Conciliadora Mundial

Autor: María Velázquez Dorantes

 

 

Cuando el mundo se enfrenta a las grandes crisis mundiales que lo acechan, a los traumas de la pobreza y de la impunidad social sólo existe una vía, que permita comprender él por qué de estas circunstancias: Dios.

Aunque como humanos, es casi imposible saber cómo hace Dios para establecer lazos de amor y fraternidad entre la tierra; para ello cuando envío su espíritu a posarse con la fecundación celestial sobre una mujer, que manifiesta las características de una personalidad divina y al mismo terrenal, surgen los misterios que hacen incomprensibles los mensajes de Dios.

Sólo existe algo muy claro, Dios es el emisor del mundo, y nosotros sus receptores, el mensaje es el amor y el canal es María.

Las cosas que se suscitan en el mundo, que parecen destrozarlo y que en vistas de muchos ojos son impenetrables, no se refieren a una indisposición por parte de nuestro Creador; más bien son las pruebas que permiten un encuentro con Él, y es tan necesario dicho encuentro que la vía de acceso es una mujer; una conciliadora de paz que hace dos mil años está moderando los mensajes entre Dios y la humanidad.

Y verdaderamente está, suele convertirse en una tarea difícil para María, porque no se trata de ser Virgen y Madre de Dios solo por titulo, se trata de aceptar las responsabilidades que Dios le entrega; ella debe ser la reguladora de los seres humanos, y realmente está tarea implica esfuerzo, amor, paciencia, ternura y muchas ganas de conciliar las dos esferas del mundo.

María asume este reto, a pesar de dos mil años transcurridos, nuestra Madre tiene que estar a la moda, tiene que viajar, tiene que manifestarse en lugares que tal vez que no la conocen, tiene que vigilar a cada uno de sus encargos pero sobre todo tiene que rendir las cuentas al Redentor.

Hoy en día, ¿ quién se compromete a una responsabilidad tan enorme? . Entre tanta violencia y desorden, quién levanta la mano para decir “ a mí me interesa ser el moderador por la paz, de los países que se encuentran en guerra”. ¡ Nadie!, Se prefiere vivir en el individualismo y el egoísmo, que tratar de pensar en parlamentar ha alguien.

Y este es uno de los desafíos que día con día María enfrenta, con las armas del amor, de la humildad, del compromiso con su Hijo Jesús al pie de la cruz, cuando acepto al mundo.

Ella no puso pretextos, sin embargo, quién asegura que como Madre de todo el universo no sintió miedo, en el momento de aceptar a todos como hijos, no se encontraba en un nido de rosas, se encontraba perdiendo carne de su carne y dijo: Sí.

Que sí tan difícil, por ello María aparte de ser Madre es conciliadora mundial, le interesa que sus hijos no mueran por las riquezas terrenales, ella desea sembrar las riquezas espirituales a los que muchos dicen no.

María conciliadora del mundo, está siempre en vigilia para llevar el mensaje de Cristo al mundo, y para esperar la respuesta del mundo hacia Cristo.