La brújula

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

Esta parábola dijo el Señor a sus amigos, que eran gente sencilla y sin pretensiones técnicas. Quiero decir con esto que no tenían GPS para orientarse por satélite, ni radio-balizas y otras lindezas que son tan frecuentes hoy en día entre la gente pudiente y mangoneante.

-Yo soy el norte, vosotros sois la brújula. Habréis observado que al sacar el compás y librarla del pivote, la aguja oscila un rato, hasta que encuentra su posición correcta. Cuando la ha logrado no vacila más. Pues así debéis ser vosotros respecto a mí.

Os ha costado a unos más que a otros el encontrarme, pero debéis olvidar ahora vuestras dudas del principio.

Y os digo algo más. Los hombres necesitan un norte. Su sentido común es una especie de brújula también. Vosotros debéis ser para ellos un lugar de referencia.

 Ya sabéis que si una brújula se aproxima a una masa de hierro o a otro imán la aguja se desorienta. A vosotros, si perdéis el sentido interior, si perdéis mi amistad, o si os desentendéis de ella, os puede pasar lo mismo.

Cuántos hombres hoy en día se sienten defraudados, embaucados, desorientados. Estos hombres tienen gran necesidad de vosotros para que, mediante vosotros, me encuentren a mí.

Si no queréis perder el magnetismo espiritual no olvidéis la oración, el silencio interior y el exterior, el estudio, la práctica de las humildes obras de misericordia, el ayuno, de lo que consideréis debéis ayunar, la limosna...