Santa Teresa de Jesús de los Andes

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

BIOGRAFIA 

Santa Teresa de Jesus de Los Andes, se llama Juanita Fernández Solar es la primera chilena y la primera Carmelita americana que ha alcanzado el honor de los altares. Nació en Santiago de Chile el 13 de julio de 1900, en el seno de una familia acomodada muy cristiana. Sus padres fueron Miguel Fernández y Lucía Solar.

Desde sus 6 años, asistía con su madre casi a diario a la santa misa y suspiraba por la Comunión, que recibió por primera vez el 11 de septiembre de 1910. Desde entonces procuraba comulgar diariamente y pasar largo rato en diálogo amistoso con Jesús.

También desde su niñez vivió una intensa vida mariana que fue uno de los cimientos fuertes de su vida espiritual. El conocimiento y amor de la Madre de Dios vivificó y sostuvo todos los momentos de su camino en el seguimiento de Cristo.

Hizo sus estudios en el colegio del Sagrado Corazón (1907 - 1918). Profundamente afectiva, se creía incapaz de vivir separada de los suyos. Sin embargo, asumió generosamente la prueba de estudiar en régimen de internado los tres últimos cursos, como entrenamiento para la separación definitiva, que consumaría el 7 de mayo de 1919, ingresando en las Carmelitas Descalzas de Los Andes.

A los 14 años el Señor le habló diciéndole que quería su corazón sólo para Él, dándole también la vocación al Carmelo. Dentro de su preparación está la lectura de santos carmelitas y la correspondencia con la Priora de Los Andes. A los 17 años expone su ideal carmelita "sufrir y orar" y con ardor defiende su vida contemplativa, que el mundo "tacha de inútil". Le ilusiona saber que su sacrificio servirá para mejorar y purificar al mundo.

Como Carmelita se llamó Teresa de Jesús, no alcanzando a vivir ni un año entero en el convento. Murió el 12 de abril de 1920. Las religiosas aseguraban que había entrado ya santa. De modo que, en tan corto tiempo, pudo consumar la carrera a la santidad que había iniciado muy en serio mucho antes de su primera comunión.

"Cristo, ese loco de amor, me ha vuelto loca", decía. Y su ilusión y su constante empeño fue asemejarse a El, configurarse con Cristo.

Por eso, deseando llegar a ser una excelente copia suya, vivió decidida a ir hasta el fin del mundo atravesando el fuego si hubiera sido preciso para serle fiel.

Estaba siempre dispuesta a servir y a sacrificarse por los demás, sobre todo por alegría y felicidad, para hacer amable y atractiva la virtud.

Su vida fue enteramente normal y equilibrada. Alcanzó una envidiable madurez integrando en la más armoniosa síntesis lo divino y lo humano: oración, estudios, deberes hogareños... y deporte, al que era aficionadísima, destacando en la natación y en la equitación.

Como joven bellísima, simpática, deportista, alegre, equilibrada, servicial y responsable, Teresa de Los Andes está en inmejorables condiciones para arrastrar a la juventud en pos de Cristo, y para recordarnos a todos que es preciso cumplir el programa evangélico del amor para realizarnos como personas.

Por su intercesión está derramando el Señor una copiosa lluvia de gracias y favores de toda especie y atrayendo hacia Sí a innumerables hijos pródigos. Su santuario, visitado por más de cien mil peregrinos cada mes, se ha convertido en el centro espiritual de Chile.

Así Teresa de Los Andes viene cumpliendo la misión que ya le fuera reconocida poco después de su muerte: despertar hambre y sed de Dios en nuestro mundo materializado.

Beatificada por Juan Pablo II en Santiago de Chile el 3 de abril de 1987, ha sido solemnemente canonizada por el mismo Sumo Pontífice en Roma el 21 de marzo de 1993.

SU ESPIRITUALIDAD

A pesar de su juventud -19 años- y de su cortísima vida en el Carmelo -11 meses- su espiritualidad es rica y transparente.

Leyendo su precioso y abundante Epistolario, y sobre todo su Diario, escrito desde 1917 con el título de "Historia de la vida de una de sus hijas", pueden apreciarse los quilates de esta alma extraordinaria.

Amó tiernamente a Jesús. Dice ella refiriéndose a su Primera Comunión: "Jesús, desde ese primer abrazo, no me soltó y me tomó para Sí. Todos los días comulgaba y hablaba con Jesús largo rato...

"La mirada de mi Crucifico me sostiene... ¡Qué feliz soy! He sido cautivada en las redes del Divino Pescador. El 8 de diciembre me comprometí. Mi pensamiento no se ocupa sino de El... Jesús mío, he visto que sólo una cosa es necesaria: amarte y servirte con fidelidad; pare hacerme y asemejarme en todo a Ti. En eso consistirá mi ambición".

Y a María de un modo todo especial: "La Virgen me ayudó a limpiar mi corazón de toda imperfección... Mi devoción especial era la Virgen. Le contaba todo. Sentía su voz dentro de mí misma... Mi espejo ha de ser Maria. Puesto que soy su hija, debo parecerme a Ella y así me pareceré a Jesús". Su amor al Carmelo... A las almas... A sus seres queridos... son otras facetas de su espiritualidad.

