A Jesús por Maria

Autor: Ramón Aguiló sj.

1.  POR MARIA.

 

Todos nosotros hemos vivido la realidad de esta afirmación, que es un ideal buscado al mismo tiempo que una ley de la más sana espiritualidad      cristiana. María es un camino para llegar a Jesucristo. Tal vez sea "el Camino". Lo hemos experimentado en nuestra juventud de congregantes de María. Lo hemos experimentado en nuestra propia vocación a la Compañía. Lo estamos experimentando en nuestros esfuerzos pastorales.

 

LECTURA DEL EVANGELIO SEGUN SAN JUAN (2, 1-11)

 

"Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea. Y estaba allí la Madre de Jesús. Fue invitado también Jesús con sus discípulos a la boda.

 

No tenían vino, porque el vino de la boda se había acabado.

 

En esto dijo la Madre de Jesús a éste: No tienen vino. Jesús le dijo: Mujer, ¿qué nos va a mi y a ti?. Todavía no ha llegado mi hora.

 

Dijo la Madre a los servidores: Haced lo que El os diga.

 

Había allí seis tinajas de piedra para las purificaciones de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres medidas. Jesús les dijo: Llenad de agua las tinajas. Las llenaron hasta el borde, y Él les dijo: Sacad ahora y llevadlo al maestre sala.

 

Se lo llevaron, y luego que el maestresala probó el agua convertida en vino - él no sabía de dónde venía, pero lo sabían los servidores, que habían sacado el agua - llamó al novio y le dijo: Todos sirven primero el vino bueno, y cuando están ya bebidos el peor, pero tú has guardado hasta ahora el vino mejor.

 

Este fue el primer milagro que hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria y creyeron el El sus discípulos".

 

              Consideración: Este es un milagro casero, doméstico, entre amigos. Seguramente lo más impresionante es que Jesús, el Hijo de Dios,              accediera a estar en una fiesta de Bodas, demostrando así su inmenso humanismo. También es impresionante que Jesús hiciera su primer milagro            y adelantara "su Hora" por la intervención de su Madre, cambiando sus propios planes. Así María se muestra como la introductora de su Hijo, ya mayor      y al comienzo de su vida pública, ante los hombres y ante el mundo. Nosotros nos esforzamos en el trabajo, y no podemos ofrecer más que un poco de           agua sucia y caliente. Ella conseguirá que nuestra sencilla oferta se pueda convertir en algo muy bueno, en lo mejor.

LECTURA DE LOS SERMONES DE S. LORENZO JUSTINIANO, OBISPO (s. 8)

 

"María iba reflexionando sobre todas las cosas que había conocido leyendo, escuchando, mirando, y de este modo su fe iba en aumento constante, sus méritos crecían, su sabiduría se hacía más clara y su caridad era cada vez más ardiente.

 

Su conocimiento y penetración, siempre renovados, de los misterios celestiales la llenaban de alegría, la hacían gozar de la fecundidad del Espíritu, la atraían hacia Dios y la hacían perseverar en su propia humildad. Porque en esto consisten los progresos de la gracia divina, en elevar desde lo más humilde hasta lo más excelso y en ir transformando de resplandor en resplandor. Bienaventurada el alma de la Virgen que, guiada por el magisterio del Espíritu, que habitaba en ella, se sometía siempre y en todo a las exigencias de la Palabra de Dios.

 

Ella no se dejaba llevar por su propio instinto o juicio, sino que su actuación exterior correspondía siempre a las insinuaciones internas de la sabiduría que nace de la fe. Convenía, en efecto, que la sabiduría divina, que se iba edificando la casa de la Iglesia para habitar en ella, se valiera de María Santísima para lograr la observancia de la Ley, la purificación de la mente, la justa medida de la humildad y el sacrificio espiritual.

 

Imítala tú. Entra en el templo de tu corazón, si quieres alcanzar la purificación espiritual y la limpieza de todo contagio de pecado. Allí Dios atiende más a la intención que a la exterioridad de nuestras obras. Por éso, hagámoslo de manera que la caridad de Cristo sea lo único que nos apremie. Este es el sacrificio de la purificación espiritual, agradable a Dios, que se ofrece no en un templo hecho por mano de hombres, sino en el templo del corazón, en el que Cristo el Señor entra de buen grado"

 

 

             OREMOS

 

        DIOS TE SALVE, REINA Y MADRE DE MISERICORDIA,

             VIDA, DULZURA Y ESPERANZA NUESTRA.

                       DIOS TE SALVE.

