Nunca es tarde

Autor: Manuel Izquierdo

 

 

Dice un refrán: "Nunca es tarde si la dicha es buena". Quizás este refrán es una de las conclusiones que podemos sacar del Evangelio que nos presenta un parálitico que llevaba 38 años esperando su curación. Luego de todo ese tiempo de espera aparece Jesús en escena y le pregunta: ¿Quieres curarte?

Cada uno de nosotros debe preguntarse: ¿Qué yo le hubiese contestado a Jesús? Se me ocurren varias respuestas:

1. "Señor, ya llevo 38 años con está parálisis....¿de qué me serviría ahora esta curación?

2. "Señor, ahora llegas a curarme, ¿quién me va a devolver todos estos años perdidos?

3. "Señor, ¿Cómo Dios ha permitido tenerme encadenado a esta parálisis por tanto tiempo? 

Estas respuestas, aunque sinceras, podrían señalar que mi fe en el Mensaje del Evangelio ha entrado en una fase de desgano o de indiferencia.

Este texto del Evangelio, sin embargo, nos da una grandiosa lección: Nunca es tarde. Es posible que durante los últimos treinta (30) años hayas vivido tu cristianismo con demasiada tibieza. Es posible que sientas que durante los últimos cuarenta (40) años poco o nada has aportado al Reino del Amor. ¡No importa! NUNCA ES TARDE. Deja que Jesús se acerque. Deja que Jesús te sane. Luego, sin reproches, sin condiciones y sin lamentos toma tu camilla y empieza a trabajar por el Reino del Amor.