Reflexión espiritual
Ser Santo

Autor: Padre Mariano de Blas, L.C.

Libro: Hacia las cumbres           

                     

Primero de Noviembre: Fiesta de todos los adalides del cristianismo: Los que lograron lo único necesario, los que dejaron pasar lo pasajero y se quedaron con lo eterno; los felices, los eternamente felices. ¡Santa envidia!

          Imitarlos es fantástico propósito; arráncate de lo vano y falso como ellos  y  aférrate a los valores eternos.

          Ser santo  es tan posible para ti como lo fue para ellos; en este mismo instante hay hombres y mujeres que se están haciendo santos, ¿qué haces tú?

          Algunos con el paso de los años aprenden nuevas artes y oficios: el arte y el oficio de mejorar su egoísmo, acrecentar sus lamentos, especializarse en caras tristes y amargas, en morir más deprisa y de forma más triste. Otros aprenden a superarse en  el amor a los demás, en  mejorar la sonrisa, en aumentar la calidad de  vida, en vivir eternamente...

          Se ha puesto el sol en el pueblo, y el fresco vespertino ha invadido el pequeño valle donde se encuentra la casa de descanso. A unos metros se desliza el río manso y silencioso, añosos árboles sombrean sus orillas y dan grandiosidad a la escena.  

          Suenan campanas del atardecer; aún es azul el cielo con escasos jirones de nubes blanquecinas, se filtra el ronroneo de los motores de los autobuses al otro lado de la colina, pero reina la paz alrededor  y dentro del alma.  

          ¡Oh amable y ansiada paz!, nunca te alejes...