Evangelio - Historia y Reflexión...

Dios no quiere que se pierda uno solo de los pequeños Mateo 18, 12-14

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre 

 

 

Señor y Dios nuestro, que has hecho llegar a todos los rincones de la tierra la buena nueva de la venida del salvador, concédenos esperar con sincera alegría las fiestas con que celebramos el día de su nacimiento. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

1 Dios consuela a su pueblo Isaías 40, 1-11

2 Salmo 95 Ya viene el Señor a renovar el mundo.

3 Dios no quiere que se pierda uno solo de los pequeños Mateo 18, 12-14 “En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ¿Que les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa ya nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños” 

Monseñor van Thuan.

Detenido en 1975 por su condición de obispo y encarcelado durante 13 años en las cárceles del Vietcong, nueve de ellos en completo aislamiento, en el año 2000 Juan Pablo II encarga a monseñor Van Thuan impartir los ejercicios espirituales de Cuaresma ante la curia vaticana.

Segundo defecto: Jesús no sabe matemáticas

Si Jesús hubiera hecho un examen de matemáticas, quizá lo hubieran suspendido. Lo demuestra la parábola de la oveja perdida. Un pastor tenía cien ovejas. Una de ellas se descarría, y él, inmediatamente, va a buscarla dejando las otras noventa y nueve en el redil. Cuando la encuentra, carga a la pobre criatura sobre sus hombros (cf. Lc 15, 47). Para Jesús, uno equivale a noventa y nueve, ¡y quizá incluso más! ¿Quién aceptaría esto? Pero su misericordia se extiende de generación en generación...

Cuando se trata de salvar una oveja descarriada, Jesús no se deja desanimar por ningún riesgo, por ningún esfuerzo. ¡Contemplemos sus acciones llenas de compasión cuando se sienta junto al pozo de Jacob y dialoga con la samaritana, o bien cuando quiere detenerse en casa de Zaqueo! ¡Qué sencillez sin cálculo, qué amor por los pecadores!

Jesús el verdadero pastor.

El rebaño de Dios es…

Dios sale al encuentro de todos, pero…

·         De manera especial a los indiferentes.

1.      Yo cuando era pequeño iba a misa.

2.      Fui monaguillo.

3.      Mi mamá reza por mí.

4.      Yo no creo en los curas

5.      Esos curas son hombres como nosotros.

6.      En la misa nos e obtiene nada.

7.      Esas misas son muy largas. Uno no saca nada.

Además, hay que llevar real porque piden mucho