Serenidad (primera parte)

Autora: Lucrecia Roper

 


La vida normalmente tiene problemas, lo malo es problematizarnos. La ilusoria posibilidad de poderlo controlar todo, al menos lo que a nosotros nos afecta, nos sitúa ipso facto fuera de la realidad. ¿Por qué? Porque no somos dueños de conducir cada acontecimiento a nuestro gusto. La contradicción y el desconcierto, cuando aparecen, nos recuerdan que el dominio sobre el mundo que nos rodea es mucho menor del que suponíamos.

Hay personas que viven enfrentadas consigo mismas por no aceptar con elegante deportividad lo que desearían que fuera de otro modo. La paz pasa 
por la aceptación tanto personal como ajena. Sería ilusorio pensar que a 
todo mundo le caemos bien; no somos monedita de oro. Pues hay que contar con 
esa limitación humana y saber que no todos nos van a acoger, es parte de la 
vida. Todos somos diversos y nuestros estados de ánimo, fluctuantes.

Una amiga me decía:

—“Durante veinte años le eché la culpa de lo que pasaba a mi suegra y a mi 
esposo, hasta que me di cuenta de que el problema era yo”.
Le dije:
—“Ya es ventaja. Pudiste haberte pasado la vida entera repartiendo culpas”.

A veces percibimos algo que nos molesta y que podemos pasarlo por alto o no. 
Saber olvidar, en ese caso, no es una manifestación de debilidad sino un 
signo de grandeza de ánimo. Tener un listado de agravios no es recomendable 
para la salud física y psíquica. Personas, palabras y hechos nos hacen sufrir y ese dolor puede terminar por dejarnos exhaustos. Por higiene mental necesitamos deshacernos de recuerdos que nos traen sufrimiento y que nos hacen darle vueltas al “yo”.

Desconoce la naturaleza humana quien no tiene presente su vulnerabilidad y 
su indigencia. El superhombre no existe. Todo deja huella en nuestra sique 
y en nuestra alma. Quien “siembra” pensamientos optimistas y de paz, eso es 
lo que “cosecha”.

No todo lo que quisiéramos lo podemos conseguir. Escribe Miguel Ángel Martí: 
“No está sereno quien no tiene nada (que le moleste), sino quienentiende 
por amor todo lo que le sucede”.