El noviazgo “destructivo” 

Autor: Martha Morales

 

 

Los noviazgos destructivos son los posesivos e infantiles, los que asfixian, acosan, restan movilidad, tiempo, libertad, obstruyen y dificultan estudios, trabajo, deporte, relaciones familiares, sociales y amistades.  

Hay que aprender a amar. Tomás Melendo dice que, hoy día este tema está ausente. Se confunde el amor con el sentimentalismo blandengue. Amar es querer al otro en cuanto otro. En el animal la referencia es siempre el “yo”, el bien propio. Hay cosas que le atraen y cosas que rechaza. El ser humano, en cambio puede poner entre paréntesis sus instintos y realizar algo porque ve que aquello es bueno, aunque a él eso no le atraiga o no le interese.  

Cuando ama, el ser humano puede poner entre paréntesis su conveniencia, su comodidad, su placer. Amar es querer el bien; no es fácil perseguir el bien del otro porque hay una tendencia fuerte al egoísmo. Aquel bien que le ofrecemos a la persona amada ha de ser un bien real ha de ser algo que la mejore, y no que me beneficie sólo a mí.  

Cualquier bien, sólo lo es, si mejora a la persona. ¿Qué quiere decir que lo mejore? Que lo haga más pleno, más cabal, más de una pieza; va a ser algo que lo acerque a su destino de amor, a Dios. Cuando queremos a una persona la enseñamos a querer, a refrenarse, a ser amable  

Un novio destructivo, no escribirá cartas a su novia querrá acompañarla a todas partes, estará constantemente tratando de experimentar con ella besos y caricias profundas. Además buscará solo el lado sexual de la relación, le hablará por teléfono a todas horas, querrá verla desde temprano y procurará despedirse ya entrando la noche: Mostrará celos, hará amenazas y ejercerá una manipulación a veces escondida. Esa persona crea conflictos emocionales y quita la paz interior.

 

Cultivar una amistad previa

La definición de noviazgo puntualiza que es un compromiso –aunque a algunos no les gusta hablar de compromisos- de trato afectivo adquirido entre dos excelentes amigos.

Los cónyuges, antes de serlo debieron ser los mejores amigos. En caso contrario su matrimonio puede fracasar. Los novios antes de novios deben ser excelentes amigos.  

Los jóvenes buscan constantemente a la pareja ideal, o al menos adecuada, y con frecuencia se equivocan, se decepcionan. Cuando un amigo les hace ver los defectos del ser amado (idealizado) se enojan. Entonces el amigo (a) se aleja murmurando que “el amor es ciego”.  

No siempre es bueno cambiar una amistad por un amor. Pero el verdadero amor –el amor maduro- no es ciego, no idealiza. Enamorados de una cara o de un cuerpo solemos enfermar de premura pasional se despierta en nosotros un deseo de besar, abrazar, de sentir la cercanía del otro.  

Cuando alguien dice: “No tengo tiempo”, hay que preguntarle: “para qué”, porque tiempo hay mucho. Hoy, algunos no tienen tiempo para la amistad porque han perdido el gusto por la amistad.

 

Etapas del enamoramiento

Cortejo.- Existe una química, un magnetismo, una atracción, una alegría de vivir. Es la etapa de las declaraciones amorosas. El tiempo de duración de esta etapa puede ser desde unos días hasta unos meses. Un joven puede amar, pero ¿cómo saber si realmente quiere a su novia (o)? La única manera de saberlo es preguntándole si lo hace mejor: estudiante, hijo, amigo; si a partir de que sale con él (ella) tiene mejores calificaciones y se supera más en el trato con la familia y con los maestros y compañeros.

 

Conocimiento.- es la esencia del noviazgo, la pareja se conoce profundamente de ambos. Se toman de la mano. Hay caricias ligeras. Es una etapa que puede prolongarse meses o años. Pero a veces no se conocen con el paso del tiempo, porque hablan de puros temas superficiales, o porque no se muestran como son. Si no se conocen los defectos del ser amado, no se le conoce en profundidad pues no hay seres perfectos. Una vez que se conocen los defectos, se tiene la impresión de que la otra persona insiste en ellos para molestar, y no es así, es un defecto o hábito que ya traía y que no se advertía. Decía una persona enamorada: “Cuando se enoja deja de ser él, lo desconozco”. ¡Pues conócelo! Pues así es, y aún es tiempo de terminar o de aceptarlo como es.

 

Compromiso.- existe promesa de amor y fidelidad. Se habla de exclusividad en el amor. Esta etapa es en la que se planea el matrimonio. Para que el amor crezca es necesario que supere dificultades, por eso es contradictorio que –ante una dificultad- se busque la evasión, porque ésta impide que crezca el amor. Para superar una dificultad hay que luchar y fortalecer el carácter.  

Intimidad.- se ha cimentado una relación profunda y hay una comunicación de nivel profundo de virtudes y defectos, de manera de pensar sobre el matrimonio y la educación de los hijos. Se piensa en el futuro, en estar juntos toda la vida, “en las duras y en las maduras”. Si no se confías en que el ser amado va a mejorar, no hay nada que hacer. Lo que hace cambiar a la persona es la fe que se tiene en ella, en su reforma.  

Muchas parejas no siguen este orden, dejan fuera todo compromiso y abrevian hasta lo imposible el tiempo. En cuanto sienten amor buscan las caricias íntimas. Es el caso típico de las novelas y de algunas parejas de Estados Unidos. Los personajes se enamoran y se acuestan.  

Una relación sin conocimiento (2ª etapa) y compromiso (3ª etapa) está destinada a fracasar y dejará graves secuelas.  

Tomas Melendo dice que hay que purificar nuestros amores. Podemos mejorar en muchos aspectos, pero como personas sólo mejoramos cuando acrisolamos la categoría de nuestros amores. Acertamos cuando decimos: “Voy a tratar de ser mejor única y exclusivamente para amar mejor a quienes tengo que amar”. Así, todo está en función del amor: Tengo que descansar para poder sonreír y querer más a quienes tengo que querer. ¿Por qué tengo que querer a los demás? Porque son personas.  

Amar es desear que la persona amada se desarrolle, sea mejor y alcance la plenitud a la que está llamada. Amar es aplaudir a Dios, es decirle: “Con éste (ésta) sí que te has lucido”.