Reflexión espiritual

Lluvia en el alma

Autor: Padre Mariano de Blas, L.C.

Libro: Hacia las cumbres

 

           ¡Qué hermosa la lluvia cayendo sobre los caminos polvorientos, sobre los campos yertos, sobre los tejados!   Las primeras gotas gruesas cayeron sobre la procesión del Vía Crucis; tuvieron que refugiarse bajo los soportales.   Se fue alejando el rugido de los truenos, para dejar salir el sol; pero en la noche, regresaron los truenos y la lluvia.

          ¡Cómo quisiera que bajase ese lluvia sobre los surcos secos de las almas, las empaparan y así calmaran su sed; sed de paz, de amor, de santidad, de ser apóstoles!   Aunque no lo creas, ésa es la  sed de millones de almas.

          Tardan  esas  almas en desentumecerse, en adentrarse en los atrios del Señor; llevan pegada a su piel la costra de mil imperfecciones, requieren de abundantes aguas para recuperar su limpieza original.   Aquí han venido cansados, sedientos, quebrantada su  salud espiritual, como quien ingresa a un nosocomio a rehacerse del todo.   Esperan salir de aquí recuperada su  alma de niño; fresca y viva su esperanza; las ataduras del egoísmo rotas; con una nueva ansia de vivir, de comenzar otra vez como en sus mejores tiempos.   Un nuevo intento, más fuerte que los otros, una nueva esperanza, un entusiasmo entero.

          ¡Sí se puede con la ayuda de Dios y de esos grandes amigos de la vida, Cristo y María Santísima.   Son Ellos los que les  llaman y les llevan de la mano.

Comenzar una nueva vida, aquí, en esta casa de oración: ése debe ser su propósito.