El dogma y la verdadera unidad cristiana

Autor: Luis Fernando Pérez

 

En nombre de Cristo, del amor, de la concordia y de toda una serie de palabras o principios que son del agrado de todos, hay quienes se constituyen en profetas de una unidad bucólica y más bien propia del falso irenismo, así como en promotores de encaminar la Iglesia hacia un laxismo doctrinal y moral no sujeto a la autoridad del Magisterio católico.
La verdadera unidad no se construye sobre el "vale todo" sino sobre la verdad. Y la verdad no se negocia, no está al albur de la opinión particular de cada cual. Creo que el drama de muchos cristianos liberales que dicen ser católicos es que ven el dogma cristiano como una especie de maldición horrorosa que atenta contra la libertad del hombre. Nada más lejos de la realidad. El dogma es verdad revelada por Dios y reconocida por su Iglesia. Y si, como dijo Cristo, la verdad nos hace libres, entonces el dogma católico es paradigma de libertad.
Los que piensan que todo es relativo y que no hay verdades absolutas son los que huyen del dogma como gato escaldado ante el agua. Pero la fe cristiana y católica, desde sus orígenes, ha sido un continuo desarrollo dogmático siglo tras siglo, era tras era. 
Las Escrituras son claras y enseñan que todo aquel que se aparta de la sana doctrina, puede condenarse para la eternidad. También enseñan que es deber cristiano intentar hacer volver a la buena senda a aquel que se ha apartado de la verdad. Pueden negar esa realidad, pero que no pretendan que quienes somos católicos sigamos la senda de perdición por la que los relativistas se han lanzado a tumba abierta.