El mercado de la publicidad
Autor: María Velázquez Dorantes
En los últimos meses se ha venido desarrollando una publicidad por parte de la empresa Telcel acerca de que “ ellos cambiaron el mundo de la comunicación”, y todo pareciera resultar cierto, los celulares en su momento fueron un gusto, hoy en día se han convertido en una necesidad; necesidad que fue crea por la mercadotecnia y la publicidad, mientras que los seres humanos asumen la necesidad de consumo como satisfacción.
Y no sólo las empresas de teléfonos han cambiado la comunicación, también el mundo de las computadoras, la Internet y las comunicaciones satelitales se han hecho parte de esa necesidad del hombre por comunicarse con mayor rapidez y fluidez. Y ante estas “necesidades”surge todo un campo de explotación comercial que nos bombardea con miles y miles de marcas todos los días, algunos con grandes servicios y ventajas y otras con menos pero ya están inmersas en el mundo de la publicidad, del slogan’ s y sobre todo del mercantilismo.
Todo forma parte de una moda creada a base del consumo que se encuentra por todos lados, existen novelas como “ Compro y luego existo” de la escritora Guadalupe Loaeza que nos muestran el mundo compulsivo por estar comprando, y que muchas veces nos hace olvidar una esencia personal. U otras más como “ La publicidad en las novelas” de José Javier Muñoz que nos muestra como la sociedad entiende y valora la publicidad.
El sector de la mercadotecnia y publicitario se ha ampliado que ya no solo las mujeres son las únicas que tienen esos impulsos de adquirir productos, sino que en todos los niveles del hombre se destina un mercado para el consumo. Y aquí es donde radica la importancia que hombre le creado a la publicidad, a las ventas, porqué es él mismo quien le creado un nicho en el mercado a la publicidad, tanto en los medios masivos como en su vida diaria.
La publicidad sugiere estar basada en las necesidades del hombre para llegar a satisfacerlas mediante productos o servicios. Y este en la satisfacción de sus necesidades.