Fiesta de la Sagrada Familia: Jesús, María y José, Ciclo C
"Los padres de Jesús lo encontraron en medio de los maestros."
Autor: Padre Mario Santana Bueno
Evangelio Lc 2, 41-52:
Los padres de Jesús iban cada año a Jerusalén para la fiesta
de la Pascua. Y así, cuando Jesús cumplió doce años, fueron todos allá, como era
costumbre en esa fiesta. Pero pasados aquellos días, cuando volvían a casa, el
niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres se dieran cuenta. Pensando
que Jesús iba entre la gente, hicieron un día de camino; pero luego, al buscarle
entre los parientes y conocidos, no le encontraron. Así que regresaron a
Jerusalén para buscarle allí.
Al cabo de tres días le encontraron en el templo, sentado entre los maestros de
la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que le oían se
admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando sus padres le vieron,
se sorprendieron. Y su madre le dijo: Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu
padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia.
Jesús les contestó: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabéis que debo estar en la casa
de mi Padre?
Pero ellos no entendieron lo que les decía. Jesús volvió con ellos a Nazaret,
donde vivió obedeciéndoles en todo. Su madre guardaba todo en el corazón. Y
Jesús seguía creciendo en cuerpo y mente, y gozaba del favor de Dios y de los
hombres.
Homilía
La Navidad es fiesta de familia y es por eso que la Iglesia
nos ofrece este Evangelio, que es una invitación a la reflexión sobre nuestras
propias familias.
Para nosotros los católicos, la familia es la base y la estructura de la
sociedad. No es extraño ver que en las últimas encuestas realizadas el primer
valor de los entrevistados era la familia, la unidad familiar, que acoge,
protege, ayuda y socorre en los momentos difíciles de la vida.
Quien vive sin comunidad familiar se pierde mucho de sí mismo porque es en ese
ámbito donde primero comenzamos a ser persona, a descubrir lo que es en verdad
la vida, y el profundo valor que nos ofrece el encuentro con la fe.
En la narración que hoy nos ofrece la Palabra es el hijo quien acerca, más si
cabe, a los padres a Dios. Cuando los niños son bautizados y educados en la fe
es la labor de los padres quien actúa en ellos para acercarlos al Padre. En
Jesús las cosas cambian. Es el niño quien hace entender a sus padres que está en
las cosas de su "Padre".
Si ampliamos el círculo de nuestra familia vemos como hay en nuestras familias y
gente cercana, parientes y amigos que saben poco o nada del Señor. Les confieso
que esto me urge y me cuestiona. Yo que tantas veces he predicado para los demás
no sé si he puesto el mismo entusiasmo evangélico en hablar de Dios a mi
familia. Puede ser por una cierta vergüenza el plantear a mis primos que Cristo
les ama; o bien puede ser porque siento que no me van a tomar en serio. Pero
siempre tengo el consuelo de saber que cuando necesiten a Dios su proceso tendrá
que pasar por la cercanía familiar que siempre les ofrezco.
¿Cómo relacionarnos con nuestros parientes que no creen en el Señor?
Pues con el mismo amor que el Señor les tiene. Ser cristiano es tener un corazón
tan grande que te quepa en el mismo espacio, el que conoce a Dios y el que no le
conoce, sin reproches, sin contraprestaciones, sin chantajes espirituales. Ten
siempre en cuenta que muy cerca de ti, en tu familia, en tu ambiente de vecindad
o trabajo siempre existirán personas que no se han dejado tocar por el Señor,
pero que en numerosas ocasiones están más cerca de lo que creen, sólo hace falta
el calor del amor de Dios y esperar, sobre todo esperar...
La Sagrada Familia tiene que ser modelo de inspiración para todas las familias
humanas. Me temo que esto no siempre se vive así. Nos encontramos familias donde
los padres son "amigos" de sus hijos; en otras ocasiones la familia funciona
como repúblicas autónomas del "yo"... ¿Qué falta en nuestras familias de hoy?
Más cariño, más amor, más Dios...
Hace unos años se decía que la institución familiar estaba dando sus últimos
respiros, que pronto surgiría otra institución que respondiese mejor a las
personas de hoy. Se decía aquello de que "para qué casarse... acaso por firmar
un papel nos vamos a querer más..." hoy, son precisamente los que decían eso los
que demandan papeles al Estado... En el fondo lo que ocurrió con aquel "amor
libre" que se preconizaba fue que se esclavizaron más a sus dudas y temores.
La familia es un "nosotros" en lugar de un "yo". Cuando la unidad familiar deja
espacio para que cada uno de sus miembros sea él mismo, es cuando crece la
persona. Si el "nosotros" no nos deja ser uno mismo, algo falla, algo anda mal.
La fe es siempre un "nosotros" que nunca cierra el corazón ni a los demás ni a
Dios...
Cuando se hace la pregunta "¿A quién quieres más, a tu hijo o a Dios?" puede que
te encuentres como traicionando a uno si eliges al otro. Nada más lejos de la
realidad: queriendo a tu hijo estás amando profundamente a Dios, porque "donde
hay amor allí está Dios..."
El ejemplo de la Sagrada Familia es una profunda invitación a reflexionar y a
profundizar en nuestras relaciones con Dios y con los demás.
* * *
¿Cómo es tu relación con tu familia?
Define a tu familia en tres palabras
¿Qué le falta y qué le sobra a tu familia?
¿Tratas de evangelizar a tu familia? ¿Qué dificultades encuentras?
¿Cómo actúa Dios en la familia?