Reflexión espiritual
Renovarse o morir

Autor: Padre Mariano de Blas, L.C.

Libro: Hacia las cumbres           

                     

Todos necesitamos renovarnos: La rutina y el cansancio nos muerden a todos; caen polvo y telarañas sobre los más sagrados ideales; la escoba, el trapeador y el sacudidor son herramientas que, de cuando en cuando, debemos usar para volver a ser, volver a vivir, volver a sentirnos nuevos y frescos.

          Los retiros espirituales de cada año tienen esa finalidad,  refrescan la vida que pudo en el transcurso de muchas jornadas quedar paralítica.   Se busca vivir y vivir en plenitud. Los retiros reviven a quien anda moribundo. ¡Cuántas veces te han arrancado a ti de una anemia prolongada, te han inyectado vida y fervor!

          Vuelve, peregrino, al fervor de los primeros tiempos; no te dejes robar sin sangre y lucha la herencia mejor; reza si quieres vivir; dobla la rodilla para que en el campo de batalla puedas ganar; renuévate, si no quieres morir.

          Todas las cosas más bellas y sagradas, si no se renuevan, acaban por morir.  El amor se muere en muchos matrimonios, la vida consagrada se marchita si no se renueva con el agua de la oración. Una buena parte de la existencia consiste en renovar, refrescar, en echar nueva leña a la hoguera.

          Es dramática, muy dolorosa la  experiencia de tantos hombres y mujeres que empezaron muy bien un camino, un trabajo, una meta grandiosa, pero, por falta de tesón y perseverancia, acabaron en bancarrota material o espiritual.  

          Para durar hay que manejar el arte de saber motivarse y seguir motivados como al principio. Es un arte que pocos   dominan, y estos pocos no tienen competencia, pues logran sus metas, mientras los otros, los inconstantes, se quedan tirados en la cuneta.