Palabra de Dios

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

 

Jesucristo, Hijo de Dios, Hijo del Hombre, cada día en las bellas e impresionantes EUCARISTÍAS que celebran en todo el mundo millares de tus Fieles Seguidores en el Sacerdocio, se repite la palabra “PALABRA”. 

Después de las Lecturas de la Misa el Presidente de la Asamblea Católica, el Celebrante, repite en voz clara y fuerte: PALABRA DE DIOS. PALABRA DEL SEÑOR. Esta última al final del fragmento que aquel día se lee.

Esto indica y proclama que DIOS NOS HA HABLADO, QUE DIOS SE HA COMUNICADO CON NOSOTROS POR LA PALABRA. Y QUE TÚ TAMBIÉN, JESÚS, ILUMINAS, ENSEÑAS Y DIRIGES A LOS HOMBRES Y MUJERES POR TU PALABRA.

Pero todo esto puede decirse en varios sentidos.

LA PALABRA Y DIOS. San Juan, el Apóstol y evangelista que tanto Te conocía y Te amaba, comenzó su Evangelio con estas solemnes frases: “En el principio EXISTÍA LA PALABRA. Y LA PALABRA ESTABA EN DIOS. Y LA PALABRA ERA DIOS”. En esta frase se afirma la divinidad de LA PALABRA.

Para nosotros resulta muy misterioso que Dios se comunique consigo mismo a través de otro Dios, que Juan llama PALABRA. Y otro gran misterio es que entre DIOS Y SU PALABRA SE PRODUZCA UN SER INFINITO, que todos llamamos el ESPÍRITU SANTO.

Los católicos afirmamos que en Dios se dan TRES PERSONAS DIVINAS Y UN SOLO DIOS VERDADEROS. Este es el gran MISTERIO DE LA TRINIDAD.

Cada día hacemos la señal de la Cruz sobre nosotros mismos, pronunciando las palabras EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. Esta misteriosa verdad está en el centro de nuestra Fe CRISTIANA, la que Tú, Jesús de Nazaret, nos comunicaste. Y nosotros, los que Te seguimos, procuramos conservarla, recordarla y vivirla. Cada día y a todas horas.

Hay en este misterio una verdad fundamental: LA RELACIÓN DE DIOS CONSIGO MISMO ES DIOS. Y sin embargo, no son tres dioses.

LA PALABRA Y EL UNIVERSO. El Evangelista Juan prosigue su introducción con la siguientes misteriosas y hermosas frases: “TODO SE HIZO POR ELLA (es decir, por la PALABRA). Y SIN ELLA NO SE HIZO NADA DE CUANTO EXISTE”

Esto significa que todo lo creado por Dios es como una proyección de su DIVINIDAD, a través de la PALABRA DE DIOS. O dicho de otra forma: la comunicación, la proyección de Dios con el Universo creado, es DIOS. Y Juan llama a esta bellísima realidad LA PALABRA DE DIOS. Y esta proyección, Jesús, eres Tú antes de tu encarnación, durante tu presencia humana en el mundo y en la historia, y después de tu muerte, resurrección y ascensión al Cielo. Es decir, SIEMPRE.

Tú has sido, eres y seguirás siendo siempre el HIJO DE DIOS Y EL HIJO DEL HOMBRE, como Tú mismo Te has definido.

Nosotros, pobres mortales, no podemos comprender los Misterios y esto me parece un GRAN MISTERIO, grande pro bello.

Y LA PALABRA SE HIZO HOMBRE. El misterio prosigue porque Juan analiza tu PERSONALIDAD y tus RELACIONES CON EL HOMBRE y la realidad Histórica de tu Presencia salvadora, Mesiánica, Cristológica.

Escribió Juan: “EN ELLA (es decir, en la Palabra) estaba LA VIDA. Y la Vida era LA LUZ DE LOS HOMBRES”.

Todos conocemos perfectamente lo que significa la Luz. Porque cada día, al comienzo de nuestra jornada, caemos en la cuenta de que la Luz nos devuelve a la realidad. Cuando hay Luz miramos y vemos, sentimos y experimentamos la alegría de nuestro vivir cotidiano, recuperamos las fuerzas para trabajar, caminar y poner en marcha nuestras relaciones sociales, podemos contemplar los brillantes colores de nuestro ambiente y los rostros de los que nos rodean, con los que hablamos, discutimos, decidimos nuestros problemas.

Imagínate, Jesús, lo que sería un mundo sin Luz. Yo diría que sería algo insoportable.

Juan une VIDA Y LUZ. Y nos dio la clave de tu ser SALVADOR. La VIDA ES IGUAL a la LUZ.

Nosotros, Jesús, hemos de procurar vivir siempre contigo, realizando el ideal de existencia que nos has enseñado, como Maestro de la Humanidad, manteniendo nuestra FE, nuestra ESPERANZA, nuestra CARIDAD.

Por desgracia, no ha sido así, ya desde el inicio de tu Vida Humana. Juan añade estas palabras: “Y LA LUZ BRILLA EN LAS TINIEBLAS. Y LAS TINIEBLAS NO LA COMPRENDIERON” (Otros dicen: “no la vencieron”). Los dos sentidos son reales e históricamente ciertos.

CONCLUSIÓN. Juan termina con esta hermosa frase: “LA PALABRA SE HIZO CARNE Y PUSO SU MORADA SOBRE NOSOTROS Y HEMOS CONTEMPLADO SU GLORIA, GLORIA QUE RECIBE DEL PADRE COMO HIJO ÚNICO, LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD”

Jesús, queremos estar contigo siempre. Sin Ti, el mundo y nuestra vida se convierten en una NOCHE TERRIBLE, CON TEMPESTADES, CON INÚTILES DERRAMAMIENTOS DE SANGRE, CON INEXPLICABLES COORDENADAS.