Evangelio - Historia y Reflexión...

Elías ya ha venido, y no lo reconocieron Mateo 17, 10-13

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

Concédenos, Padre todopoderoso, que Cristo, el resplandor de tu gloria, nazca en nuestros corazones, para que su venida disipe las tinieblas del pecado y ponga de manifiesto que somos hijos de la luz. Por nuestro Señor Jesucristo...  Amén.

Eclesiástico 48, 1-4. 9-11 Elías volverá

Salmo 79 Ven, Señor, a salvarnos.

Mateo 17, 10-13  Elías ya ha venido, y no lo reconocieron “En aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: ¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?” El les respondió: “Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del  hombre va a padecer a manos de ellos. Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan el Bautista”

Mesías

Unos creían que sería como un sacerdote.

Otros como un juez.

Oros como un libertador guerrero.

La profecía de Malaquías ejercía gran influencia. El profeta Elías regresaría antes del día de Yahvé, antes de la venida del Mesías (Mal 3,23)

Juan el Bautista

Ha venido a señalar un  camino. Conversión y bautismo.

Había gritado la necesidad de un cambio.

Pero nadie le creyó

Nosotros…

Nos estamos preparando. Adviento.

Esperamos la venida del Mesías que transforme nuestras vidas.

Eso depende de la actitud que tengamos: Reconocer o esconder

Al igual que ayer: vino el precursor y nadie le escuchó

“han hecho lo que han querido”... era la voz que clamaba, pero pocos la supieron escuchar.

Pero, la gran mayoría

Se queda con simples rezos.

Reparto de algunos regalos y cero de compromiso.

Paños de agua tibia sobre cabezas agitadas.

Es Navidad pero sigo con mi vida vacía.

Casi nadie quiere escuchar a Dios

Hace falta mucha oración

Que no es rezar. Ni mucho menos repetir palabras.

San Juan de la Cruz en medio de la fría y triste prisión, fue allí, entre sufrimientos y privaciones donde vieron la luz sus más profundos y bellos poemas espirituales.

Dios nunca se ha mudado. Jamás nos ha abandonado.

Hay que cambiar del yo y dejar actuar al tu.

Cuando dejo de oírme y empiezo a escuchar.

Porque orar es, sobre todo, escuchar a Dios.

Se requiere silencio y apertura de corazón.

Que difícil la pasé cuando…

En vez de amor coloqué rabia. Quedé más que vacío. Desolado.

En vez de compasión utilicé la venganza. Quedé más que satisfecho. Más rabioso.

En vez de sinceridad manejé la mentira. Quedé más que comediante. Payaso barato.

En vez de valentía. Utilicé la complacencia para quedar como un títere.

En vez de Dios metí a la cobardía. Quedando bien con unos y desencantando a todos.

Pero, luego supe que… Debí, sin titubeos, conectarme a Dios desde la sinceridad para reconocer a Dios.                                                            

 

 

Una mujer me preguntó una vez:

¿Cuáles son los obstáculos que se interponen en mi camino hacia la felicidad?

Le respondí:

"Creer que tiene obstáculos".

Escucha a tu cuerpo y te dirá lo que necesitas saber.

Si eliminas de tu vida dos frases:

"¡Estoy cansado!" y "no me encuentro bien", habrás suprimido alrededor del cincuenta por ciento de tu cansancio y de tu indisposición.