Evangelio - Historia y Reflexión...

Enderecen los senderos del Señor Marcos 1, 1-8

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre 

 

 

Señor todopoderoso, rico en misericordia, cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este mundo; guíanos hasta él con sabiduría divina, para que podamos participar
plenamente de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

1 Preparen el camino del Señor Isaías 40, 1-5.9-11

2 Salmo Responsorial 84 Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

3 Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva san Pedro  3, 8-14

4 Enderecen los senderos del Señor Marcos 1, 1-8 “Este es el principio del  Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti, a  preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”. En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando un bautismo de arrepentimiento, para el perdón de los pecados. A él acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero Él los bautizará con el  Espíritu Santo”

LO NUEVO ES CONVERSION

Para preparar y hacer resurgir el nuevo hombre, se hace necesario cambiar hacia un hombre más sociable y fraternal.

Adviento lugar activo para la conversión. Cambio de vida

Juan el Bautista.

            Predicaba a orillas del río Jordán una conversión absoluta. Cambio profundo de mentalidad y actitudes interiores. Esto para poder preparar el camino del Señor. Por eso propone el bautismo como signo de conversión y perdón de los pecados. Aunque él sabe que se acerca el Mesías quien bautizará con el Espíritu Santo.

            Hoy en día necesitamos tener una vida santa y piadosa (Segunda lectura) para saber esperar de una promesa que en nuestro tiempo tarda. Habrá que entender que el tiempo de Dios es diferente al nuestro. Dios tiene paciencia y va dando tiempo para que ninguno muera. (El grito del salmo 84)

            Es una invitación a la esperanza, a creer en medio de las dificultades. Es posible un futuro mejor. Para ello debemos asumir:

Los valores de la verdad, de la justicia, y de la fraternidad.

            Todos necesitamos trabajar por este ambiente necesario para que aparezca el Señor. Es decir un Reinado del cielo y la tierra nueva donde la voluntad de Dios se cumpla.

            Para disfrutar de ese cielo y tierra nueva necesitamos:

           Andar con rapidez en la búsqueda de Dios. Para ello una conducta fiel a Dios, a la vida, a la familia en medio de la comunidad. Les propongo: un examen de conciencia, un dolor de haber pecado, un verdadero arrepentimiento, ir con amor y libertad al sacramento de la confesión; rezar el santo rosario (los sábados); hacer obras de caridad y vivir la misa dominical como acción de gracias a Dios que todo lo puede y todo lo da.

          Ser fermento. Tener la capacidad para transformar la sociedad. SE hace necesario que demos testimonio y con esa forma de vida cambiemos la vida laboral, familiar, vecinal para hacer nacer esa sociedad nueva y mejor.

Siendo justos. Donde la bondad y la solidaridad deben ser sus mejores expresiones. En nuestro ambiente se necesita mucha consolación, pues hay muchos ahogados en la pobreza, en la soledad y sobre todo, en la enfermedad sin tener quien le tienda la mano.