Quiero Vivir, pensamientos de vida

Cavilación

Autor: Padre Mariano de Blas, L.C.



Si la mente agarra un hueso, 
como un can hambriento, 
le dará vueltas y vueltas.
La cavilación que rasca y rasca la herida 
provoca la sangre primero, 
luego la infección 
y aún la putrefacción.
Si ocupo las manos 
en una tarea absorbente, 
obligo a las tenazas de la cavilación
a aflojar la pinza, 
y a relajar la tensión:
la mente es habilitada entonces
para ver los problemas con objetividad 
y encontrarles solución.