 

                A TI LLAMAMOS LOS DESTERRADOS

                        HIJOS DE EVA.

             A TI SUSPIRAMOS GIMIENDO Y LLORANDO

                 EN ESTE VALLE DE LÁGRIMAS.

 

             EA, PUES, SEÑORA, ABOGADA NUESTRA,

      VUELVE A NOSOTROS ESOS TUS OJOS MISERICORDIOSOS.

                Y DESPUÉS DE ESTE DESTIERRO,

      MUÉSTRANOS A JESÚS, FRUTO BENDITO DE TU VIENTRE.

 

            OH CLEMENTÍSIMA, OH PIADOSA, OH DULCE

                   SIEMPRE VIRGEN, MARÍA.

 

 

 

 

+ Yo te admiro, María, porque fuíste elegida Madre de Jesús, Hijo    de Dios.

  SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS.

 

+ Yo te admiro, María, con todos los fieles de la tierra y con    todos los bienaventurados del cielo.

  SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS.

 

+ Yo te saludo, María, vencedora del mal, que rechazaste todo     pecado.

  SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS.

 

+ Yo te saludo, María, heróicamente unida a la Pasión de tu Hijo.

  SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS.

 

+ Yo te suplico, María, intercesora y mediadora ante tu Hijo.

  SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS.

 

+ Yo te suplico, María, que, llena de amor a los hombres,         quisiste ser abogada de los pecadores.

  SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS.

 

+ Yo te amo, María, porque amas a Jesucristo y a su Iglesia, su    Cuerpo Místico.

  SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS.

 

+ Yo te amo, María, porque eres solidaria con todos los pobres    del mundo.

  SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS.

 

+ Yo espero en Ti, María, auxilio y defensa nuestra en las        dificultades y en la hora de nuestra muerte.

  SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS.

 

+ Yo espero en Ti, María, porque ninguno de los que Te han  

  invocado ha sido abandonado por Ti.

  SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS.

 

 

             OREMOS

 

Dios Omnipotente y Eterno, que hiciste de la Bienaventurada Virgen María, una morada digna del Espíritu Santo, concédenos propicio la gracia, de que al venerarla devotamente, logremos vivir según la Voluntad de tu Hijo Divino, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

2-   A JESÚS.

 

Digamos, para terminar, esta oración que redactaron unos jóvenes que iban a ser confirmados:

"A JESUCRISTO, HIJO DE DIOS, HIJO DEL HOMBRE.

Aunque nunca te he visto personalmente, me han contado tantas cosas buenas de Ti que no puedo evitar el quererte cada día más. Tu personalidad me cautiva, Hijo de Dios, Hijo del Hombre y Señor del Universo. Tú realizaste cosas maravillosas. Y las sigues realizando, siempre activo entre los hombres. Hiciste ver a los ciegos, hablar a los mudos, curaste a los enfermos, resucitaste a los muertos. Pero  lo que más me impresiona es que perdonaste y diste paz a los pecadores, y esperanza de libertad a los oprimidos. Lo hiciste todo bien.

 

Tú eres nuestro Maestro. Nos descubres a Dios, nuestro Padre, y nos enseñas a vivir como hijos suyos.

 

Tú tuviste el valor de enfrentarte a todo un pueblo que te rechazaba, y a sus dirigentes que lo engañaban y oprimían.

 

Tú sufriste valientemente una injusta y dura Pasión, experimentaste una muerte violenta. Pero recuperaste la alegría de vivir. Con ello nos salvaste, nos iluminaste y nos diste la bella posibilidad de esperar.

 

Yo te admiro, te respeto y te amo.

 

Quiero agradecerte todo lo que has hecho por la humanidad descarriada. Y porque, gracias a Ti, soy lo que soy y puedo existir feliz.

 

Te agradezco también que hayas fundado la Iglesia. Gracias a ella, te he conocido y mi vida no es la de un caminante solitario.

 

Quisiera pedirte disculpas por mis desvíos personales y por todos aquellos que, tal vez inconscientemente, te dan la espalda o te ofenden.

 

Tú, amigo mío, comunícame tu luz y tu fuerza, para que mi personalidad y mi vida sean dignas de Tí, para darte a conocer a los que me rodean, para demostrarles a los que no creen en Tú, que eres Dios Infinito y Hombre Perfecto, para que te quieran como yo te quiero, para que te sigan como yo te sigo, para que se comprometan contigo, como yo me comprometo, en la construcción paciente de una convivencia más solidaria, más justa, más pacífica y más alegre. Cuando me necesites, aquí estoy. Cuenta conmigo. Ya lo sabes."