Los interrogantes que plantean los suicidios de adolescentes

Autora: Lucrecia Roper

 


Los suicidios de adolescentes van en aumento particularmente en Europa. Cada día, en el mundo, unas 5.000 personas se quitan la vida, constató en un Congreso titulado «Suicido, ¿opción, locura o misterio?». 

Celebrado en Roma, el encuentro subrayó el aumento de suicidios entre adolescentes en países como Alemania, Dinamarca, Finlandia, Austria y Suiza, en los que el nivel de vida es más elevado. Según el subdirector del Instituto, el Dr Arnaldo Pangrazzi «la vida de los jóvenes acostumbrados al bienestar queda expuesta al riesgo a causa de la falta de capacidad para resistir el dolor». ”Esta fragilidad explica su dificultad para afrontar los disgustos, conflictos, el vacío interior y espiritual, la falta de ideales y proyectos de vida”, añadió.

Otro elemento a considerar está en las formas de divertirse, que en algunos casos se acerca a la delincuencia –sin darse del todo cuenta-, y algunos jóvenes piensan que es la forma de “divertirse de los jóvenes de hoy”. Otro factor importante a tener en consideración es la música Rock, que muchas veces, con mensajes subliminales, incita a los jóvenes a quitarse la vida. Algunos de ellos que han escuchado música Rock por años, varias horas al día, han confesado que sienten una voz interior –quizás satánica- que les dice que se suiciden. Hay padres de familia que piensan que la música es indiferente, pero se está demostrando desde hace 30 años que no lo es.

El Dr. Pangrazzi observó que en «los países ricos las personas que tratan de suicidarse experimentan el contraste entre la belleza y la tranquilidad exterior presentado y su mundo interior lacerado por profundos conflictos».Los expertos constataron, además, que la primavera es la estación en la que más suicidios se verifican. Ante un despertar generalizado de la naturaleza y de las actividades sociales, las personas que experimentan profundas crisis existenciales, agudizan su malestar, y encuentran dificultades para dar un sentido a su vida. En este contexto, la muerte causada por la búsqueda de emociones extremas, como la alta velocidad en coche, puede considerarse como una forma de suicidio, es decir, como una falta de amor por la propia vida, surgida del vacío interior.