La compañía de Jesús

Autor: María Velázquez Dorantes

 

El tiempo cuaresmal, es el tiempo de un silencio grato que se nos otorga para seguir el camino de Jesús; ese camino donde fue arrestado en el monte los Olivos, donde fue azotado en el pretorio de Pilato, donde fue despojado de sus vestiduras y sobre todo ese recorrido de rocas que punzaban por cada uno de nuestros pecados.  

Los enfermos, los ancianos abandonados, los niños de la calle, los drogadictos, las prostitutas, los inocentes que mueren tras atentados terroristas, la gente depresiva, los matrimonios y familias desunidas, los niños abortados... siguen ese camino, acompañando a Jesús en su sufrimiento, en la espera de llegar al final y verse vistos clavados en una cruz como él, azotados por el egoísmo de quienes circundamos el mundo; despojados de su vida, arrancados del núcleo de la fuente de agua viva, rifando sus vestiduras con el pasar del día, mancillados por el materialismo, por la guerra, torturados por la indiferencia y marginados por el olvido.  

En este tiempo, donde Jesús camina con nosotros, muchos no se han dado cuenta de ese gran caminar, que nos lleva a la redención del Hijo de Dios por amor al mundo entero.  

La realidad epicúrea ha hecho de las vidas sociales el olvido del gran momento, hace 2000 mil años, ese momento en que el Hijo de Dios sudó sangre y se invadió del miedo terrenal, ese momento en que su compañía estuvo en el nacimiento de nosotros, con el nuevo perdón para la vida eterna.  

Aquellos que se encuentran en un hospital siquiátrico, atormentados por los males mentales; aquellos que están dentro de una cárcel pagando sus crímenes y quienes pagan por nada, son una parte de la compañía de Jesús en su Vía Crusis ...y ¿ los demás? ¿ cómo seguimos la compañía de Jesús?. ¿ En dónde radica el no poder seguirlo? Acaso es en el “ no tengo tiempo”,   “ voy a salir”, “ estoy muy cansado”, “ eso me aburre”, etc, etc...pero  nosotros debemos darnos cuenta de la inmensa misericordia de Dios, a pesar de todos los pretextos Él sigue en compañía nuestra, cuándo no está a nuestro lado, nos lleva alzados, cuando no nos lleva alzados, nos toma de la mano pero siempre está en compañía nuestra.