Evangelio - Historia y Reflexión...

Se sentará en el trono de su gloria y separará a los unos del otro Mateo 25, 31-46

Autor: Padre Marcelo Rivas Sánchez 

Web del Padre 

 

 

Cristo Rey  Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo; haz que toda criatura, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

1 A ustedes, ovejas mías, los voy a juzgar Ezequiel 34, 11-12.15-17

2 salmo 22 El señor es mi pastor, nada me falta.

3 Cristo le entregará el Reino a su Padre. Corintios 15, 20-26a.28

4 Se sentará en el trono de su gloria y separará a los unos del otro Mateo 25, 31-46 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha. “Vengan, benditos de mi padre; tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme”. Los justos le contestarán entonces: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?” Y el rey les dirá: “Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron”. Entonces dirá también a los de la izquierda: “Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron”. Entonces ellos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?” Y él les replicará: “Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquéllos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”

Un poco de historia…

Un rey juez

“Al atardecer de la vida seremos examinados de amor” (San Juan de la Cruz)

Características de su reino

 

 

¿Qué hacer para que Cristo reine entre nosotros?

·         Conocer a Cristo

·         La lectura y reflexión de la palabra de Dios

·         Oración personal y lo sacramentos.

1. Imitar a Cristo En el amor podremos pensar y sentir como Cristo.

2. Compromiso

3. Testimonio

A lo largo de la historia hay innumerables testimonios de cristianos que han dado la vida por Cristo como el Rey de sus vidas. Un ejemplo son los mártires de la guerra cristera en México en los años 20’s, quienes por defender su fe, fueron perseguidos y todos ellos murieron gritando “¡Viva Cristo Rey!

Actualidad

En un mundo donde prima la cultura de la muerte y la emergencia de una sociedad hedonista, la festividad anual de Cristo Rey anima una dulce esperanza en los corazones humanos, ya que impulsa a la sociedad a volverse al Salvador.

Rey, Pastor y Señor para la vida

¿Por qué, entonces, tantos se oponen al reino de Jesucristo?

Entonces, más que un rey

·         La idea es que Cristo reine en nuestros corazones

·         Por eso no es un competidor frente a los poderes.

·         Es rey porque es el mesías esperado.¡ y se cumplen la promesas

·         Porque fue fiel hasta la muerte y muerte de cruz

Qué diferencia hay entre esta escena y la de Cristo ante los jueces en su Pasión Entonces, todos estaban sentados y Él de pie, encadenado; ahora todos están de pie y Él está sentado en el trono. Los hombres y la historia juzgan a Cristo: en ese día, Cristo juzgará a los hombres y a la historia. Ante Él se decide quién permanece en pie y quién cae. Esta es la fe inmutable de la Iglesia que en su Credo proclama: De nuevo vendrá con gloria para juzgar vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. El Evangelio de hoy nos dice también cómo tendrá lugar el juicio: «tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber. ¿Qué pasará, por tanto, con quienes no sólo no han dado de comer a quien tenía hambre, sino que además les han quitado la comida; no sólo no han acogido al forastero, sino que han provocado el que se convierta en forastero? El tema del juicio se entrecruza, en la liturgia de hoy, con el de Jesús buen pastor, ahora Cristo se nos revela como buen pastor; un día se verá obligado a ser nuestro juez. Ahora es el tiempo de la misericordia, entonces será el tiempo de la justicia. A nosotros nos toca escoger, mientras estamos a tiempo.