Reflexión espiritual
Tomar la cruz

Autor: Padre Mariano de Blas, L.C.

Libro: Hacia las cumbres           

                     

Tienes que estar en pie de lucha,  debes funcionar con metas, estar hecho de urdimbre de guerrero.

 

          Disfruta de la lucha también en las artes de la paz, y  pelea por la santidad lo mismo que por ganar almas para Dios.

 

          La vida bien entendida es lucha, aventura apasionante, en la que se debe escalar la alta cima con lo mejor del propio esfuerzo, con todo lo que dé el alma y las uñas y el corazón.

 

          En marcha pues, luchador; ármate de valor y fuego, de hambre de Dios y de cumbres: las cumbres te esperan.

 

          Dios te dice desde arriba:   Te espero, te he esperado muchos siglos; aquí te quiero ver, herido, rasguñado, enflaquecido por el esfuerzo, pero entero el corazón, para darte el eterno abrazo de la victoria.   En marcha, luchador, te esperan las cumbres.

 

          Has caído en mil batallas y ésa es la brecha abierta en tus murallas, pero hoy es tu fe más grande que todas las derrotas sufridas, y debes surgir de tus cenizas como el Ave Fénix.

 

          ¿Puedes?   Si crees, puedes, apoyado en el Dios de los ejércitos.

 

          Está visto que para llegar a santo tienes que pelear mil batallas pequeñas y grandes, y admitir en el presupuesto también polvo y derrotas; no será fácil, nunca lo ha sido; por eso solo unos pocos se arriesgan. ¿Quieres ser de esos pocos?, ¿quieres pagar el precio y correr la aventura de Dios, la sagrada aventura de los grandes hombres? Te animan otros que tan pobres como tú, tan miserables como tú, tan nada como tú, supieron llegar.   Tú llegarás como ellos.