¿Los medios sustituyen a la soledad?

Autor: María Velázquez Dorantes

 

 


Nuestro gran tormento en la vida proviene de que estamos solos y todos nuestros actos y esfuerzos tienden a huir de esa soledad.
( Guy de Maupassant).


¿ Nos hemos cuestionado del por qué muchas veces el televisor o el stereo están encendidos sin algún motivo especial? O por qué muchos jóvenes u adolescentes se sientan frente a un monitor de computadora a chatear sin ninguna intención de establecer relaciones sociales. Las respuestas que existen ante estas y otras preguntas de la misma índole se centran en varias hipótesis, que están dirigidas en función de los medios comunicación y los estados de ánimo a los que se enfrenta el ser humano.

Algunos pueden suscitarse alrededor no del esparcimiento sino de los deseos de alejarse por lapsos momentáneos de los problemas sociales, escolares, laborales, familiares y proyectarlos como un mecanismo de escapatoria ha algo que tan “complicado” se percibe.

La otra hipótesis se basa en el sentimiento de soledad, en la falta de compañía, en el sentimiento de inseguridad y de aislamiento; y está hipótesis hace reflexionar acerca del porqué la televisión se pasa horas prendidas sin que se le preste atención o el porque de la música en el ambiente sin ser escuchada.

Parece ser que hoy en día, los medios de comunicación y los medios electrónicos se han planteado dentro del papel de compañía social, dejando a un lado la importancia de la comunicación directa y personal; al presentarse la posibilidad de compañía a través de medios tan fríos como un televisor o la Internet se está desplazando el contacto grupal, el interaccionismo personal e individual; una flaqueza dentro de la comunicación inter e intrapersonal que conlleve a la socialización.

En tiempos anteriores cuando el concepto de globalización no se había presentando tan fuerte como en nuestra época, los libros eran medicina para curar la soledad, sin embargo de ellos se rescata mucho, el despertar del pensamiento y de la creación visual en la mente; pero de un medio que muchas veces otorga información comprimida, sin relevancia y quizás más caótico para la soledad, lo único que logra realizar es la segregación consigo mismo, con la familia, con los amigos, con la identificación de persona a persona; con enormes probabilidades de incremento en la soledad interior.

Los avances de los medios, la creación y su difusión presentan enormes ventajas, pero como compañía no ofrece valores universales como los afectos, el amor, amistad, fidelidad quizás provoquen mayor incomunicación y destierro con gente que también se siente en soledad.

Así que esté es el momento para sacar el mejor provecho de la comunicación directa, personal, afectiva evitándonos caer en exilios electrónicos.
Relacionémonos con los medios a través del fin con el que fueron creados y llenémonos de una interacción personalizada: de ambos aprenderemos.