El Avemaría de Navidad

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: En torno a Adviento y Navidad

 

 

TE SALUDO

 

      ¡Shalom! La paz sea contigo y con los tuyos, que haya paz en el barullo de esta noche. ¡Shalom! te deseo como lo harían los del lugar aquella primera Navidad.

 

      ¡Jaire! Alégrate, sonríe, no ocultes tu jubilo interior, pues, ya ha llegado la hora que tanto esperabas tu y que tanto ansiaba el Universo entero. Aunque tengas las molestias del parto pon cara alegre, que un niño ha llegado al mundo. ¡Jaire! como te saludarían en Belén los llegados para el censo desde tierras lejanas.

 

      ¡Salve! hoy más que nunca te deseo salud, que te encuentres bien, a pesar de las incomodidades y de la fatiga que te causa dar a luz. ¡Salve! como te saludarían los romanos, si alguno de ellos encontrasteis, cuando el censo en la ciudad cuna del rey David.

 

      ¡Buenas noches! nosotros con el armamento sofisticado, convencional o nuclear, hemos conseguido que aquí y ahora haya paz. No una paz satisfactoria, pero si una ausencia de guerra. La cuestión de la alegría la tenemos solucionada con creces, tenemos espectáculos, concursos, películas y televisión. La salud está asegurada: tenemos médicos, hospitales y medicinas en cantidades industriales. Parece que lo único que nos hace falta es que haga buen tiempo, por eso te digo a la antigua usanza: ¡buenas noches, tenga usted, doña María! ¡Buenos días nos dé Dios! que hoy, mañana y pasado mañana y el otro y el otro día, que siempre haga buen tiempo.

 

 

      SANTA MARÍA

 

      Las miradas interiores de tantos millones de cristianos están fijas en Belén y allí tu ocupas un lugar importante junto al lugar principal que ocupa el Niño. ¡Nunca un nombre sencillo como el tuyo había llamado tanto la atención!. María de Nazaret, hoy María de Belén, Santa María muy querida, recibe mi saludo entusiasmado.

 

 

      ESTÁS LLENA DE GRACIA

 

      Ahora que reposas, ahora que has dejado al chiquitín durmiendo en el pesebre, voy a confiarte algo de lo que pienso de ti. Eres como un cristal espiritual, iluminada totalmente por la gracia. Iluminada y diáfana a la vez. La gracia llena tu ser sin ningún impedimento. Eres como un brillante que recibe la luz, que se llena de ella, pero que rebosa y la devuelve toda. La luz que recibes es la gracia, la luz que devuelves también es gracia. Gracia que también llega a nosotros. Gracia de Dios sin duda y para suerte nuestra.

 

 

      EL SEÑOR ES CONTIGO

 

      Yahvé, el Dios de tus padres ha cumplido en ti sus promesas. Las promesas anunciadas a Abraham, confirmadas a David, ratificadas a Isaias. En el recinto donde estás, donde estáis los tres, donde os abrigáis, donde os protegéis, Él está complacido y complaciente.

 

      El Señor el Hijo de Dios que un día nos salvará, es más que en ninguna otra ocasión tu Hijo. El Espíritu del señor te cubre y te acompaña, te vivifica y te infunde coraje.

 

 

      BENDITA ENTRE TODAS LAS MUJERES

 

      Tantas mujeres como hay en Belén esta primera Navidad, tantas como hay esta y todas las noches de Belén, y no obstante, únicamente a ti te conocemos. Solo tu destacas, solo tu has triunfado, y aun así no te has subido a un pedestal, ni a un podio para recibir honores. Te distingues por tu bondad, por tu generosidad, por tu ingenuidad, de aquí que los artistas, cambiando como cambian las modas y los criterios estéticos, te han plasmado siempre como a la más bella que han sabido pintar, tallar o esculpir, de entre todas las mujeres que han querido representar.

 

      No te has presentado a ningún concurso, ni has ganado ningún premio y aun así nunca una chica fue tan conocida, admirada y amada como lo has sido tu.

