Si tomáramos conciencia

Autor: Judith Araújo de Paniza

 

 

Aprovechando que esta semana celebramos el día de los santos y de los difuntos, meditemos un poco sobre la realidad de la muerte y de la vida.

Sería muy diferente nuestra realidad, si tomáramos conciencia de que en esta vida sólo estamos de paso;

Que sólo viviremos en la tierra un número limitado de años;

Que con base en nuestras vivencias estamos construyendo nuestra eternidad;

Que a cada momento estamos decidiendo entre la verdadera vida y la verdadera muerte;

Que cada bien que realicemos a otro nos edifica y cada mal nos destruye;

Que no podemos justificarnos con el mal de los demás en ningún ámbito de la vida;

Que si vivimos alguna dificultad familiar tenemos la vida para transformarla;

Que si un político, o muchos, no cumplen adecuadamente con su deber no podemos justificar nuestras faltas al Estado en compromisos e impuestos;

Que si algunos líderes espirituales no cumplen apropiadamente sus deberes, no podemos justificar el no cumplir nuestros propios deberes religiosos y de apoyo a la Iglesia;

Que cuando abandonemos esta vida, nos van a medir de acuerdo al amor que hayamos agregado a la existencia propia y de los otros:

-Porque pusimos primero el Amor a Dios y al prójimo como reflejo del primero;

-Por las veces que fuimos conscientes de que los demás nos necesitan;

-Porque no nos apegamos a las cosas materiales;

-Porque ayudamos a llevar más almas a la Felicidad Eterna;

-Porque antepusimos el amor al egoísmo;

-Porque cultivamos la fraternidad en nuestra propia familia y con los demás;

-Porque desarrollamos nuestros talentos para ponerlos a disposición de los otros;

-Porque para amar, primero nos acercamos a la fuente del amor para ordenar nuestra vida hacia el bien, la belleza y la verdad.

-Porque nos dejamos ayudar de Quien todo lo puede y nos abrimos a su Gracia;

-Porque si nos equivocamos acudimos a la misericordia infinita para lavarnos;

-Porque abrimos nuestros corazones a la Palabra Divina para que nos fuera transformando;

-Porque nos alimentamos con el Pan de Vida;

Esta vida, hasta cuando Cristo vuelva y resucite a todos los justos, es tiempo para definir qué clase de vida queremos vivir entonces: de acuerdo a cómo juzguemos, seremos juzgados, a cómo perdonemos, seremos perdonados, a cómo tratemos a los demás, seremos tratados. Si vimos en los demás a Cristo, Cristo nos reconocerá también a nosotros y nos dirá: “Venid benditos de mi Padre a tomar posesión del reino Celestial, que os está preparado desde el principio del mundo. Porque yo tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era peregrino y me hospedasteis; estando desnudo me cubristeis; enfermo y me visitasteis; encarcelado, y vinisteis a verme y consolarme";

Si así fuera, viviríamos en plena luz. Con el corazón y el alma llenos de gozo. Sin temores si nos llega el turno para cambiar de esta vida a una vida más plena.

Dios nos de la fe, la esperanza, el amor y la perseverancia, para conquistar la vida eterna. Encomendémonos unos a otros.