Evangelio - Historia y Reflexión...

Jesús, se lleno de la alegría del Espíritu Santo Lucas 10, 21-24

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre

 

Ven, Señor, rey de justicia

Señor, Dios nuestro acoge favorablemente nuestras súplicas y concédenos tu ayuda en las tribulaciones para que, reanimados con la venida de tu Hijo, ya cercana, no volvamos a mancharnos con el pecado. Por nuestro Señor Jesucristo...  Amén.

Isaías 11, 1-10 Sobre él se posará el espíritu del Señor

Salmo 71 Ven, Señor, rey de paz y de justicia.

Lucas 10, 21-24 Jesús, se lleno de la alegría del Espíritu Santo  En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”

Una alegría muy especial

Es una alegría que viene del cielo, de lo alto.

Jesús es el único que posee en plenitud el Espíritu Santo.

Ciertamente, el Espíritu actúa también en Isabel, Zacarías, Juan Bautista y, especialmente, en la Virgen María, pero sólo Jesús, a lo largo de toda su existencia terrena, posee plenamente el Espíritu de Dios.

Es concebido por obra del Espíritu Santo (cf. Lc 1, 35). De él dirá el Bautista: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo (...). Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego» (Lc 3, 16).

Jesús va lleno del Espíritu Santo.

Emprende su misión «con la fuerza del Espíritu Santo» (Lc 4, 14).

Espíritu Santo

Es el gran desconocido. Es el alma de la Iglesia.

Todos  somos templos del Espíritu Santo. Es el Dios del amor.

Suscita en el creyente también un nuevo dinamismo operativo:

El cristiano, al abrirse al amor donado por el Espíritu Santo, puede gustar los frutos del Espíritu: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad... (cf. Ga 5, 16-24).

En la perspectiva de san Juan el Espíritu es, sobre todo, el Espíritu de la verdad, el Paráclito.

El Espíritu no traerá una nueva revelación, sino que guiará a los fieles hacia una interiorización y hacia una penetración más profunda en la verdad revelada por Jesús.

Estuvo en el origen de Cristo: María llena del Espíritu Santo

Tiempo del Espíritu Santo

Donde está el Espíritu, esta el Padre y el Hijo.

Pero la vida de la Iglesia es vida especialmente del Espíritu.

En cada Eucaristía nos entregan al Espíritu Santo.

Toda la vida cristiana depende de la Eucaristía y la Eucaristía se nos entrega por el Espíritu. En el Espíritu vivimos la vida con el Padre y el Hijo. Si alguien me ama, vendremos a él y viviremos en él.

Sanando las heridas de la vidas

            Nos decimos después de aquello: No es justo. Ojalá no lo hubiera dicho nunca. ¿Perdonar? ¡Nunca! Me siento tan culpable. Los problemas, las penas, las alegrías y las satisfacciones son parte de la vida. La actitud que usted tenga afecta sus decisiones, sus actos y también sus sentimientos.

            Con la gracia de Dios, con la ayuda de los demás y con su propia valentía usted puede manejar las heridas de la vida, las heridas que usted sufre, las que ha causado a otros.

1. Enfrente la realidad

      Hay que saber tomar decisiones. Corregir riesgos. Hay que adaptarse a la realidad que no podía cambiar. Agradecer todos los beneficios. Aferrarse a la esperanza.

Una vez viví un momento muy difícil y yo rogaba a Dios y al final, tenía que decirle: Señor, no le pido que el año próximo sea bueno. Voy día por día.

“Todo lo puedo en aquél que me fortalece”

Filipenses 4:13

Podemos hacer mucho daño: a nosotros y a los otros


Mezquindad

Dejadez

Traición

Terquedad

Deshonestidad

Imprudencia

Envidia

Celos

Malentendido

Ignorancia

Cobardía

Arrogancia

Prejuicio

Fanfarroneo

Discriminación

Abuso

Rabia


Odio

2. Mantenga su valentía

10 pasos para superar las heridas de la vida

1. Reconozca que el problema existe

2. Admita el dolor que siente—o que causó

3. Pida ayuda, guía o alguna opinión

4. Haga algo, pequeño, concreto para crear un cambio

5. Si es apropiado, trate de hacer las paces

6. Recuerde que usted siempre tiene distintas posibilidades

7. Rece para tener fortaleza, valor, y para sanar

8. Comparta con los demás la lección que aprendió

9. No se dé por vencido, ni apague la esperanza de otros

10. Perdónese a sí mismo. Perdone a los demás

 

3. Acepte las consecuencias

El Señor…sana los corazones destrozados, y venda sus heridas. Salmo 147:2,3

Sepa alcanzar a los demás

Que su conversación sea agradable y no le falte su granito de sal. Sepan contestar a cada uno lo que corresponde. Colosenses 4:6

¿Cuál es su actitud?

            No podemos cambiar nuestro pasado. No podemos cambiar el hecho de que las personas actúan de una cierta manera. No podemos cambiar lo inevitable.

Nosotros somos 10% de lo que nos ocurre y 90% cómo se reaccione.

 

4. Ofrezca perdón

“Hay bajo el sol un momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa…tiempo para llorar, y tiempo para reír; tiempo para gemir y tiempo para bailar” Eclesiastés 3:1,4

Haciendo las paces con el pasado

            Algunas veces, manejar los dolores de la vida significa llegar a hacer las paces con algún dolor sufrido en el pasado.

Arranquen de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda maldad. Sean buenos y comprensivos unos con otros, como Dios los perdonó en Cristo. Efesios 4:31-32

            El perdón y la actitud positiva nos liberan, y evitan que las circunstancias controlen nuestra vida.

            Si usted puede disfrutar de los buenos momentos, mientras enfrenta con valentía y honestidad los malos momentos, entonces conocerá paz y sabiduría. Y marchará del dolor a la recuperación.