Mahatma Gandhi

Autor: Rev. Martín N. Añorga

 

 

               Mahatma Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en Porbandar, hoy día estado de Gujarat, en la India. Su verdadero nombre fue Mohandas Karamchand Gandhi; pero posteriormente sus seguidores lo llamaron Mahatma, que en sánscrito significa “Alma Grande”, (maha: grande, supremo; y atman, alma).  Curiosamente, y de acuerdo con las tradiciones de su época, a los 13 años se casó con  Kasturba, una niña de su misma edad.

                Gandhi estudió leyes en la Universidad de Londres, y en 1891, después de haber cumplido con los requisitos previstos obtuvo su título y regresó a la India, estableciendo una firma legal en Bombay, aunque con poco éxito. Dos años después aceptó un contrato para trabajar como asesor legal en una firma con oficinas en Durban, Africa del Sur, donde experimentó serias discriminaciones por su color y su procedencia. En esa época Sudáfrica estaba controlada por los británicos, y cuando pretendió el joven profesional reclamar sus derechos como ciudadano inglés fue atropellado, dándose cuenta de que sus coterráneos sufrían igual o peor suerte que él.

                Gandhi, cuya estadía en Durban estaba planeada para un año, permaneció 21 años en Africa del Sur, luchando por los derechos del pueblo hindú, donde desarrolló su filosofía política y su método llamado Satyagraha,  basado en los principios del coraje, la no-violencia, y la verdad. Creía que el modo en que la gente se comporta vale más que lo que consiguen. Reconoció este gran líder precursor de la defensa de los derechos humanos, que sus  principios tenían raíces en las obras de León Tolstoy, el gran escritor ruso y en los escritos del filósofo norteamericano Henry David Thoreau, especialmente su ensayo titulado “La Desobediencia Civil”, y de manera muy especial destacó la influencia que en su vida ejercieron las enseñanzas de Jesús.

                Durante las guerras Boer, concluidas con el tratado de Vereeniging, el que determinó la fundación de la Unión Surafricana en 1910, Gandhi tuvo una participación muy destacada. Fue el organizador de una ambulancia con equipo y recursos humanos  al servicio del ejército británico y fue el comandante de una unidad de la Cruz Roja. Una vez concluidas las hostilidades regresó a su campaña en pro de los derechos de los indios, fundando  la Granja Tolstoi, cerca de Durban, una cooperativa de la que se beneficiaron muchos trabajadores. Finalmente, en 1914 el gobierno de la Unión de Sudáfrica hizo importantes concesiones ante las demandas de Gandhi, incluyendo el reconocimiento del matrimonio entre los indios y la abolición del impuesto sobre su nacionalidad. Creyendo terminada su obra, a principios del año 1915,  regresó Gandhi a su tierra natal, donde se convirtió en el líder del movimiento nacionalista indio.

                Utilizando los postulados de la Satyagraha dirigió la campaña de independencia de la India de Gran Bretaña. En reiteradas ocasiones fue arrestado por los británicos debido a sus actividades en Sudáfrica y la India. El mantenía la convicción de que era honorable ir a la cárcel por una causa justa. En conjunto pasó siete años en prisión debido a sus actividades políticas, y en varias ocasiones observó largas jornadas de ayuno para promover su doctrina de la no violencia.

                Gandhi se convirtió en el símbolo internacional de una India libre, viviendo una vida casi ascética, llena de una profunda espiritualidad, enmarcada en la práctica de la oración, el ayuno y la meditación. Su unión con su esposa se convirtió en una relación de hermano y hermana. Rehusó las posesiones terrenales, vistió la típica túnica hindú y el pañolón de las clases más pobres, subsistiendo a base de vegetales, frutas y leche de cabra. Recorría las calles con su prédica de la no violencia y el respeto y la veneración que provocaba en sus seguidores fue tal que hasta las autoridades británicas no se atrevían a ejercer fuerza sobre él..

                En 1921 el Congreso Nacional Hindú, el grupo que dirigía el movimiento en pro de la libertad nacional, concedió a Gandhi una total autoridad ejecutiva, incluido el derecho a que designara su sucesor.

