Un minuto por favor

Autor: Martha Morales

 

 

Los que quieren el aborto en los primeros meses, no tienen ningún interés en proteger al niño en ningún momento de su gestación, y tampoco lo protegen ya nacido. Ahora discuten que el aborto se realizará a las 12 ó 14 semanas de gestación. ¿Les importa? No. Además, las técnicas utilizadas son horriblemente dolorosas para el niño. 

Si el embrión humano fuera parte del cuerpo de la mujer no tendría un corazón propio ni podría tener un sexo distinto del de la mujer.

"El embrión siente dolor y su percepción parece ser más profunda que la de un niño mayor": así lo afirma el doctor Carlo Benelli, médico neonatólogo italiano. "Ya desde la mitad de la gestación, los estímulos dolorosos han abierto todas sus vías para ser percibidos".  

"Todos los niños nacidos prematuramente -explica Carlo Benelli- demuestran una vitalidad inesperada para la edad y las dimensiones. Hoy sabemos que el bebé dentro del útero materno percibe olores y sabores. Oye los sonidos y los recuerda después del nacimiento. Desde luego, sabemos que el bebé, desde las 30 semanas de gestación, es capaz de soñar. En realidad, no se puede pensar que al salir del útero el bebé se hace persona; con el nacimiento, desde el punto de vista físico, se cambia verdaderamente poco: entra aire en los pulmones, se interrumpe la llegada de la sangre desde la placenta, cambia el tipo de circulación de la sangre en el corazón y poco más". 

El profesor Campbell, inglés, ha podido capturar imágenes de bebés en el útero materno por medio de un revolucionario escáner en tres dimensiones. Allí se puede ver cómo los bebés "realizan movimientos respiratorios dentro del útero, aunque no haya aire, o pestañean aunque no haya luz”. En declaraciones a la prensa, éste afirmó: "No creo que la gente se dé cuenta de la variedad de expresiones faciales que se consiguen en el útero, ni siquiera de que los bebés parpadean…”  

Una política de aborto a petición no crea una sociedad compasiva ni soluciona los problemas de pobreza, de negligencia o de faltas de oportunidad para la mujer. En lugar de crear un clima que favorezca a la mujer que ha de enfrentar un embarazo no planeado, el aborto es la puerta falsa, la respuesta fácil para solucionar un problema social.  

El derecho al aborto implicaría que se da pena de muerte sin juicio a un ser indefenso. Los médicos saben el embrión es el paciente más pequeño del mundo. 

A Teresa de Calcuta le preguntó un enfermo de sida:

─“Madre ¿por qué Dios no manda a quienes nos puedan curar”.

Ella contestó:

─“Dios ya los mandó pero no los dejaron nacer”. 

Una vida humana vale más que la creación material entera (Tomás de Aquino). 

Al despedirse de México, Juan Pablo II dijo con gran fuerza: “¡Que ningún mexicano se atreva a vulnerar el don precioso y sagrado de la vida humana en el vientre materno (...). Dios te bendiga, México, por los ejemplos de humanidad y de fe de tu gente, por los esfuerzos en defender a la familia y a la vida”.