Piercing lo más in 

Autor: María Velázquez Dorantes 

 

 

Cada vez más jóvenes traen como uso externo e interno los famosos “piercing”, pareciera que se encuentran de moda, que son lo más in, la novedad del momento sin embargo, hoy y en la antigüedad estos utensilios han forjado y forman culturas.
El uso de perforar el cuerpo (lengua, ceja, vientre, etc.) ha sido parte de una tradición cultural, que se enraíza en civilizaciones sumamente antiguas, existen jóvenes que lo sabes, pero también quienes lo ignoran por completo, y creen que por poseer un objeto en su cuerpo están a la vanguardia del momento.

Se han creado leyes, se han implementado reglamentos, se ha considerado parte de una cultura y al mismo tiempo de una problemática, por el uso higiénico al momento de colocarlo, el piercing se ha convertido en un objeto de uso cotidiano, moderno, extravagante y existen quienes lo denominan elegante, las razones para ponerse un piercing son muy variadas, surgen desde un uso superfluo hasta para la identificación de grupos sociales; y con ello se va creando una cultura de identificación o de rechazo.

Es importante establecer que la colocación de piercing o perforaciones forman parte de una estigmatización, que califica y nombra de determinada forma a las personas, que las somete al repudio, a la admiración, a la personalización o a la estandarización social, y nuevamente son los jóvenes quienes más vulnerables se encuentran para aceptar el uso de las perforaciones.

Imágenes y formas muchísimas, significados demasiado variantes. Riesgos siempre, porque el uso incorrecto de su aplicación y de su temporalidad puede provocar infecciones, hepatitis y el peligro constante de contraer la enfermedad del SIDA; estos riesgos son muy semejantes en el uso de tatuajes, trabajan significativamente de la misma forma, y empatan cultural y socialmente.

Ha quienes lo clasifican como un arte antiguo y venerable, de acuerdo a usos y costumbres, y otros, lo han adoptado bajo el concepto de la moda retro, es decir, retroceder al pasado y retomar ciertas características físicas de la vida lo han convertido en una entidad comercial pero al mismo tiempo peligrosa.

Culturas tanto de occidente como de oriente lo poseen, lo llevan en su piel, por ejemplo en la Roma de los centuriones los miembros de la guardia del César los llevaban en los pezones con el significado de virilidad, después en la época victoriana las mujeres se los colocaban en el mismo lugar para resaltar el volumen de sus senos. Existen quienes los han usado para deformar su físico, otros para atraer la atención, para mantener una ideología, pero sobre todo continuar con la construcción de esa cultura.

El tema es tan amplio que puede perdernos, lo interesante a rescatar es identificar el uso que se le otorga, las consecuencias que traen consigo, y la vulnerabilidad de los jóvenes para adoptar objetos e ideas y sentir que han sufrido una metamorfosis social sin medir los riesgos; mientras que por el lado de los padres saber que en México existe una ley en la que ellos deben dar su autorización e incluso acompañar a los hijos a la colocación de los piercings para verificar que por los menos existe la higiene suficiente para asegurarles su salud.