El Día de los Santos Inocentes

Autor: Rev. Martín N. Añorga

 

     
Se celebra hoy el Día de los Santos Inocentes, fecha histórica de la Iglesia que ha sufrido torcidas interpretaciones que hasta hoy perduran.

La celebración de los Santos Inocentes, a quienes en el Oriente se les llama simplemente “los Santos Niños” se ha observado en la Iglesia desde el siglo quinto. La Iglesia los venera como mártires que no sólo murieron por Cristo, sino en lugar de Cristo. En Belén, de manera muy especial, se exalta esta celebración. Todos los días del año, por las tardes, los frailes franciscanos y los niños del coro, visitan el altar de los Santos Inocentes en la cripta de la Basílica de la Navidad y cantan el himno de Laudes: “Salvete flores martyrum”.

Uno de los más discutidos temas sobre el Día de los Santos Inocentes se relaciona con determinar cuántos niños fueron asesinados por la orden de Herodes. La doctrina bizantina habla de 14,000 niños, las “Menaia” sirias, de 64,000, y por una impropia interpretación de textos en el Libro novo testamentario de Apocalipsis se hace ascender la cifra a 144,000.

Lo cierto es que Belén, en los tiempos bíblicos, era una pequeña villa, y aun cuando se incluyesen sus contornos no podía tener, en un momento dado, más de veinticinco niños menores de dos años. Algunos de los investigadores reducen la cifra a doce solamente. Hay una conocida historia que cuenta Macrobio, cronista hereje del siglo V, en la que afirma que al enterarse el emperador Augusto de que entre los niños menores de dos años condenados a muerte se hallaba el propio hijo de Herodes, hizo este comentario: “valdría más ser el cerdo (hus) de Herodes que su hijo (huios)”.

El hecho es que no importa el número exacto de los niños mártires. El relato bíblico no menciona números. Textualmente reza así: “entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enfureció en gran manera, y mandó a matar a todos los niños en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para bajo”.

Herodes sentía un miedo patológico ante todo lo que amenazara el imperio que mandaba. Se cuenta que llegó hasta el asesinato de uno de sus hijos que se atrevió a reclamar el trono. Al enterarse Herodes de que había nacido “el rey de los judíos”, decidió evitar por los más infames medios, que ese supuesto rey llegara a convertirse en una amenaza para su estabilidad política, siendo esa la razón de la matanza horrible que ordenara..

Lo curioso es que una celebración tan triste como sin dudas es la matanza de los niños inocentes, haya devenido en una burda festividad en la que se intercambian terribles bromas, se hacen chistes a granel y hasta en los medios noticiosos públicos se practica lo que se ha dado en llamar “inocentadas”.

Como se dice en Wikipedia, “es costumbre realizar bromas de toda índole. Los medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de tal modo que la información parezca real. Se trata de una libertad que se dan los agentes mediáticos para dar rienda suelta a su sentido del humor, oportunidad que solamente tienen una vez al año”.

Una de las bromas más populares en algunos países de la América hispana es la de solicitar préstamos que dada la celebración quedan exentos de la obligación de pagarlos. Los que logran embaucar a los cautos que estén desprevenidos de la fecha, les dicen a los que han logrado engañar “inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar”.

En España es muy popular la celebración festiva del Día de los Inocentes. Quizás en los grandes centros urbanos tal costumbre ha declinado de forma evidente; pero no en las aldeas o pequeñas ciudades en las que todos los habitantes generalmente se conocen unos a otros. Dar una “inocentada” a un desconocido es siempre riesgoso, pues no puede anticiparse la reacción de la persona “embromada”.

En Estados Unidos no se celebra el Día de los Inocentes, pues para los estadounidenses existe el llamado “día de los tontos”, el primero de abril de cada año. Esta es una celebración de origen incierto que en países nórdicos se ha celebrado por siglos. Antes de la adopción del calendario Gregoriano en 1564 la festividad se observaba el primer día del año.

Nosotros estimamos que los cristianos deben abstenerse de convertir el Día de los Inocentes en un “April Fool’s Day”.Esa es una fecha triste que nos recuerda la muerte de criaturas prácticamente recién nacidas, condenadas por la perversidad de un gobernante sin escrúpulos. En la Iglesia se habla de ellos en términos llenos de ternura. San Agustín decía que se trataba de “capullos destrozados por la tormenta de la persecución en el momento que se abrían”.

La historia de la Iglesia menciona a Esteban como el primer mártir que entrega su vida como precio de su testimonio cristiano. EL fue un testigo de la verdad de Jesús y murió apedreado por una multitud llena de odio. Es el primer mártir que conscientemente entrega su vida. Los niños de que nos habla el Evangelio murieron sin saber que morían. No tenían noción del Evangelio y eran incapaces de proclamarlo; pero la sangre que derramaron es el prólogo de un ejército de soldados incontables que han ofrendado su existencia por amor a Jesús.

Hoy, Día de los Santos Inocentes es oportuno un llamado a que se erradique la práctica del aborto en nuestra sociedad. Las madres que abortan sus criaturas y las personas que las ayudan en tan malsano proceso son imitadores del rey Herodes. La diferencia entre el horrendo monarca de hace dos mil años y las personas que trajinan hoy día con el aborto, es inexistente.

Hoy, 28 de diciembre, hagamos un alto y pensemos en la santidad de los niños y en el derecho que tienen de vivir vidas limpias y provechosas. En lugar de divertirnos indiferentemente, tomemos en serio el deber de proteger a la niñez. Hagamos del Día de los Santos Inocentes una experiencia que ilumine nuestros corazones y enderece nuestros pasos.