Evangelio - Historia y Reflexión...

Jesús recrimina, Lucas 11,47-54

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre 

 

 

¡Ay de ustedes! porque reedifican sepulcros para los profetas, pero fueron sus padres quienes los asesinaron. Así ustedes son testigos de cargo y consentidores de las obras de sus padres, porque ellos los mataron y ustedes reedifican (sus sepulcros). Por eso también la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles; que matarán y perseguirán; para que se pida cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la fundación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue matado entre el altar y el santuario. Les digo que se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de ustedes! hombres de la Ley , porque ustedes se han apoderado de la llave del conocimiento; ustedes mismos no entrarán, y a los que iban a entrar, ustedes se lo han impedido" Cuando hubo salido, los escribas y los fariseos se pusieron a acosarlo vivamente y a quererle sacar respuestas sobre una multitud de cosas, tendiéndole lazos para sorprender alguna palabra de su boca”

Jesús recrimina

 

El Padre Joseph, misionero comboniano misionero de Kenia, África en una reunión para explicar sus experiencias decía: Que allá no se conoce el término regañar. Contaba que en su país cuando un adulto llama la atención es considerado como un orgullo de saber que esa persona se preocupa y por ende, desea lo mejor. Eso de regañar no existe.

 

Por eso estas advertencias son…

 

Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar,

y en el aeropuerto lo recibió un soldado.

Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, el soldado se separó del visitante en tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego para cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y después para orientar a una persona. Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro.

"¿Dónde aprendió a comportarse así?", le preguntó el profesor.

"En la guerra", contestó. Entonces le contó su experiencia en Vietnam. Allá su misión había sido limpiar campos minados. Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras otro, encontraban una muerte prematura.  

"Me acostumbré a vivir paso a paso" -explicó. "Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último; por eso tenía que sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre alzar un pie y volver a apoyarlo en el suelo. Me parecía que cada paso era toda una vida"  

Nadie conoce el mañana.

Todos estamos llamados a ayudar.

Imponer por al fuerza no es la solución.

Además, Dios no entrará en tu corazón hasta que no le des permiso.

Lo importante no es quién acumuló más. Sino quién lo vivió bien.