 

 

      BENDITO EL FRUTO DE TU VIENTRE: JESÚS

 

      ¡Tan contenta como estás ahora al ser madre!. Quieres descansar y al entornar los ojos vuelves a mirar al Niño, a tu Niño. Sí, estás contenta con Él y de que Dios te lo haya confiado. Esta noche aunque las revistas del corazón hablen de gente famosa que provoca escándalos o que llama la atención con sus excentricidades, aunque las revistas deportivas hablen de competiciones y de quienes las han ganado y saborean el triunfo, aunque los periódicos describan triquiñuelas políticas, importantes o no, en el medio del Nacimiento que hay en el centro de las casas cristianas una pequeñita imagen de tu Hijo ocupa este lugar privilegiado. Seguramente la han puesto los chiquillos cuando en el domicilio hay gente menuda, o los mayores cuando solo estos lo habitan. Esta figurita del Niño de Belén habla en silencio de cosas grandes y al hablar la figurita múdamente ya mejora nuestro interior, aun sin darnos cuenta. Y tu estas satisfecha de lo que en nosotros suscita.

 

 

      SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

 

      Eres madre de Dios y eres hija de Dios. Hoy que se habla tanto de que la mujer ha de disponer de su cuerpo, tu nos proclamas que tu cuerpo y todo tu ser total y dócilmente dado a los proyectos divinos. Y con tanta libertad y de tanta fidelidad y siendo totalmente dócil, te has hecho madre de Dios, cosa que ninguna mujer, por muy poderosa propietaria, administradora y gobernanta de su cuerpo nunca podrá conseguir. Y todo porque Él lo ha querido.

 

 

      RUEGA HOY POR NOSOTROS PECADORES

 

      Cuando éramos niños rezábamos ingenuamente, confiadamente, con ilusión. No éramos buenos del todo, nunca lo hemos sido, pero ahora nos damos cuenta de que al crecer nos hemos ido cargando de pecados. carga inútil que ralentiza nuestro espíritu ahora que estamos contemplándote en Belén. Comprobamos que somos muy poca cosa y que hasta somos un peso muerto inútil en el progreso espiritual del hombre. Pero esta noche, nosotros pecadores, en virtud de que este Niño nos pertenece, pues, nos lo ha entregado el Padre para salvarnos, te pedimos, María, que en seguida que tu Niño entienda alguna cosa, tan pronto balbucee alguna palabra, tu le hables de nosotros, que le pidas ayuda para nosotros, que le repitas nuestros nombres, nuestras necesidades, nuestras carencias.

 

      En el Nacimiento que hacemos en casa hay de todo: pastores, lavanderas, ángeles, panaderos, hasta con muy mal gusto, alguien pone la figura de un hombre que hace sus necesidades. Pero nosotros en el Nacimiento de verdad también queremos ser figuras y quisiéramos ocupar y ser figuras importantes, no simples comparsas. Queremos, pues somos pecadores, estar a su vera, para que nos mire y nos vea y su perdón nos llegue pronto y nos ayude a caminar por nuestra vida, por nuestra tierra, en nuestro tiempo, mejorando a cada instante nuestra realidad de hoy.

 

 

      RUEGA SOBRE TODO POR LA HORA DE NUESTRA MUERTE

 

      Ningún momento como este es tan definitivo para cada uno de nosotros. El Pesebre es el inicio de la Pascua. Nacer y resucitar son los dos más grandes dones que podamos recibir. Para llegar a Pascua, la del Niño y la nuestra, hay que morir y la muerte nos da mucho miedo. Queremos borrarla no pensando en ella y no caer en la depresión. Pero es mejor llegar deprimidos, pero acompañados por ti y tu Hijo, que distraídos, frívolos, drogados, anestesiados, ignorantes. Pecadores como somos podemos encontrarnos sin estar preparados ante la trascendencia.

 

      Ahora en Belén te hablamos del calvario. Para ti será dolor, para nosotros salvación. Para ti será pena, como ya te fue anunciado por Simeón y Ana, para nosotros en cambio el Gólgota es la única agarradera que tenemos para obtener consuelo y salvación.