Evangelio - Historia y Reflexión...

El Impuesto del templo. Mateo 17, 22-27

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

 

 

“Un día, estando Jesús en Galilea con los apóstoles, les dijo: “El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y le matarán, pero resucitará al tercer día.” Ellos se pusieron muy tristes.

EL IMPUESTO PARA EL TEMPLO

Al volver a Cafarnaún, se acercaron a Pedro los que cobran el impuesto para el Templo. Le preguntaron: “El maestro ¿no paga el impuesto?” 

Pedro respondió: “Claro que sí”. Y se fue a casa.

Cuando entraba, se anticipó Jesús y le dijo: “Dame tu parecer, Simón. ¿Quiénes son los que pagan impuestos o tributos a los reyes de la tierra: sus hijos o los que no son de la familia?” Pedro contestó: “Los que no son de la familia.” Y Jesús le dijo: “Entonces los hijos no pagan. Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, vete a la playa y echa el anzuelo. Al primer pez que pesques ábrele la boca, y hallarás en ella una moneda de plata. Tómala y paga por mí y por ti.”

Impuesto obligaba a:

Todo israelita varón mayor de veinte años. 
Pagar anualmente para mantener el culto. 
Dar medio siclo, equivalente a dos dracmas (jornal de dos días de trabajo) 
Pagarlos en Marzo antes de la pascua.
Los hijos están exentos:

· Porque Jesús, el Hijo de Dios, es mayor que el templo. El se merece un sincero culto en libertad. En Espíritu y Verdad.

· Se paga no por obligación, sino para no escandalizar.

· Pero nos pide el mejor tributo que es el amor.

El origen del templo

Dos hermanos, el uno soltero y el otro casado, trabajan la granja de igual a igual. 

Al principio todo iba perfectamente. Pero llegó un momento en que el hermano casado empezó a despertarse sobresaltado todas las noches, pensando: "no es justo. Mi hermano no está casado y se lleva la mitad de la cosecha; pero yo tengo mujer y cinco hijos, de modo que en mi ancianidad tendré todo cuanto necesite. ¿Quién cuidara de mi pobre hermano cuando sea viejo? Necesita ahorrar para el futuro más de lo que actualmente ahorra, porque su necesidad es, evidentemente, mayor que la mía". 

Entonces se levantaba de la cama, acudía sigilosamente adonde su hermano y vertía en el granero de éste un saco de grano. 

También su hermano soltero decía: "Esto es una injusticia. Mi hermano tiene mujer y cinco hijos y se lleva la mitad de la cosecha. Pero yo no tengo que mantener a nadie más que a mí mismo. Es justo, acaso, que mi pobre hermano, cuya necesidad es mayor que la mía, reciba lo mismo que yo" Entonces se levantaba de la cama y llevaba un saco de grano al granero de su hermano. 

Un día, se levantaron de la cama al mismo tiempo y tropezaron uno con otro, cada cual con un saco de grano a la espalda. 

Muchos años mas tarde, cuando ya habían muerto los dos, el hecho se divulgó. Y cuando los ciudadanos decidieron erigir un templo, escogieron para ello el lugar en el que ambos hermanos se habían encontrado, porque no creían que hubiera en toda la ciudad un lugar más santo que aquel. 

La verdadera diferencia religiosa no es la diferencia entre quienes dan culto 

y quienes no lo dan, sino entre quienes aman y quienes no aman. 

Paguen al César lo que es el del César ya Dios lo que le pertenece (Mateo 12,17)