Los jóvenes ¿atrapados por la televisión?

Autor: María Velázquez Dorantes 

 

 

Desde telenovelas, de programas femeninos hasta programas feministas, de la polución de mensajes destinados a un carácter de género hasta llegar a la estratificación de la programación que define qué es lo que los jóvenes deben ver y de cómo actuar, es lo que nos rodea hoy en diversos medios de comunicación.

La representación para los jóvenes se ve limitada debido a las pocas opciones que la televisión ofrece para el desarrollo intelectual y psicosocial de éstos; es como si una caja los atrapara y les enviara pequeñas órdenes para actuar, para vestirse, para pensar; para estereotiparse con versiones disolubles en la vida de los jóvenes. ¿Será que los medios audiovisuales están generando roles en los cuales los jóvenes deben desempeñarse?, ¿Será posible pensar que los medios como la televisión en particular margine y clasifique el pensamiento de la gente más dinámica: los jóvenes?

La televisión atrapa a los jóvenes con temas sexuales, de morbo, de “diversión grotesca”, creando en ellos nuevos paradigmas para definir su “estilo de vida”, existen investigadores que se mantienen en la posición firme acerca de que la televisión no manipula, sin embargo, sí es influyente en la toma de decisiones, en la presencia insistente de su persuasión para que los jóvenes por medio de la percepción adopten comportamientos; consuman ideas y acojan manifestaciones para su vida. 

Recordemos que la televisión es un agente sociabilizador, en el que ha encontrado a un nuevo grupo de receptores activos, dichos receptores son los jóvenes, destinados a ir creciendo en un sociedad televisiva que ha cambiado sus patrones, en lugar de entretener, ahora se convierte en un instrumento de ideologías y por lo tanto de cultura, no se puede negar que la exposición que se mantiene de los jóvenes frente al televisor es alta y de gran aceptación, ya sea que se trate de televisión abierto o por cable; existen estudios donde se ha demostrado que los jóvenes permanecen 142 minutos diarios , es decir, dos horas con treinta y seis minutos aproximadamente, donde la publicidad, la programación, los líderes, la música están emitiendo mensajes que pueden o no convérselos, porque como ya se dijo, los jóvenes son receptores activos, por lo tanto, tiene el poder de decisión para ver ese monitor que los “seduce y los atrapa”.

Después de un análisis hecho en 1997, donde se creía que había poca programación destinada a los jóvenes, hoy en el 2005 podemos observar que ese invento se ha adueñado de las creencias de los jóvenes, se ha visto como el crecimiento de programas busca la apropiación de la audiencia juvenil y no descansa por tener a este público acaparado en sus ratos de ocio y esparcimiento.

No veamos a la televisión como un simple medio, pero tampoco como el monstruo, mejor analicemos los contenidos a los que jóvenes se encuentran supeditados, y después observemos cómo es la realidad, entonces podremos medir que tanta influencia tiene la televisión en la vida del joven, qué tan atrapados se encuentran ellos mediante los mensajes excesivos que envía ese medio de comunicación y qué soluciones se pueden proponer y al mismo exigir a las cadenas de televisión.