Meditaciones sobre nuestra fe

El amor de Corintios 1-13, Si yo no tengo Amor, nada soy

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

1 Si yo hablo, pronuncio o digo palabras en lenguas que es utilizada por una comunidad de hablantes, esto es de hombres, miembros de la especie humana y de ángeles, espíritu celestial puro creado por Dios para que le sirva y haga de mediador entre Él y las personas pero no tengo amor, ese sentimiento de afecto, cariño y solidaridad que una persona siente hacia otra y que se manifiesta generalmente en desear su compañía, alegrarse con lo que considera bueno para ella y sufrir con lo que considera malo, vengo a ser como bronce, esto es un cuerpo metálico que resulta de la aleación del cobre con el estaño, de color amarillento rojizo y muy resistente que resuena o un Címbalo, nada mas que un instrumento musical de percusión que retiñe en algunas ceremonias religiosas. 

2 Si tengo Profecía, la predicción o anuncio de algo futuro, que se hace en virtud de un don sobrenatural y entiendo todos los misterios, lo que a veces no se comprende pero se cree por la fe, como el misterio de la Santísima Trinidad, así como cada uno de los sucesos relevantes de la vida, de la pasión, de la muerte y de la resurrección de Jesucristo y todo conocimiento, así como el entendimiento, inteligencia o capacidad de razonar y si tengo toda la fe, virtud teologal que consiste en la adhesión a Jesucristo y a su mensaje, de tal manera que traslade los montes, pero no tengo amor, nada soy. 

3 Si reparto, distribuyo, divido en partes y por lugares distintos y entre personas diferentes todos mis bienes que me son útiles y convenientes, aunque me proporcionen bienestar o dicha, posesiones y riquezas, y si entrego mi cuerpo, y pensando que es materia orgánica que constituida por sus diferentes partes, con extensión limitada y que ocupa un lugar en el espacio para ser quemado abrasado o consumido con fuego, pero no tengo amor, de nada me sirve. 

4 El amor tiene paciencia, capacidad para sufrir o soportar las penas y los infortunios sin perturbarse, capacidad para hacer trabajos minuciosos o pesados, calma y tranquilidad cuando se espera algo que se desea y es bondadoso, con inclinación natural a hacer el bien, posee dulzura, suavidad y amabilidad de carácter, tiene la facultad de ser bueno, no solo de parecerlo. El amor no es celoso, no sospecha, y no tiene inquietud o temor de que la persona amada prefiera a otro antes que a uno mismo, no conoce la envidia o disgusto producidos por el mayor éxito o suerte de otro: El amor no es ostentoso, pues no se exhibe con orgullo, vanidad o presunción, ni se hace arrogante, no se apropia ni se atribuye lo que no es. 

5 No es indecoroso como el que no tiene dignidad ni honradez o que atenta contra ellas, ni busca lo suyo propio. No se irrita, no causa ira ni la siente, ni lleva cuentas del mal, no es contrario del bien y no se aparta de lo lícito y honesto.

6 No se goza ni siente placer o alegría de la injusticia, sino que se regocija, se alegra y le produce placer la verdad. 

7 Todo lo sufre, lo experimenta, dispuesto a sentirlo o vivirlos con intensidad, lo recibe con resignación y esta dispuesto a aceptarlos sin quejas, lo soporta y lo tolera, lo aguanta y lo consiente, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 

8 El amor nunca, en ningún momento deja de ser. Pero las Profecías, el anuncio de algo futuro, que se hace en virtud de un don sobrenatural se acabarán llegando a su fin, cesarán y se interrumpirán las lenguas y las palabras, y se acabará el conocimiento, el entendimiento, inteligencia o capacidad de razonar. 

9 Porque conocemos solo un conjunto de las nociones aprendidas sobre materias y sobre disciplinas, Sólo en parte y en parte, a partir de señales observables profetizamos; 

10 Pero cuando venga lo que es perfecto con todas las cualidades requeridas, porque posee el mayor grado de cualidades, entonces lo que es en parte, Será abolido, suspendido y anulado. 

11 Cuando yo era niño y con poca experiencia, tenía un comportamiento infantil y actuaba con poca reflexión, entonces hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba, ordenaba y reflexionaba mis ideas para llegar a una conclusión como niño; pero cuando llegué a ser hombre y adulto, dejé lo que era de niño. 

12 Ahora vemos y percibimos por los ojos oscuramente, con poca luz y claridad, carente, confusamente y con dificultad de comprender de ellas por medio de un espejo aquello que se reproduce fielmente y que se toma como modelo o es digno de imitación, pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente en su totalidad y con mayor intensidad, Así como fui conocido. 

13 Y ahora permanecen, se mantienen sin cambio en una situación sin condición en la fe, como la adhesión a Jesucristo y a su mensaje, en la esperanza como la virtud teologal por la que se espera que Dios conceda los bienes prometidos y en el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor, el gran sentimiento de afecto, cariño y solidaridad que Dios da una persona y que este siente hacia otra y que se manifiesta en desear su compañía, alegrarse con lo que considera bueno para ella y sufrir con lo que considera malo, como el amor de madre que es el más desinteresado, que se da en forma gratuita y sin pedir algo a cambio.


Dios le Bendiga