                Contrariamente a los que muchos creían imposible basándose en la estrategia pacifista de Gandhi, la India alcanzó su independencia en 1947, y se separó en dos países, India y Pakistán, tras lo cual empezaron los enfrentamientos entre hindúes y musulmanes. Gandhi había abogado  por una India unida, donde los hindúes y musulmanes pudieran vivir en paz. Un 13 de enero de 1948, a la edad de 78 años, comenzó un ayuno con el propósito de detener el derramamiento de sangre. Tras  cinco días, los líderes de ambas facciones se comprometieron a detener la lucha y Gandhi abandonó el ayuno. Doce días más tarde fue asesinado por un fanático hindú que se oponía a su programa de tolerancia hacia todos los credos y religiones.

                Un testimonio sobre la vida austera y fructífera a la vez, de Mahatma Gandhi fue expresado por  Sarvepalli Radhakrishnan, quien fuera presidente de la India desde mayo del 1962 hasta mayo del 1967, y que naciera cuando Gandhi tenía apenas 11 años de edad, bebiendo, pues de su sabiduría y sus ejemplos. Dijo Radhakrishnan: “caminó a nuestro lado, nos dirigió la palabra, nos enseñó a vivir de manera civilizada, El que no ha sido injusto con nadie, no tiene porqué temer a nadie. Al no tener nada que disimular, nada le asusta. Puede mirar a todo el mundo a lo ojos. Anda con paso seguro, con la frente alta. Es todo franqueza y lo que dice consigue su finalidad”.

                Uno de los grandes sacrificios de Mahatma Gandhi, que pocas veces se menciona, es el de su familia. Un hombre que se volcó hacia el pueblo preterido y que mantenía una ideología de renunciación a las glorias del mundo en aras de su ideal de libertad y paz para la India, tuvo escaso tiempo para darlo a los suyos.  Su hijo mayor, Harilal (1888-1948), renunció en 1911 a sus lazos familiares azuzado por su rebeldía ante el estilo ascético de la vida de su padre. Murió asilado en un sanatorio para tuberculosos. El que le sigue, Manilal (1892-1956), vivió parte de su vida en Sudáfrica, donde fue editor de un periódico hindú. Regreso a la India en sus últimos años; pero sin mantener estrecha relación con su progenitor. Ramdas (1898-1969), aunque mantenía un estilo occidental de vida, participó de las luchas civiles de su padre en la década de los 1930’s; pero sin llegar a ser jamás un personaje de influencia. Se desenvolvió anónimamente, y anónimamente murió.  El más pequeño de todos, Devadas (1900-1957) fue el más apegado a su padre, de quien llegó a ser secretario personal; pero de quien no copió el estilo de vida propio de un idealista sacrificado.

                Es muy interesante la forma en que Gandhi se auto definía. Decía él ser hindú, budista, cristiano, musulmán, etc., sin que  importaran las aparentes contradicciones entre los diferentes grupos. Esto era porque según su pensar, la única definición real de Dios era que es La Verdad y el Amor, y esto puede aplicarse a todas las religiones por igual.

                Debido a que en un trabajo como éste es imposible detallar el pensamiento filosófico de Mahatma Gandhi, en temas como son la economía, la educación, el respeto a los pobres y a las mujeres y su posición visionaria sobre los derechos humanos en general, hemos decidido compartir con nuestras amigos lectores varios pensamientos del ejemplar conquistador de la libertad de su país en los que se expresan con brevedad y bravura algunas de sus grandes enseñanzas.

               

                Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa. 

                Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio. 

                Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible. 

                No hay camino para la paz, la paz es el camino. 

                Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego. 

                Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo. 

                Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia. 

                No vale la pena ser libre si se carece de la libertad de equivocarse. 

                La felicidad es la armonía que existe entre lo que tú piensas, dices y haces. 

                Yo objeto la violencia porque aunque a veces parezca que logra el bien, ese bien es temporal; pero el mal que hace ese sí es permanente. 

                La disensión honesta es muy a menudo una señal de progreso. 

                El débil nunca podrá perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes. 

                No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores,