Con Jesús para el Año Nuevo

Autor: Judith Araújo de Paniza

 

 

"Sin Cristo, la luz de la razón no basta para iluminar al hombre y al mundo… Dios no quita nada al hombre sino que se lo da todo": Benedicto XVI.

Planeemos nuestro nuevo año con Jesús en nuestros corazones. Revisemos nuestra misión, visión y valores y definamos los planes de acción para concretar lo que anhelamos desarrollar, siempre abiertos a la voluntad de Dios en nuestras vidas, para ser instrumentos de su paz y de su amor.

Tomemos conciencia de ese gran don de la libertad que nos permite direccionar nuestras vidas y escoger y profundizar nuestras creencias, fortalecer los valores, planear nuevos hábitos que beneficien nuestra salud, definir metas intelectuales, laborales, emocionales, económicas, con relación a nuestras familias y a la sociedad y, muy especialmente, metas que nos ayuden a vivir con trascendencia, para que nuestra vida fructifique y trascienda a nuestra existencia terrena y tenga un efecto positivo en la vida de los demás.

Pongámonos en oración para que este proceso de planeación responda a lo más profundo de nuestra alma en relación con el ser que más nos ama, nuestro Creador, quien desea nuestro mayor bien y el de todos los seres humanos. Él, quien es nuestro viñador, sacará mejores frutos de nuestra vida, que si nos empecináramos en solo contar con nuestras propias fuerzas.

La decisión más libre y profunda que puede tomar un ser humano es la relacionada con sus creencias y con los principios y valores que se desprenden de éstas. Algunos se conforman con ser creyentes pasivos con algunas ideas religiosas sin madurar, doctrinas sin procesar, heredadas cultural o familiarmente, más no reflexionadas ni asumidas integralmente. Esto genera tibieza a la hora de ejercer la fe.

Relacionarnos directamente con Jesús, conocer más su Palabra y llevarla a la vida práctica, le da un sentido profundo a nuestra existencia, que va más allá de las realidades terrenas y temporales, que cambian, reforzando el sentido de lo que permanece y trasciende.

Todas las vivencias asumidas con una actitud positiva de la mano de Jesús, se transforman en medios para acrecentar nuestras virtudes y fortalecer el carácter y para vivir, aprender, amar y trascender.

Hoy celebramos el día de la Sagrada Familia, sus miembros continúan haciendo historia en el corazón de quienes los acogen, en sí mismos, en sus familias y en los pueblos. Ellos permanecen vivos, transformando en bien y en amor mediante el Espíritu Santo, a todo el que les abre un espacio en sus vidas.

San Pablo nos da una guía para unas relaciones familiares y sociales positivas en el amor de Cristo, muy oportuna para este año que empieza: "Vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura y comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga queja contra el otro… por encima de todo el amor. Que la paz de Cristo sea el árbitro del corazón, que su Palabra habite entre vosotros en toda su riqueza. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón…*

¡Felicidades en el Año Nuevo, que Dios los colme de bendiciones!

*Col 3, 12-21