Reflexión espiritual
Viernes Santo

Autor: Padre Mariano de Blas, L.C.

Libro: Hacia las cumbres   

           

El Viernes Santo es el día más propicio para una conversión total. El día en que Dios murió por ti, el día en que el Hijo de Dios te amó como nadie. Las verdaderas conversiones se realizan en esa montaña del Calvario, donde el Cordero de Dios murió clavado un madero por amor a los hombres. Sangre por sangre, amor por amor.

Cuando haces ejercicios vuelves a recuperar por un tiempo esas verdades hermosas, por un tiempo; luego los ladrones te las roban, y de niño rico que eras te conviertes otra vez en el pordiosero que vive de limosna y de miseria. Un hilo de vida te mantiene y un deseo de volver a vivir te da esperanza; ¡quieres vivir!

 Hoy Viernes Santo está muerto el que es la vida; ha muerto para vivificar, para resucitar a los muertos; estás en la fila esperando tu turno y listo para resucitar. Pídele al Cristo del Calvario que cubra tus heridas infectadas con su sangre; pídele al Cristo de Pascua que te lance otra vez a la vida; porque vivir arrastrando el alma es un tristísimo vivir.

Tienes que parecerte a estos árboles del bosque cercano en primavera, debes como ellos estallar de vida, de alegría y ya no volver a morir.