Reflexión espiritual
Vivir lo que se profesa

Autor: Padre Mariano de Blas, L.C.

Libro: Hacia las cumbres   

           

En los ejercicios espirituales se ven las grandes verdades de la vida y del más allá. Luego se olvidan y se vuelve a la vida subterránea del topo. Has sido un topo durante muchos años. Tú que dices amar a Cristo, lo dejas tirado en un rincón; tú que te consideras feliz en esta vocación de cristiano reniegas por momentos de la gloria de luchar; tú que amas la vida y la alegría y la paz; que eres amigo de la naturaleza, persigues esa vida, pierdes la paz, te vistes de tristeza y te tapas los ojos para no mirar esa naturaleza, reflejo de Dios; ¿por qué? 

Detente a pensar un momento. ¿Por qué vives de espaldas a lo que más quieres? ¿Por qué no decidirte a vivir en plenitud? Cuesta un poco, ya lo sé, pero la pena vale; cuesta arrancar la pereza sarnosa en la que te acuestas, pero ¡qué limpio y feliz y realizado te sientes cuando escuchas la voz amiga que te invita a salir de tu cueva! Sal a la luz, a la vida, y sé feliz. 

¿Desde cuántos años esa voz incansable te ha estado llamando? Te hiciste sordo, amigo, y la voz ya casi se cansa de resonar. Es una voz que se oye en el bosque y en las praderas, una voz que resuena en los valles, voz que los pájaros escuchan en silencio, voz que es para ti y que no quieres escuchar: ¡Levántate y anda!