División y Democracia

Autor: Ramón Aguiló SJ  

 

 

No queremos aceptar las realidades políticas. Los hombres y las mujeres de los diferentes partidos que están actuando en ese mundo tan agitado de la política parece que son ciegos, que han perdido la memoria y que son incapaces de analizar nuestras realidades. Por eso la Política resulta tan agitada. Y a veces tan detestable.  

Nuestra realidad social es un conjunto de variedades, como si fuera un enorme COKTAIL de frutas, o una mezcla de licores. O un cuadro surrealista en el que el pintor ha puesto un conjunto de manchas de diferentes colores y lo presenta como un atardecer de una multitud agitada.  

Es algo que deberían tener en cuenta los que cada día se presentan como Salvadores de la Patria, como unos sabios que van indicando con su puntero, los caminos que hay que seguir para llegar a la felicidad.  

Y todo esto no es más que un sueño.  

Porque, mirando el mundo que nos rodea ahora, nos encontramos con el conjunto más surrealista, con una novela de extraños personajes que parecen no conocerse, ni reconocerse.  

Yo me encuentro por las calles de mi ciudad donde vivo con hombres muy serios que van vestidos con pantalones cortos, fumando en una gran pipa. Me mira y me dice en una lengua que no sé cuál es “Yo soy viajante. ¿Quiere algo?”. No lo entiendo. Nos damos la mano. Algunos me dan un abrazo. Y después desaparece. Todo me ha sucedido como si fuera una espectacular VISIÓN.  

Pero aquella visión está. Es real. No sé cuántos idiomas hay en este mundo. En mi propia patria hay tal vez decenas de ellos. Y esto, aunque no lo parezca, nos divide. Podría presentar otras muchas causas de división, para que los Políticos que a veces parecen estar ciegos, piensen en qué esfera se mueven y dónde deben actuar. Que no sean como Payasos que actúan en un Parlamento donde se discuten los más profundos problemas de una sociedad.  

Nos dividen las teorías sobre la existencia. Más todavía nuestras ideas religiosas. Mucho más nuestras teorías políticas. Muchos hablan de Democracia. Y parece que no saben lo que significa esta palabra. Que es tan antigua como la historia del Pensamiento y de la Filosofía.  

Yo les preguntaría: Oiga Usted, Señor Político, ¿Sigue Usted a Platón, a Aristóteles, a Francisco de Victoria, a Francisco Suárez, a Carlos Marx, a Federico Engels, a Benito Musolini, a Adolfo Hitler, y no quiero decir otros nombres que podrían llevarnos a serios problemas, o que son de actualidad?  

Esta es una pregusta que parece reflejar una triste realidad. ¿Sabe Usted, Señor, Señora de la Política qué significa la Palabra DEMOCRACIA?  

No sé cuál será su respuesta. Porque sus actitudes, sus frases, sus actuaciones en la sede de su trabajo, parecen indicar que Usted piensa que la política es la agresión verbal, para hacer daño a los que no son de su partido y por tanto piensan de una forma diferente de lo que Usted propone.  

¿Por qué no puede Usted actuar como un Caballero, como un Señor o una Señora muy educados, que siempre tratan a los que encuentran con una delicadeza humana, señorial?  

Son siempre varios los Partidos Políticos que proponen sus programas en tan diferentes formas, estados, comunidades, continentes, rodeados de personas que no piensan como Ustedes, que no profesan o practican  las mismas actitudes sociales, que en el fondo de su ser, tienen una Fe o una Religión que no es la suya.  

La Democracia, como su nombre de origen griego indica, es el PODER DEL PUEBLO. Y el Pueblo está dividido.  

Y sin embargo, hemos de respetarlo, aunque no piense totalmente como los de nuestro grupo. ¿Por qué en vez de decir la palabra dura, durísima, que sale de sus labios furiosos, no utiliza Usted una palabra respetuosa, tranquila, aunque proponga un plan diferente al que propone el otro Partido?  

Esto es precisamente la DEMOCRACIA. Yo la definiría como el Gobierno del Pueblo, a través de las diversidades programáticas de los Partidos.  

Todos tenemos nuestros defectos. Usted también. Yo le pido a Usted, piense lo que piense, que respete los defectos de los demás, como los demás desean, sin duda, respetar los suyos.  

Acepte Usted, Político, sea de derechas o de izquierdas, de extrema derecha o de extrema izquierda, nacionalista o internacionalista, que los suyos y los de la oposición deben ser respetados. Aunque sean diferentes en todo. Porque la verdadera Democracia es Posible solamente en la diversidad intelectual y humana.  

Discutamos. Pero no nos peleemos. Eso es ser DEMÓCRATAS.