Confesión de un amigo

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

 

Jesús de Nazaret. Hoy es el día de la Semana en el que todos los buenos cristianos Te recuerdan con una especial atención porque recordamos aquel maravilloso Día en el que venciste a la muerte, resucitando. Te escribo en un DOMINGO PRECIOSO.  

NUESTROS PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS. Muchos Te recuerdan, y expresan  su oración suplicante porque confían siempre en tu gran Personalidad Salvadora. Yo, cuando Te escribo esta sencilla Carta quisiera expresarte mi sencillo amor y mi gratitud por todo lo que has hecho y sufrido por la Humanidad y concretamente por mí y por todos los que leen o lean esta Carta. 

Y es que cuando nuestros pensamientos y nuestros sentimientos quedan iluminados por tu misteriosa presencia, nuestra vida se convierte en una oración, en un diálogo que nunca termina. Hoy yo estaba  pensando en Ti. Y me sentía emocionado.  

A veces me parece que me miras, y me escuchas, y hasta me sonríes. Y no solamente esto, sino que todo lo que ahora Te digo es una enorme y maravillosa realidad. Esto sucede a muchísimos hombres y mujeres del mundo que procuran vivir su Fe en Ti, Jesús, querido hermano de la humanidad, Hijo de Dios e Hijo del Hombre.  

Jesús de Nazaret, concédenos la gracia de VIVIR SIEMPRE, SIN DISTINCIÓN DE DÍAS Y DE SEMANAS O MESES, EL BELLÍSIMO ENCANTO DE TU PRESENCIA AQUÍ Y AHORA.  

Aunque nunca Te hemos visto personalmente, nos han contado tantas cosas buenas de Ti que muchos de nosotros nos sentimos atraídos por lo que eres y por lo que nos enseñas. Y decidimos entonces quererte de veras.  

LO QUE TÚ ERES Y LO QUE NOS ENSEÑAS. Tu Personalidad nos cautiva, Dios y Hombre y Señor del Universo.  

Tú realizaste y sigues realizando cosas maravillosas. Tú eres un Ser activo, decidido, en provecho de los seres humanos que somos tan poca cosa. Tú hiciste ver a los ciegos, hablar a los mudos, curaste a los enfermo, resucitaste a los muertos. Pero muy especialmente perdonaste y diste paz a los pecadores, y esperanza de libertad a los oprimidos. Y lo sigues haciendo también ahora. Lo hiciste todo muy bien.  

Tú eres nuestro MAESTRO. Nos descubres a Dios, tu Padre y nuestro Padre. Y nos enseñas a vivir como hijos suyos.  

Tú tuviste el valor de enfrentarte a todo un pueblo que Te rechazaba, y a sus dirigentes que lo engañaban y lo oprimían.  

Tú SUFRISTE  VALIENTEMENTE una dura e injusta PASIÓN. Experimentaste una MUERTE VIOLENTA. Pero recuperaste la ALEGRÍA DE VIVIR.  

 

LAS CONSECUENCIAS Con todo ello, nos SALVASTE, NOS ILUMINASTE Y NOS DISTE LA BELLA POSIBILIDAD DE ESPERAR, cuando miramos hacia el presente o hacia el futuro.  

Jesús, los creyentes en Ti, Te admiramos, Te respetamos y Te amamos.  

Queremos AGRADECERTE todo lo que has hecho por la humanidad descarriada, débil, pecadora. Y porque, gracias a Ti, nosotros somos lo que somos y podemos existir felices.  

Yo quisiera agradecerte también el que hayas fundado la Iglesia. Gracias a ella, Te hemos conocido y vivimos según este maravilloso conocimiento. Y porque estamos contigo NUESTRA VIDA NO ES LA DE UN CAMINANTE SOLITARIO.  

Yo quisiera pedirte disculpas por mis desvaríos personales y por todos aquellos que, tal vez inconscientemente, Te dan la espalda o Te ofenden.  

Tú, Amigo mío, comunícame tu Luz y tu Fuerza, para que mi personalidad y mi vida sean dignas de Ti, para darte a conocer a los que me rodean, para demostrarles a los que no creen en Ti, que eres Dios Infinito y Hombre Perfecto, para que Te quieran como yo Te quiero y aun más. Para que Te sigamos todos como Tú nos pides, para que Te sigamos como Tú nos sugieres, para que todos nos comprometamos contigo y con tu Iglesia, en la construcción paciente de una CONVIVENCIA MÁS SOLIDARIA, MÁS JUSTA, MÁS PACÍFICA Y MÁS ALEGRE.  

Jesús, todos quisiéramos decirte que, cuando nos necesites, ya sabes dónde encontrarnos. Estamos a tus Órdenes, querido Hermano y Jefe, Jesús.  

En nombre de todos, TE DIGO que ESTAMOS DISPUESTOS SIEMPRE a CUMPLIR TU VOLUNTAD.