Reflexión espiritual
Elegido y consagrado 

Autor: Padre Mariano de Blas, L.C.

Libro: Hacia las cumbres           

                     

Eres un elegido y un consagrado, ¿no lo sabes?, compréndelo, asústate y disfrútalo. Como la luz del sol es verdad; no has hecho nada para merecerlo y mucho para perderlo, pero lo tienes, eres un elegido, un predilecto.   ¿Te quejas, estás triste?   Eres hijo de Rey, y suspiras por las gachas calientes del pordiosero. ¿No anhelabas algo muy grande para tu vida?    

          Envidias al pobre transeúnte, al de la acera de enfrente porque bebe a sorbos en el aljibe de agua turbia; te sabe el agua podrida a dulce maná, sueñas en las peras del huerto vecino sabiendo que las tienes mejores en el tuyo. ¡Pobre hombre!, no quieres comprender, estás a punto de repetir el gesto de Esaú, unas lentejas por tu herencia de hijo de Dios.   ¡Buen provecho!   Esas lentejas te produzcan tantas agruras en el estómago que aprendas por fin la lección.  

            Un día vas a llorar, vas a llorar a mares lágrimas amargas, porque no comprendiste tu grandeza; pero demasiado tarde.  Dios te ha invitado a una mesa celestial no para comer lentejas; vino para ofrecerte manjares suculentos y la vida feliz y sin final.