Invadiendo a la naturaleza

Autora: María Velázquez Dorantes

 

 

El hombre en su constante desarrollo y sentimiento de progreso se ha fijado metas que atentan contra la naturaleza de él mismo. Sucede que muchas veces se encierra en asuntos científicos incapaces para su mano, y se aplica aquello que dice: la ciencia indaga más no comprueba y ante está situación se colocan en riesgo muchas consideraciones éticas, espirituales, naturales, sociales y humanas.

¿ Qué sucede cuando el hombre invade a la naturaleza, tratando de “mejorar” lo que hay dentro de ella?. En primera instancia quebranta su propia naturaleza y enseguida la de los demás; se colocan en juego la pérdida de los factores naturales y la relación naturaleza-espíritu, es decir, humanidad.
A lo largo de la historia el hombre ha podido comprobar que muchos de sus “avances científicos” han sido para la destrucción mundial, tal es el caso de la bomba atómica, hoy en día se siguen viviendo los estragos de ese globo negro; por otro lado los basureros clínicos tienen millones de vidas arrojadas tras el invento de “perfeccionar” lo que ya es perfecto: el hombre, desechan embriones humanos como si se tratará de papeles arrugados, que no sirven, que están inertes. Hacen transmutaciones genéticas con los animales, creando criaturas que lejos de traer un beneficio provocan lástima y autodestrucción. También se ha visto que la ingeniería genética ha puesto en marcha la creación de alimentos transgénicos, es decir, acelerar el proceso de evolución, crecimiento, características alimenticias provocando la denominada contaminación genética.

Se invade a la naturaleza de tal manera, que el hombre piensa en causas y no en consecuencias, destruye círculos biológicos para beneficios económicos; juega con los cambios climáticos para desarrollar empresas de experimentación y demostrar que el hombre tiene una capacidad mayor a la natural; es decir se trata de una manipulación de la naturaleza, donde interviene la tecnología y el supuesto ingenio humano, sin pensar en los daños a terceros. Está es la ruptura humana con el sentido natural, terminar con los bosques, contaminar el agua, dañar las capas atmosféricas y lo más terrible exterminar con los seres humanos, porque el “experimento resultó fallido”.

Y se continúa el eslabón donde la ciencia indaga y no comprueba, entonces la humanidad sé autodestruye continuamente, porque entre más experimentos se realizan para superar las leyes naturales, más débiles se comprueban los científicos y el hombre mismo.