¿Qué es ver televisión? 

Autor: María Velázquez Dorantes 

 

 

Ese aparato tecnológico llamado televisión -que por lo menos existe un modelo por cada casa que hay en el mundo-, desde su origen vio que tenía múltiples allegados a él, se enteró que pronto se convertiría en la mascota favorita de la casa, en la amiga que nunca iba a mantenerse callada para dejarnos hablar a nosotros, en la “luz” que iba a velar las horas de sueño hasta ser apagada por algunos en la madruga, y así sucesivamente iba a cubrir espacios de forma determinada. Pero ¿cuántas veces nos hemos preguntado qué es ver la televisión?, pues resulta, que este método tan moderno de compañía se centra en la intrusión inoportuna en los hogares, es decir, llegó para instalarse en la sala o en la recámaras y ver como funciona la gente alrededor de sus canales, su volumen y sus colores.

Ver televisión significa, estar consumiendo de forma directa o indirecta todo lo que la constituye, (programaciones, propaganda, publicidad, etc.), consumo de materiales o de ficciones que sólo existen en su caja automática; su funcionalidad radica ingresos para los que tienen el poder de realizar programaciones o ser dueños de cadenas televisivas. Y los que se encuentran de frente a ella y <creen verla> se convierten en audiencias compradas y vendidas al mismo tiempo, y esto no es lo extraordinario de ver televisión, a esto se le suma que ver la televisión se ha convertido en un hábito doméstico, en una forma de consumo cultural, en cierta adicción de hogar al cual todos responden, porque por lo menos cada miembro de una familia puede ser capaz de mencionar un programa, su horario y de qué trata. Todo esto equivale a lo que en el cine significa la entrada de gente a ver una película, es decir, a las ganancias obtenidas en taquilla.

Ver televisión es contagiarnos de hábitos ideológicos propagandísticos, modos de vida y estilos de ésta, y aunque pareciera que ya sabemos que todo esto existe, nosotros que estamos de frente a la televisión no hacemos nada por detener su influencia y su persuasión. Sino todo lo contrario se está a merced de lo que dice la pantalla, de los placeres de la publicidad – la que en realidad está creando necesidades y no cubriéndolas- , de la pasividad de ser consumidores activos, tanto de productos como de hábitos imaginativos.

Así ver televisión no llegó con la ingenua idea de la espontaneidad y de la revolución cómoda de la tecnología, sino que llegó a formar parte de la familia, no importa el lugar que ocupe, de todos modos tiene poder de decisión, esto significa ver televisión. Gracias a ello, la industria de la televisión disfruta de la ignorancia de quienes la ven y dejan muchas ganancias; su escudo de protección de estas industrias radica en que todos tenemos la libertad de prenderla o no, sin embargo, como cualquier adicto a la droga se requiere de ella.

Ver televisión es una acción íntima en la que cada persona, siente y hace lo que se le dice o con lo que se identifica, la caja negra aísla a todos de todo e impide el desplazamiento cerebral para realizar funciones de mayor complejidad. Pero nada se hace, después de todo ya se acostumbró a que esto es ver la televisión.