Evangelio - Historia y Reflexión...

Parábola del sembrador. Lucas 8,4-15 

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre 

 

“… dijo en parábola: "El sembrador salió a sembrar su simiente. Y al sembrar, una semilla cayó a lo largo del camino; y fue pisada y la comieron las aves del cielo. Otra cayó en la piedra y, nacida, se secó por no tener humedad. Otra cayó en medio de abrojos, y los abrojos, que nacieron juntamente con ella, la sofocaron. Y otra cayó en buena tierra, y brotando dió fruto centuplicado". Diciendo esto, clamó: "¡Quien tiene oídos para oír oiga!". Sus discípulos le preguntaron lo que significaba esta parábola. Les dijo: "A ustedes se les ha dado conocer los misterios del reino de Dios; en cuanto a los demás (se les habla) por parábolas, para que "mirando, no vean; y oyendo, no entiendan". La parábola es ésta: "La simiente es la palabra de Dios. Los de junto al camino, son los que han oído; mas luego viene el diablo, y saca afuera del corazón la palabra para que no crean y se salven. Los de sobre la piedra, son aquellos que al oír la palabra la reciben con gozo, pero carecen de raíz: creen por un tiempo, y a la hora de la prueba, apostatan. Lo caído entre los abrojos, son los que oyen, mas siguiendo su camino son sofocados por los afanes de la riqueza y los placeres de la vida, y no llegan a madurar. Y lo caído en la buena tierra, son aquellos que oyen con el corazón recto y bien dispuesto y guardan consigo la palabra y dan fruto en la perseverancia".

 

La lucha de las semillas

 

Se encontraron dos granos de maíz en el campo. El primero dijo: yo voy a sembrarme para ser una rica mata de maíz y así poder dar los más hermosos y sabrosos jojotos.

El segundo dijo: Yo tengo miedo. Sembrarme ahí en ese hueco oscuro me hace temblar. Además yo quiero estar en la claridad. Mientras así pensaba llegó un pájaro y se la comió.

 

Semilla que se duerme se la lleva el ave…

Saber soñar para…

Entender que en cada semilla hay un sueño de ser árbol. Para ello se hace necesaria una tierra fértil para poder llegar a ser lo que sueña.

Tantas son las semillas como sueños se irán concretando.

No es llegar a ser árbol por árbol, sino el mejor árbol. Para ello saber escuchar, apoyarse en las experiencias de las semillas más ancianas.

Sin despreciar las risas o dolores.

Pues jamás se sueña para despertar cansado o decepcionado.

Soñar es una obligación para el que piensa en serio y tiene fija una meta.

Aquí no cabe la duda, el miedo o la sensación de fracaso. Aquí, lo más importante, es y será buen árbol quien sea buena semilla. Inventar o creerse no es la solución.