pero yo sí. Le quería.