Una visita a casa de Jesús

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant




Cuando le dije a mi hijo, vamos a la casa de Jesús, mientras caminábamos tomado de la mano, el se aferró fuertemente a mi brazo, y me pregunto, ¿lo podremos ver?, entonces tuve que buscar un respuesta que esta presente, cierra tus ojitos, para que tu corazón lo pueda ver, y cuando así ocurra, háblale todo lo que quieras, a esto mi chico me respondió, que de acuerdo, pero era mejor que le habláramos los dos, para fuera una linda conversación familiar.

Esencial no mentir o engañar un niño, Jesucristo es Dios y Hombre verdadero, es así que como Dios está en todas partes y como Hombre está solamente en el cielo y en el sagrario, en el Sacramento de la Eucaristía.

Cuando entremos a un templo, aprovechemos de enseñarle a nuestros hijos todo lo que vamos a ver allí, de seguro se mostraran muy entusiasmado, lo que allí aprendan no lo olvidarán jamás, y lo más importante, aprenderán a querer y a cuidar su Iglesia, y no tenerle miedo, por que también es cierto, muchos niños, por falta de conocimiento le tienen un cierto temor a los Templo, por ser muchos tan grandiosos, algo oscuro y con mucha imágenes, incluso el Cristo crucificado les impacta.

Comencemos por lo más importante, El Sagrario, el lugar principal, que si no esta en el frente del altar mayor, esta en un costado, digámosle porque esta especie de casita con su puerta y su llave y porque se llama así, digámosle quien habita allí, y porque hay en un costado de esta una luz encendida, que es porque significa que esta el cuerpo de Jesús en su interior, entonces le enseñamos a doblar la rodilla derecha en señal de adoración, en el caso de que este expuesto le enseñamos que al pasar por delante hacemos lo mismo.

Fundamental explicarle el sentido de las imágenes, lo que representan y porque las observamos con respeto, tenemos muchos argumentos fáciles de explicar, como cuando ellos muchas veces se encuentran solos y el ver la foto de papa o mama y les trae paz. No olvidemos en señalar la diferencia entre adorar, como amar extremadamente a Dios y venerar como referido a algo que se considera positivo, respetarlo absolutamente por su santidad, su virtud, su dignidad o su significado.


Hagámosle ver que lo que hay en el sagrario no es un retrato o una imagen de Jesucristo, sino el mismo Jesucristo, vivo, pero glorioso, Jesús se encargará del resto.


Muchas veces reímos, lloramos o evocamos hermosos recuerdo al ver una foto o con tan solo la mente, no siempre estamos frente a una imagen del Señor, sin embargo para orarle no nos hace falta.


Enseñemos también la diferencia de un doblar de rodilla, y en hacer una reverencia, para que se comprenda que ante Dios es adoración, y ante los santos es reverencia.


Es muy importante que seamos claros en considerar a Jesucristo en el sagrario, no como una cosa, como una simple hostia, sino como una Persona que siente, que tiene corazón, que ama, que te está esperando y que siempre esta esperando que le visitemos, por tanto mientras mas frecuente mas gracia, mas consuelo y comprensión a nuestras angustias, mas solución a nuestras necesidades.


Y no olvidemos la hermosa costumbre, saludar a Jesucristo al pasar por delante de un Templo y que por mucha prisa o apuro que tengamos, si no entramos, nos persinámos o nos santiguamos.

Por comprender esto, “Gracias Señor”