¿QUE HA HECHO PARA SER SANTA?

Viendo que Teresita no hizo obras espectaculares ni alcanzó a cumplir los 20 años, muchos se preguntan qué méritos tiene para llegar a los altares.

Los tales deben saber que la santidad - a la que todos los bautizados estamos llamados- se alcanza tratando de cumplir siempre y en toda la voluntad de Dios en el puesto que a cada uno le toca ocupar en la vida. No es, pues, lo importante el papel o misión que uno tiene encomendado, sino el amor y la ilusión con que lo desempeña.

En el teatro no se aplaude al que hace de señor, de rey o de obispo, sino al que encarna bien su personaje y lo representa con perfección, aunque haga de mendigo o de tonto. Y lo mismo ocurre en el "gran teatro del mundo". Dios, dueño absoluto de todo, no necesita de nuestras cosas. Busca solamente nuestro amor, porque -como nos hizo libres- podemos negárselo, prefiriendo nuestros planes a los suyos. Y como podemos incluso estropear nuestras buenas obras actuando egoístamente, no mira Dios su grandeza o pequeñez, sino el amor con que las practicamos.

Doctrina es esta que se desprende de los capítulos 12 y 13 de la primera carta de San Pablo a los Corintios. Y es muy consoladora y estimulante para una buena mayoría de cristianos cuya existencia se consume en situaciones harto penosas y difíciles, para que se animen a ser fieles al Señor en los oscuros deberes de su rutinario vivir. Porque, si han sido auténticos, verán a la hora las cuentas que han hecho por Cristo más que muchos que ocuparon puestos de responsabilidad en la Iglesia e hicieron obras llamativas, aunque la historia les dedique muchas páginas; por aquello de que, aunque uno traslade montañas o se deje quemar vivo, si actúa sin amor, o sea, interesadamente, buscándose a sí mismo, de nada le sirve.

Ha sido, pues, muy oportuno que el Papa Juan Pablo II la canonizase, (21-3-1993), porque

Una santa joven, enteramente normal y equilibrada, sencilla, alegre, deportista, simpática y que amó y vivió plenamente la vida es un regalo de Dios para una sociedad como la nuestra, con un porcentaje muy elevado de jóvenes;

Porque, como enamorada de Cristo, nos contagiará a jóvenes y adultos de su amor, que nos impulsará – como a Cristo – a obedecer incondicionalmente al Padre y a vivir para los demás;

Porque nos convencerá de que sólo a base de espíritu de superación y de esfuerzo maduraremos y nos realizaremos como personas; y

Porque, olvidándose de sí misma y sacrificándose por los demás, nos señala el camino que conduce al equilibrio humano y a la verdadera felicidad.

ASI PENSABA

“Quiero que vivas siempre con Dios en el fondo de tu alma... Tienes que poseer a Dios para darlos a las almas”. (c 160)

“A mí desde chica me decían que era la más bonita de mis hermanos”

“En 1906 fue cuando Jesús principió a tomar mi corazón para Sí.”

“Jesús, desde ese primer abrazo, no me soltó y me tomó para Sí. Todos los días comulgaba y hablaba con Jesús largo rato. Pero mi devoción especial era la Virgen. Le contaba todo. Sentía su voz dentro de mí misma”

“En 1913 tuve una fiebre espantosa. Nuestro Señor me llamaba para Sí. A los 14 años me envío una apendicitis, lo que me hizo oír su voz querida, que me llamaba para hacerme su esposa más tarde en el Carmelo”

“Nos dijeron que entraríamos de internas. Yo creo que jamás me acostumbraré a vivir lejos de mi familia: mi padre, mi madre, esos seres que quiero tanto. ¡Ah!, ¡Si supieran cuánto sufro, se compadecerían! Sin embargo, me debo consolar”

“La mirada de mi crucifijo me sostiene”

“Todos los días hago mi meditación y veo cuán gran ayuda es para santificarse. Es el espejo del alma. ¡Cuánto se conoce en ella a sí misma!”

“Tomen la resolución de ser todo para todos..."

ORACION

Teresa de Los Andes,

que de la mano de María te convertiste en una joven enamorada de Jesucristo, eres modelo de santidad y camino de perfección para la iglesia.

Tú supiste reír, amar, jugar y servir.

Tú fuiste fuerte para asumir el dolor y generosa para amar.

Tú supiste contemplar a Dios en las cosas sencillas de la vida.

Muéstranos el amor del Padre para vivir la amistad con alegría y con ternura en la familia.

Ayuda a los débiles y a los tristes para que el Espíritu los anime en la esperanza.

Intercede por nosotros y pide para Chile el amor y la paz.

Teresa de Los Andes,

hija predilecta de la Iglesia Chilena,

Religiosa del Carmelo,

amiga de los jóvenes,

servidora de los pobres,

ruega por nosotros cada día.

Amén.