Quiero Vivir, pensamientos de vida

La cascada

Autor: Padre Mariano de Blas, L.C.




El polvo era dueño del lugar
en Santa María de la Cascada.
Los árboles reclamaban las lluvias. 
Turbia, muy turbia caía 
el agua de la cascada, 
en otro tiempo tan limpia y fresca.
Comí sabrosamente, 
contemplando la montaña,
hablando con los árboles,
teniendo el oído atento 
al murmullo del agua,
que se precipitaba por la cascada
y discurría mansamente por el riachuelo.
El agua es una de las criaturas más bellas
que Dios ha creado.
Agua bendita que lavas,
que sacias la sed, que riegas los campos,
agua que das la vida...