Evangelio - Historia y Reflexión...

Hace oír a los sordos y hablar a los mudos Marcos 7, 31-37

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre 

 

 

Dios nuestro, que en el amor a ti y a nuestro prójimo has querido resumir toda tu ley, concédenos descubrirte y amarte en nuestros hermanos para que podamos alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Génesis 3, 1-8 El bien y el mal

Salmo 31 Perdona, Señor, nuestros pecados.

Marcos 7, 31-37 Hace oír a los sordos y hablar a los mudos “En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. El lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: Effetá (que quiere decir Ábrete). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad. El les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: Qué bien lo hace todo Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”

Un Dios que abre todo

Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad.

Oración
Aunque hoy tenga dolor, se que tú me sanarás.
Aunque todo se vea cuesta arriba, tu mano me impulsa.
Aunque mis proyectos se derrumben, tu edificarás de nuevo mi vida.
Aunque haya fracasado, me muestras que eso solamente me hace ser mejor.
Aunque no sienta deseos de agradecerte lo hago, pues no importa el lugar o 
la situación, el dolor o la contrariedad. Si en tí confío todo será mejor, 
y cada día será bello pues estaré en Tu voluntad.
Por eso, aunque muchos no lo entiendan y aunque a veces no lo quiera
hoy te doy gracias Señor por todo lo que me has dado, bendición o
prueba, alegría o tristeza, salud o enfermedad. 
Gracias Señor y en tus manos me encomiendo ahora y en todo momento. Amén

Jesús siempre será la esperanza de los pobres

No digas que no puedes

No digas que no puedes hacer nada por el bien de los demás. 
¡Cuántos mudos pagarían una fortuna para poder hablar como tú! 
¡Cuántos paralíticos quisieran poder dar los pasos que tú das! 
¡Cuantos millonarios te entregarían sus riquezas por tener la décima parte de tu fé! 
¡No digas que no puedes hacer nada! 
Comparte los bienes que Dios te dio, con actitudes de amor y palabras de cariño. 
 

 

Más que milagros

 

EL VENDEDOR DE SEMILLAS

Un joven soñó que entraba en un supermercado recién inaugurado y, para su sorpresa, descubrió que Jesucristo se encontraba atrás del mostrador.

¿Que vendes aquí? - le preguntó. 

Todo lo que tu corazón desee - respondió Jesucristo.

Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear: Quiero tener amor, felicidad, sabiduría, paz de espíritu y ausencia de todo temor - dijo el joven-. Deseo que en el mundo se acaben las guerras, el terrorismo, el narcotráfico, las injusticias sociales, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos.

Cuando el joven terminó de hablar, Jesucristo le dice: 

Amigo, creo que no me has entendido. Aquí no vendemos frutos; solamente vendemos semillas.


Convierte en frutos las semillas que hay en ti

 

Oración después de la Comunión

Concede siempre tu ayuda, Señor, a quienes has alimentado con la Eucaristía, a fin de que la gracia recibida en este sacramento, transforme continuamente nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.  Amén.

 

“Una sonrisa es la luz en la ventana de tu cara, que avisa a la gente que tu corazón está en casa."